Exploración pélvica

PorShubhangi Kesavan, MD, Cleveland Clinic Learner College of Medicine, Case Western Reserve University
Revisado/Modificado abr 2024
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    El objetivo de una exploración pélvica es examinar todas las partes de la anatomía reproductora femenina. La decisión de someterse a una exploración pélvica debe ser una decisión consensuada entre la mujer y su médico u otro profesional de la salud. (Véase también the American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG): Pelvic Exams—Frequently Asked Questions.)

    Si la mujer tiene alguna pregunta o preocupación sobre la exploración pélvica, debe comentarla con su médico de antemano. Las mujeres que nunca se han sometido a una exploración pélvica deben pedirle al médico que les explique lo que sucede durante dicha exploración. Si alguna parte de la exploración causa dolor, se debe animar a la mujer a que informe al médico durante la exploración.

    Se realiza una exploración ginecológica.

    Las mujeres deben hablar con su profesional de la salud acerca de la necesidad de realizar una exploración pélvica y de su frecuencia. No se requiere una exploración pélvica antes de usar anticonceptivos, excepto en el caso de la colocación de un dispositivo intrauterino. Una exploración pélvica no es siempre fiable para detectar el cáncer de ovario.

    A los 21-25 años la mayoría de las mujeres deben comenzar a hacerse pruebas de cribado del cáncer de cuello uterino, como la de Papanicolaou (Pap) y/o pruebas para detectar el virus del papiloma humano (VPH). Las pruebas de cribado se suelen realizar cada 3 a 5 años, dependiendo de la edad de la persona, el tipo de prueba, los factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino y los resultados de pruebas anteriores.

    La exploración pélvica incluye los siguientes elementos:

    Anatomía reproductiva femenina externa

    Anatomía reproductiva femenina interna

    Por lo general, se indica a la mujer que orine antes de la exploración pelvica, y se le puede pedir que recoja una muestra de orina para su análisis. Por lo general, se proporciona a la mujer una talla o una bata abierta y durante la exploración está presente un auxiliar que, a veces, ayuda en la exploración. Si la mujer desea observar la exploración debe comentarlo con el médico, que puede proporcionarle un espejo. Se puede explicar la exploración o comentar los hallazgos antes, durante o después de esta.

    Durante la exploración pélvica, la mujer se coloca tumbada boca arriba con las caderas y las rodillas flexionadas y las nalgas en el borde de la camilla. Esta posición ayuda a abrir la pelvis para que el médico pueda examinar la anatomía ginecológica interna. Las camillas especiales para exploración ginecológica cuentan con estribos para las piernas que ayudan a mantenerse en esta posición. Antes de que comience el examen pélvico, el médico le pide a la mujer que relaje sus piernas y caderas.

    Durante la exploración, primero se inspecciona la zona genital externa y se observan la presencia de anomalías, alteración de la coloración, secreción o inflamación. Esta exploración puede no detectar alteraciones o dar pistas de trastornos hormonales, cáncer, infecciones, lesiones o abusos sexuales.

    El médico despliega los tejidos que rodean la abertura de la vagina (llamada vulva o labios menores) y examina la abertura. El médico examina la vagina y el cuello uterino (la parte inferior del útero) utilizando un espéculo (un instrumento de metal o plástico que mantiene separadas las paredes de la vagina).

    Se examina la vagina para detectar anomalías (como quistes) y secreción. El cuello uterino se examina de cerca para detectar signos de inflamación, anomalías o cáncer de cuello uterino. El médico puede emplear un pequeño cepillo de plástico para obtener una muestra para su análisis, por lo general una prueba de Papanicolaou (citología) y/o pruebas de detección del VPH (para la detección sistemática del cáncer de cuello uterino). Se puede tomar una muestra de la vagina o del cuello uterino para analizar las causas de la vaginitis, como vaginosis bacteriana, infección vaginal por levaduras o infecciones de transmisión sexual.

    El médico pide a la mujer que tosa o empuje hacia abajo para comprobar si hay prolapso de órganos pélvicos, que es la protrusión de la vejiga, el recto o el intestino hacia el interior de la vagina.

    Prueba de Papanicoláu

    El médico emplea un espéculo (un instrumento de metal o de plástico) para mantener separadas las paredes de la vagina. A continuación, se introduce un pequeño cepillo de plástico para obtener una muestra de la superficie del cuello uterino (la parte inferior del útero) para su análisis.

    Después de retirar el espéculo de la vagina, el médico inserta sus dedos índice y corazón protegidos por un guante y palpa la pared vaginal para determinar cualquier anomalía o áreas dolorosas. El médico también palpa el cuello uterino para detectar cualquier anomalía o sensibilidad que no se haya podido detectar durante la exploración con espéculo.

    Con los dedos todavía en el interior de la vagina, el médico coloca la otra mano en el abdomen inferior por encima del hueso púbico (esta técnica recibe el nombre de examen bimanual). El examen consiste en palpar el útero y los ovarios para detectar cualquier masa o sensibilidad anormales del sistema reproductor femenino. Entre las dos manos, el útero se palpa habitualmente como una estructura con forma de pera, lisa y firme, y es posible determinar su posición, tamaño, consistencia, movilidad y dolor a la palpación (si existe).

    Luego, el médico intenta palpar los ovarios y otras estructuras alrededor del útero (como una trompa de Falopio hinchada) moviendo la mano sobre el abdomen más hacia un lado y ejerciendo un poco más de presión. Se necesita más presión porque los ovarios son pequeños y resultan mucho más difíciles de palpar que el útero. Después de la menopausia, los ovarios se hacen más pequeños (debido a la disminución de la función hormonal) y, por lo general, el médico no puede palparlos durante una exploración pélvica. Esta parte de la exploración puede resultar molesta, pero no suele ser dolorosa. El médico determina si hay anomalías en los ovarios y si hay sensibilidad en los ovarios u otras estructuras.

    Exploración rectovaginal

    Se puede realizar una combinación de exploración rectal y vaginal. A veces, las masas o anomalías en la parte posterior de la pelvis (la parte hacia la columna vertebral) o en el tejido entre la vagina y el recto solo se pueden detectar con este tipo de exploración. El médico introduce el dedo índice en la vagina y el dedo medio en el recto.

    Además, puede explorarse el recto en busca de hemorroides, fisuras, pólipos y tumoraciones. Para detectar sangre oculta, se obtiene una pequeña muestra de heces con un dedo enguantado. También es posible entregar un kit para realizar la prueba de sangre oculta en heces en casa.

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