Hernia: el encéfalo bajo presión
El sangrado o la hinchazón en el encéfalo pueden causar que la presión dentro del cráneo empuje al cerebro hacia abajo. El resultado puede ser una hernia, en cuyo caso el tejido cerebral es empujado hacia la pequeña apertura natural que existe en unas láminas relativamente rígidas de tejido que separan el encéfalo en compartimentos: derecho e izquierdo, y superior e inferior. (Estos separadores son extensiones de la capa exterior del tejido que cubre el encéfalo, la duramadre.) La hernia comprime el tejido cerebral y, por lo tanto, lo daña.
El tipo más común de hernia es una hernia transtentorial. Una parte del lóbulo temporal es forzada a través del surco tentorial; la abertura en la lámina de tejido entre el lóbulo temporal y el cerebelo. La pupila del ojo puede llegar a dilatarse y no poder contraerse en respuesta a la luz. Una hernia transtentorial puede tener consecuencias catastróficas, incluyendo parálisis, estupor, coma, ritmos cardíacos anormales, alteraciones o cese de la respiración, paro cardíaco y muerte.