La anemia hemolítica traumática microangiopática es una hemólisis intravascular causada por una fuerza de cizallamiento o turbulencias excesivas en la circulación.
(Véase también Generalidades sobre la anemia hemolítica).
El cizallamiento excesivo o la turbulencia en la circulación daña los glóbulos rojos (eritrocitos) en la sangre periférica, lo que conduce a la formación de eritrocitos fragmentados (p. ej., en forma de triángulos, forma de casco) llamados esquistocitos (véase foto Esferocitos). Los esquistocitos en el frotis periférico confirman el diagnóstico. Los esquistocitos causan una alta dispersión de la curva de distribución eritrocítica, que refleja la anisocitosis.
La anemia hemolítica microangiopática se caracteriza por la fragmentación de eritrocitos como resultado de lesiones microvasculares, así como por dispositivos mecánicos. Las causas de la hemólisis por fragmentación incluyen
Coagulación intravascular diseminada, un proceso de consumo secundario a otros trastornos como sepsis, malignidad, complicaciones del embarazo, traumatismo o cirugía
Válvulas cardíacas estenóticas o mecánicas, o disfunción de la válvula protésica (es decir, pérdida perivalvular)
Síndrome urémico hemolítico o trastornos relacionados, como el síndrome HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y recuento bajo de plaquetas) y la crisis renal de la esclerosis sistémica
Casos raros de impacto repetitivo significativo, como la hemólisis por el impacto en el pie (hemoglobinuria de la marcha), golpes de karate, natación o tocar un tambor con la mano
El tratamiento se orienta al proceso de base. En ocasiones, la anemia ferropénica se superpone a la hemólisis como resultado de la hemosiderinuria crónica y, cuando está presente, responde al tratamiento de reemplazo de hierro. El mantenimiento del hematocrito > 30% puede reducir la hemólisis causada por el flujo turbulento.