Pruebas de Audición
Cuando las ondas sonoras alcanzan el oído, son recogidas por el oído externo en forma de embudo y son canalizadas hacia el oído medio. En la entrada del oído medio, las ondas de sonido golpean la membrana timpánica, o tímpano. Las vibraciones resultantes viajan seguidamente a través de los 3 huesos del oído medio (el martillo, el yunque y el estribo) y transmiten ese sonido al oído interno, lleno de líquido, donde estimulan a las pequeñas células ciliadas, haciendo que se curven. Las células ciliadas crean señales que se envían al cerebro para ser interpretadas como sonido. Para evaluar la audición de una persona, un audiólogo o especialista en audición realizará una serie de pruebas de audición. Hoy día estas pruebas se realizan con una máquina llamada audiómetro. El audiómetro emite sonidos a varias frecuencias medidas exactamente y a niveles de sonoridad variables. Un audiograma es una figura que muestra los niveles más bajos a los que una persona puede escuchar sonidos en cada frecuencia evaluada. A menudo, se evalúa también el movimiento del tímpano para conducir el sonido (timpanometría), el sonido más silencioso que puede desencadenar un reflejo de los huesos del oído medio para escuchar (prueba de reflejo acústico), la flexibilidad de las células ciliadas del oído interno (emisiones otoacústicas) y la capacidad para comprender las palabras habladas (audiometría del habla). Los resultados de estas pruebas ayudarán a su audiólogo a determinar la presencia y la gravedad de la posible pérdida de audición.