La distonía cervical se caracteriza por contracciones de larga duración (crónicas) involuntarias o espasmos periódicos intermitentes de los músculos del cuello, haciendo que el cuello gire de diferentes maneras.
La causa de la distonía cervical suele ser desconocida.
Los médicos basan el diagnóstico en los síntomas y en los resultados de la exploración física.
En primer lugar se utilizan inyecciones con toxina botulínica pero si son ineficaces se pueden utilizar fármacos por vía oral.
La fisioterapia puede contribuir a aliviar algunos síntomas.
(Véase también Introducción a los trastornos del movimiento.)
La distonía también se puede producir en músculos que no son los del cuello.
En la distonía cervical, la contracción de los músculos del cuello hace que este gire desde su posición habitual. La distonía cervical es la distonía más frecuente.
El cuello se puede mover de una o más de una de estas formas:
Rotación (llamada tortícolis)
Inclinación (llamada laterocolis)
Inclinación hacia delante (llamada anterocolis)
Inclinación hacia atrás (llamada retrocolis)
Una de las formas (llamada distonía cervical de inicio en el adulto) comienza en la edad adulta. Debido a que hace que el cuello gire, a veces se denomina tortícolis espasmódica (en latín, "torti" se refiere a retorcido y "colis" se refiere al cuello). Es la forma más común de distonía cervical. Por lo general, la causa es desconocida, pero en algunas personas la tortícolis espasmódica está causada por una mutación genética. El estrés y los problemas emocionales pueden empeorar la tortícolis espasmódica.
La distonía cervical puede
Ser congénita
Aparecer más tarde, a causa de varios trastornos neurológicos
Ser consecuencia del consumo de fármacos que bloquean la dopamina (como el haloperidol y otros fármacos antipsicóticos)
En raras ocasiones, se cree que un problema emocional también puede contribuir a su aparición.
Síntomas de la distonía cervical
Los síntomas de la distonía cervical pueden comenzar a cualquier edad, pero suelen hacerlo entre los 20 y los 60 años, y con mayor frecuencia entre los 30 y los 50.
Los síntomas suelen comenzar de forma gradual. Con muy poca frecuencia, comienzan de repente y progresan rápidamente.
A veces los síntomas comienzan con movimientos de la cabeza de lado a lado, como si el sujeto estuviese sacudiendo la cabeza para decir que no. Algunos músculos del cuello pueden contraerse y permanecer contraídos, o pueden contraerse de forma intermitente, torciendo el cuello. Las contracciones pueden ser dolorosas. La cabeza puede girarse hacia un lado o hacia adelante o hacia atrás. A veces, uno de los hombros se eleva.
Durante el sueño, los espasmos musculares desaparecen.
Los síntomas varían entre leves y graves. Por lo general, los espasmos empeoran lentamente durante 1 a 5 años, a continuación, se estabilizan. En alrededor del 10 al 15% de las personas, desaparecen o disminuyen sustancialmente por sí solas, dentro de los 5 años posteriores al inicio de los síntomas. Los espasmos tienden a desaparecer con más frecuencia cuando son leves y comienzan a una edad temprana. Sin embargo, en estas personas, los espasmos pueden reaparecer. Los espasmos pueden persistir de por vida, restringiendo el movimiento y girando permanentemente la cabeza, el cuello y los hombros a una posición distorsionada.
Diagnóstico de distonía cervical
Evaluación médica
El diagnóstico de la distonía cervical se basa en los síntomas y en una exploración neurológica.
Tratamiento de la distonía cervical
Técnicas físicas
Inyecciones de toxina botulínica
A veces, fármacos tomados por vía oral
Ciertas técnicas físicas (como por ejemplo la fisioterapia) pueden, en ciertas ocasiones, aliviar temporalmente los espasmos. La fisioterapia puede ayudar mejorando la flexibilidad. Los fisioterapeutas también pueden ayudar al paciente a identificar qué movimientos empeoran los espasmos y cuáles los alivian. La biorretroalimentación (que utiliza técnicas de relajación para controlar los procesos corporales inconscientes, tales como la frecuencia cardíaca y la tensión muscular) o los masajes pueden ayudar a algunas personas.
La persona afectada puede descubrir ciertos trucos que pueden aliviar los espasmos brevemente. Consisten en tocarse ligeramente la barbilla, las mejillas, la parte superior del rostro o la parte posterior de la cabeza. Estos trucos suelen ser más eficaces si se aplican en el lado contrario al lado donde se produce el espasmo.
Cuando un problema emocional contribuye al espasmo, es mejor que el tratamiento esté controlado por un equipo de médicos, entre ellos un psiquiatra, un psicólogo y un neurólogo.
Medicamentos
En cerca del 70% de las personas afectadas por distonía cervical, las inyecciones de toxina botulínica en los músculos afectados pueden reducir los espasmos dolorosos durante 1 a 4 meses y permitir que la cabeza vuelva a una posición más normal. Sin embargo, para el alivio continuo, las inyecciones se deben repetir cada 3 a 4 meses porque el beneficio de la toxina botulínica desaparece con el tiempo. En unos pocos casos, el organismo de las personas a las que se les administran inyecciones de toxina botulínica de forma repetida produce anticuerpos que inactivan la toxina. Si los músculos afectados son muy pequeños o se encuentran localizados en áreas profundas del cuerpo, se puede realizar una electromiografía (estimulación de los músculos para registrar su actividad eléctrica) para identificar los músculos que se van a inyectar.
Ciertos medicamentos administrados por vía oral pueden ser eficaces pero controlan los espasmos únicamente en un porcentaje del 25 al 33% de los casos. Estos medicamentos son
Fármacos anticolinérgicos, como el trihexifenidilo
Una benzodiazepina (un ansiolítico), en especial clonazepam
Baclofeno (relajante muscular)
Carbamazepina (un medicamento anticonvulsivo)
Los medicamentos anticolinérgicos pueden disminuir los espasmos. Sin embargo, estos medicamentos también pueden tener efectos secundarios (como confusión, somnolencia, boca seca, visión borrosa, mareos, estreñimiento, dificultad para orinar y pérdida del control de la vejiga). Estos efectos son problemáticos, especialmente en adultos mayores. Por lo tanto, su uso puede ser limitado.
Todos estos medicamentos se inician en dosis bajas. Las dosis deben aumentarse hasta que los síntomas estén controlados o los efectos adversos no se puedan tolerar. Los efectos adversos de estos fármacos son particularmente probables en las personas mayores.
Cirugía
En las personas con distonía cervical, el papel de la cirugía que afecta a áreas fuera del cerebro es controvertido. Por ejemplo, en uno de estos procedimientos, se seccionan los nervios de los músculos afectados. Como resultado, los nervios ya no pueden estimular la contracción muscular. Sin embargo, después de este procedimiento, los músculos se debilitan permanentemente o pueden paralizarse. Cuando el procedimiento lo realizan cirujanos expertos, los beneficios son mayores que las posibles complicaciones.
Si los síntomas son graves y todos los tratamientos habituales han resultado ser ineficaces, se puede realizar estimulación cerebral profunda. Para este procedimiento, se implantan quirúrgicamente unos diminutos electrodos en los ganglios basales (agrupaciones de neuronas que ayudan a iniciar y suavizar los movimientos musculares voluntarios). Los electrodos envían pequeñas cantidades de electricidad al área específica de los ganglios basales que causa la distonía y, de este modo, ayudan a disminuir los síntomas.