Parálisis de Bell

(Parálisis de Bell; parálisis del nervio facial)

PorMichael Rubin, MDCM, New York Presbyterian Hospital-Cornell Medical Center
Revisado/Modificado nov 2023
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Datos clave

La parálisis de Bell (un tipo de parálisis del nervio facial) es una debilidad o una parálisis repentina de los músculos de un lado de la cara debida a una disfunción del séptimo nervio craneal (nervio facial). Este nervio mueve los músculos faciales, estimula las glándulas salivales y lagrimales, capacita a los dos tercios anteriores de la lengua para detectar sabores y controla un músculo que participa en la audición.

  • La causa de la parálisis de Bell puede ser una infección vírica o un trastorno inmunitario que causa la tumefacción del nervio facial o bien la causa puede ser desconocida.

  • Las personas afectadas pueden sentir dolor detrás de la oreja y después uno de los lados de la cara puede debilitarse o paralizarse por completo, con lo que la persona resulta incapaz de mantener el sentido del gusto en la parte delantera de la lengua en el lado afectado.

  • Los médicos suelen basar el diagnóstico en los síntomas.

  • Los corticoesteroides, que se emplean para reducir la inflamación del nervio, ayudan a las personas a recuperarse y restaurar el movimiento facial un poco más rápidamente.

  • La mayor parte de las personas afectadas se recuperan completamente en unos meses, con tratamiento o sin él.

(Véase también Introducción a los pares craneales.)

La parálisis de Bell es un tipo de parálisis del nervio facial, que originalmente se creía que no tenía una causa identificable (parálisis idiopática del nervio facial). Sin embargo, las pruebas actuales sugieren que, en algunos casos, la parálisis de Bell puede estar causada por una infección vírica u otro trastorno.

Las pruebas sugieren que las causas frecuentes de la parálisis de Bell son

Otros virus, como el virus Coxsackie, el citomegalovirus y los virus que causan la COVID-19, las paperas, la rubéola, la mononucleosis o la gripe o las vacunas para estos virus también pueden causar parálisis de Bell.

La infección hace que el nervio se inflame y en este caso, queda presionado (comprimido) por los estrechos conductos del cráneo que atraviesa.

Otros trastornos pueden causar otros tipos de parálisis del nervio facial. La enfermedad de Lyme puede provocar esta parálisis que, a diferencia de la parálisis de Bell, puede afectar a ambos lados de la cara. En las personas de ascendencia afroamericana, la sarcoidosis causa con frecuencia parálisis del nervio facial. A veces, la causa son tumores y fracturas de cráneo.

Síntomas de la parálisis de Bell

En la parálisis de Bell, el dolor detrás de la oreja puede ser el primer síntoma. Los músculos faciales se debilitan de repente, por lo general en cuestión de horas. La intensidad de la afección varía desde una leve debilidad hasta la parálisis total. En un periodo de 48 a 72 horas, la debilidad alcanza su intensidad máxima. Solo se afecta uno de los lados de la cara.

En las parálisis del nervio facial, la cara se vuelve plana e inexpresiva. Sin embargo, cuando está afectado solo uno de los lados de la cara, las personas sienten con frecuencia como si la cara se les retorciera porque los músculos del lado no afectado tienden a tirar de la cara hacia ese lado cada vez que se gesticula. Es difícil o imposible arrugar la frente, parpadear y hacer muecas con el lado de la cara afectado. La mayoría de las personas sienten entumecimiento o pesadez en la cara, incluso aunque la sensibilidad permanezca normal.

Es difícil cerrar el ojo del lado afectado. Se es incapaz de cerrarlo completamente, y se parpadea con menor frecuencia. El ojo tiende además a girar hacia arriba al cerrarlo.

La producción de saliva y lágrimas puede verse afectada. Las personas afectadas tienen sequedad en los ojos y en la boca, o babean. Dado que se produce menor cantidad de lágrimas y se parpadea con menor frecuencia (el movimiento de parpadeo contribuye a humedecer la superficie del ojo), el ojo se seca, lo que acaba produciendo dolor y lesiones oculares. Estas lesiones suelen ser de carácter leve, pero en algunos casos pueden revestir mayor gravedad, si no se humedece el ojo y se protege de alguna otra forma.

Las personas con este tipo de parálisis también pierden el sentido del gusto en la parte anterior de la lengua en el lado afectado. El oído del lado afectado percibe sonidos anormalmente fuertes (un fenómeno que se define como hiperacusia) porque el músculo que tensa la membrana del tímpano está paralizado. Este músculo se encuentra en el oído medio.

¿Sabías que...?

  • Las pruebas científicas sugieren que los virus que causan el herpes labial o el herpes zóster son causas frecuentes de parálisis de Bell.

  • La enfermedad de Lyme puede causar una parálisis del nervio facial.

En algunos casos, a medida que el nervio facial se recupera, establece conexiones anómalas, lo que da lugar a movimientos inesperados de algunos músculos de la cara o a una secreción espontánea de lágrimas («lágrimas de cocodrilo») durante la salivación.

En algunos casos se produce tirantez permanente de los músculos (contracturas) debido a que los músculos faciales no se utilizan durante mucho tiempo.

Diagnóstico de la parálisis de Bell

  • Evaluación médica

  • A veces varias pruebas, en función de la causa que se sospeche

Por regla general, la parálisis del nervio facial se puede diagnosticar y distinguir de otros trastornos basándose en los síntomas. Por ejemplo, la parálisis del nervio facial se diferencia de un accidente cerebrovascular o ictus porque este último suele causar debilidad únicamente en la parte inferior de un lado de la cara y no en la totalidad del lado de la cara. Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular cierran a veces los ojos con fuerza y arrugan la frente. Además, el accidente cerebrovascular causa de forma característica debilidad de un brazo o de una pierna.

Los médicos normalmente son capaces de distinguir la parálisis de Bell de otros trastornos menos frecuentes que causan la parálisis del nervio facial (como tumores, enfermedad de Lyme, otras infecciones, sarcoidosis, diabetes y fracturas en el cráneo). Estos otros trastornos típicamente causan diferentes síntomas, y en muchos de ellos, los síntomas se desarrollan más lentamente. Por lo tanto, si el médico no está seguro de que la parálisis de Bell sea la causa o si los síntomas se desarrollaron gradualmente, se realizan pruebas complementarias. Estas pruebas pueden incluir

  • Análisis de sangre

  • Radiografías

  • Resonancia magnética nuclear (RMN) o tomografía computarizada (TC) del cerebro

Por ejemplo, se pueden hacer análisis de sangre para detectar otras causas de parálisis del nervio facial como la enfermedad de Lyme y se puede indicar un análisis de sangre y una radiografía de tórax para detectar sarcoidosis. Por lo general, los médicos pueden descartar otras causas en función de los síntomas de la persona afectada y de los resultados de estas pruebas.

Tratamiento de la parálisis de Bell

  • Gotas oftálmicas o un parche para proteger la córnea

  • A veces un corticosteroide

El ojo debe estar protegido de la sequedad para reducir el riesgo de lesiones oculares. Se pueden aplicar frecuentemente gotas oculares que contengan lágrimas artificiales o una solución salina. Es necesario llevar un parche en el ojo durante un tiempo, sobre todo para dormir. Excepcionalmente, en casos graves, se juntan mediante sutura los párpados superior e inferior.

Se administra un corticoesteroide por vía oral, como la prednisona, para reducir la inflamación del nervio. Tomar un corticoesteroide acelera ligeramente y mejora la recuperación del movimiento si se administra dentro de los primeros 3 días después del inicio de los síntomas.

La eficacia de los medicamentos antivíricos es objeto de duda, incluso la de los medicamentos antivíricos que son eficaces contra el virus del herpes simple y el virus del herpes zóster (como aciclovir, famciclovir y valaciclovir). Estos virus pueden causar parálisis de Bell.

Pronóstico de la parálisis de Bell

Cuando la parálisis facial es parcial, la mayoría de las personas afectadas se recuperan por completo en varios meses, con o sin tratamiento.

Cuando la parálisis es total, el resultado definitivo varía. Se realizan pruebas (estudios de conducción nerviosa y electromiografía) para ayudar a predecir las probabilidades de recuperación. Algunas personas no se recuperan por completo. Los músculos faciales permanecen a veces débiles, haciendo que la cara quede colgante.

La recuperación se produce cuando las fibras nerviosas vuelven a crecer. Sin embargo, los nervios pueden volver a crecer en el lugar equivocado, por ejemplo, en los ojos en lugar de en la parte inferior de la cara. Como resultado, pueden contraerse músculos inesperados cuando las personas realizan expresiones faciales o la persona puede derramar lágrimas (llamadas lágrimas de cocodrilo) cuando come.

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