Transcurso de la agonía

PorElizabeth L. Cobbs, MD, George Washington University;
Rita A. Manfredi, MD, George Washington University School of Medicine and Health Sciences;Joanne Lynn, MD, MA, MS, The George Washington University Medical Center
Revisado/Modificado jul 2024
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    El pronóstico es una predicción de la evolución y del probable desenlace de una enfermedad o de la probabilidad de recuperarse de esta. Personas gravemente enfermas y sus familiares tienen derecho a recibir la información más completa disponible y el pronóstico más realista posible. Un pronóstico puede proporcionar una probable trayectoria de deterioro y puede ayudar a estimar cuándo ocurrirá la muerte, pero no puede proporcionar un calendario preciso. Los profesionales de la salud a veces estiman un intervalo de tiempo dentro del que es probable que una persona muera. Puede ser necesario un periodo de tiempo, por ejemplo para solicitar cuidados paliativos, que por lo general requiere un pronóstico médico de vida inferior a 6 meses.

    ¿Sabías que...?

    • Generalmente, los médicos no pueden predecir con exactitud cuánto tiempo vivirá una persona enferma. Los médicos pueden ayudar más si dan unos límites razonables de la expectativa de vida en el mejor y el peor de los casos, de modo que se eviten las sorpresas dentro de lo posible.

    Los síntomas evolucionan de modo distinto en enfermedades distintas. Por ejemplo, en algunos afectados por un cáncer terminal, la energía, el funcionamiento y el bienestar solo disminuyen de modo significativo uno o dos meses antes de la muerte, por regla general. Durante este último periodo, el afectado está visiblemente desmejorado y la proximidad de la muerte es evidente para todos. Otras enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer, la insuficiencia hepática y la insuficiencia renal pueden llevar a un proceso más gradual de desmejoramiento desde el principio, pero a veces con un ritmo impredecible. La cardiopatía grave y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas causan también un desmejoramiento continuo, pero con episodios de grave empeoramiento. A estos episodios les suele seguir alguna mejoría, pero la muerte suele producirse tras un empeoramiento que se desarrolla al cabo de pocos días de permanecer estable. Algunas veces, una persona muy enferma vive aún meses o años, mucho más de lo que parecía posible. Otras personas mueren más rápidamente de lo previsto.

    Comunicación con un moribundo

    A muchas personas les resulta difícil hablar abiertamente de la muerte con una persona moribunda. Sin embargo, las personas con pronóstico de muerte suelen sentirse mejor cuando siguen hablando con los familiares y estos les tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones. Las sugerencias siguientes pueden ayudar a hacer más cómoda la comunicación con un moribundo:

    • Escuche lo que dice la persona en cuestión. Pregunte, por ejemplo: «¿Qué estás pensando?», en vez de cortar la comunicación con comentarios como «¡No hables así!.»

    • Hable con el afectado sobre cómo se imagina el futuro de los familiares sobrevivientes mucho tiempo después de la muerte de éste y vuelva de nuevo hacia los eventos más cercanos al momento de la muerte. Esto permite una suave introducción a la conversación sobre las preocupaciones más inmediatas, como las preferencias de la persona con respecto a los arreglos del funeral y el apoyo de sus seres queridos.

    • Recordar el pasado con la persona que muere es una forma de honrar su vida.

    • Continúe hablando con la persona que se está muriendo, aunque sea incapaz de hablar. Otras formas de comunicación, como cogerle de la mano, darle un masaje o, simplemente, la propia cercanía, pueden ser también muy reconfortantes.

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