Durante el embarazo puede aparecer un trastorno que requiera cirugía. La cirugía mayor, sobre todo si afecta el abdomen, aumenta el riesgo de un trabajo de parto prematuro y puede causar un aborto espontáneo, en especial al comienzo del embarazo. Por este motivo, la intervención se aplaza tanto como sea posible. Sin embargo, si es precisa, la cirugía debe realizarse sin demora y por lo general es razonablemente segura.
Apendicitis
Si se desarrolla una apendicitis durante el embarazo, se practica una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice (apendicectomía) de forma inmediata, ya que la ruptura del apéndice puede ser mortal. No es probable que una apendicectomía cause lesiones al feto o que provoque un aborto espontáneo. Sin embargo, la apendicitis puede ser difícil de reconocer durante el embarazo. El dolor tipo cólico producido por la apendicitis se asemeja a las contracciones uterinas, que son frecuentes durante el embarazo. El apéndice es empujado hacia la parte superior del abdomen a medida que el embarazo progresa, así que la localización del dolor ocasionado por la apendicitis puede no ser la que se espera.
Si una mujer tiene síntomas sugestivos de apendicitis, debe informar a su médico. Estos síntomas incluyen un dolor abdominal que dura más de 6 horas, sobre todo si se acompaña de náuseas y vómitos.
Enfermedad de la vesícula biliar
Si la vesícula biliar se inflama (por lo general a causa de los cálculos biliares que la bloquean), los médicos administran analgésicos para el dolor y líquidos a través de un catéter insertado en una vena. No se permite a las mujeres comer nada hasta que la inflamación disminuya.
Si aparece una infección, se administran antibióticos. Si finalmente las mujeres no mejoran se lleva acabo una intervención quirúrgica.
Quiste ovárico
Los quistes ováricos no cancerosos (benignos) son frecuentes al principio del embarazo.
Si un quiste ovárico persiste durante el embarazo, la cirugía suele posponerse hasta después de la semana 14 de gestación. El quiste puede estar secretando hormonas que ayudan a mantener el embarazo y a menudo desaparece sin tratamiento.
Sin embargo, si un quiste u otra masa se agranda, es muy sensible o tiene ciertas características (visto en una ecografía), puede ser necesaria la cirugía antes de la semana 14, ya que podría tratarse de una masa cancerosa.
Obstrucción intestinal
El bloqueo del intestino durante el embarazo (obstrucción intestinal) puede ser muy grave. Si la obstrucción provoca una gangrena intestinal y una peritonitis (inflamación de la membrana que reviste la cavidad abdominal), la mujer puede sufrir un aborto y su vida corre peligro.
Por lo general, cuando la mujer gestante presenta síntomas de obstrucción intestinal, se suele hacer rápidamente una intervención quirúrgica exploratoria, sobre todo si tiene antecedentes de cirugía abdominal o de infección abdominal. Los síntomas de obstrucción intestinal consisten en dolor abdominal de tipo cólico, pérdida de apetito, hinchazón abdominal, vómitos, estreñimiento o diarrea intensos y, algunas veces, fiebre.