Reconstrucción de la mama
Después de extirpar un tumor mamario y el tejido que lo rodea (mastectomía), un cirujano plástico puede proceder a reconstruir la mama. Para ello se puede utilizar un implante de solución salina o de silicona. También puede realizarse una operación más compleja, consistente en la toma de tejido de otras zonas del cuerpo de la mujer, por lo general del abdomen, de las nalgas o de la espalda.
La reconstrucción puede realizarse al mismo tiempo que se practica la mastectomía, lo que implica permanecer bajo los efectos de la anestesia por un periodo de tiempo mayor, o posteriormente en otra intervención, lo que implica una segunda anestesia.
La reconstrucción del pezón y la piel circundante se hace más tarde, a menudo en el consultorio del médico. Habitualmente no se requiere anestesia general.
En muchas mujeres, la mama reconstruida tiene un aspecto más normal que la que ha sido sometida a radioterapia, en especial si el tumor era grande.
Si se usa un implante de solución salina o de silicona y se ha podido conservar suficiente piel para cubrirlo, la sensibilidad de la piel que recubre el implante es relativamente normal. Sin embargo, ningún tipo de implante se asemeja al tacto del tejido mamario. Si se usa piel de otras partes del cuerpo para cubrir la mama, se pierde gran parte de la sensibilidad. Sin embargo, el tejido de otras partes del cuerpo se percibe al tacto de una forma más parecida a la mama normal que los implantes de silicona o de solución salina.
A veces, la bolsa en la que se encuentra la silicona tiene pequeñas fugas. Como resultado, el implante se endurece, provoca molestias y tiene un aspecto menos atractivo. Además, en ciertos casos puede pasar silicona al torrente sanguíneo.
Algunas mujeres se preocupan al no saber si las fugas de silicona pueden causar cáncer en otras partes del cuerpo o enfermedades raras como el lupus eritematoso sistémico. Se dispone de muy pocos datos que apoyen que las fugas de silicona ocasionen efectos perjudiciales graves, pero esto no está totalmente descartado y el uso de silicona ha disminuido, en especial en las mujeres que no han tenido cáncer de mama.