Rastreo de las vías visuales
Las señales nerviosas viajan desde cada ojo a través del nervio óptico correspondiente y de otras fibras nerviosas (denominadas vías ópticas) hasta la parte posterior del cerebro, donde se percibe y se interpreta la visión. Los dos nervios ópticos se unen en el quiasma óptico, una zona situada detrás de los ojos, justo delante de la hipófisis y debajo de la porción frontal del encéfalo (cerebro). En este lugar, el nervio óptico de cada ojo se divide y la mitad de las fibras nerviosas de cada lado cruzan al otro lado y continúan hasta la parte posterior del cerebro. Así, el lado derecho del cerebro recibe información, a través de ambos nervios ópticos, del campo visual izquierdo, y el lado izquierdo del cerebro recibe información, a través de ambos nervios ópticos, del campo visual derecho. La parte central de dichos campos de visión se superpone. Se ve por ambos ojos (lo que se denomina visión binocular).
Cada ojo ve un objeto desde ángulos ligeramente diferentes, por lo que la información que el cerebro recibe de cada ojo es diferente, aunque se superponga. El cerebro integra la información para producir una imagen completa.