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La toxocariasis es una infección humana por larvas del nematodo áscaris del género Toxocara que habitualmente infectan a los animales. Los síntomas son fiebre, anorexia, hepatoesplenomegalia, exantema, neumonitis, asma o alteraciones visuales. El diagnóstico se basa en enzimoinmunoensayo. El tratamiento consiste en albendazol o mebendazol. Pueden agregarse corticosteroides en presencia de síntomas graves o de compromiso ocular.
Recursos de temas
En los Estados Unidos, la estimación de la tasa de seropositividad de la toxocariasis en los seres humanos es superior al 10% (1) y en otros lugares es de aproximadamente el 19% (2).
En los Estados Unidos, la infección por Toxocara canis en los cachorros es común porque la transmisión vertical de las larvas enquistadas no se elimina por la desparasitación sistemática, pero los perros adultos también pueden infectarse. La infección por T. cati en los gatos es menos frecuente.
(Véase también Revisión sobre infecciones parasitarias).
Referencias generales
1. Lee RM, Moore LB, Bottazzi ME, Hotez PJ. Toxocariasis in North America: a systematic review. PLoS Negl Trop Dis. 2014;8(8):e3116. Published 2014 Aug 28. doi:10.1371/journal.pntd.0003116
2. Rostami A, Riahi SM, Holland CV, et al. Seroprevalence estimates for toxocariasis in people worldwide: A systematic review and meta-analysis. PLoS Negl Trop Dis. 2019;13(12):e0007809. Published 2019 Dec 19. doi:10.1371/journal.pntd.0007809
Fisiopatología de la toxocariasis
Los huevos de Toxocara canis, T. cati y de otros helmintos áscaris de animales maduran en el suelo e infectan a los perros, los gatos y otros animales. Los seres humanos pueden ingerir accidentalmente huevos presentes en tierra contaminada con heces de animales infectados o pueden alimentarse de huéspedes de transferencia infectados cocidos en forma insuficiente (p. ej., conejos). Los huevos eclosionan en el intestino delgado humano. Las larvas penetran la pared intestinal y pueden migrar a través del hígado, los pulmones, el sistema nervioso central (SNC), los ojos u otros tejidos. El daño del tejido es causado por el parásito y la respuesta inmunitaria local que provoca.
En general, las larvas no completan su desarrollo en el cuerpo humano, pero pueden permanecer vivas durante varios meses.
Image from the Centers for Disease Control and Prevention, Global Health, Division of Parasitic Diseases and Malaria.
Síntomas y signos de la toxocariasis
Larva migrans visceral
La larva migrans visceral está compuesta por fiebre, anorexia, hepatoesplenomegalia, exantema, neumonitis y síntomas de asma, lo que depende de los órganos afectados. Las larvas de otros helmintos incluyendo Baylisascaris procyonis, especies de Strongyloides y de Paragonimus pueden causar síntomas y signos similares cuando migran a través del tejido.
La larva migratoria visceral aparece sobre todo en niños de 2 a 5 años con antecedentes de geofagia o en adultos que ingieren arcilla.
El síndrome se autolimita en 6 a 18 meses si cesa la ingesta de huevos. En raras ocasiones se informaron muertes debido a la invasión del encéfalo o el corazón.
Larva migrans ocular
La larva migrans ocular (LMO), también denominada toxocariasis ocular, suele ser unilateral y producir manifestaciones sistémicas muy leves o nulas. Las lesiones de la LMO se caracterizan sobre todo por reacciones granulomatosas inflamatorias en respuesta a la presencia de la larva, que puede causar uveítis y/o coriorretinitis. Como resultado, la visión puede verse afectada o perderse.
La larva migratoria ocular se desarrolla en niños mayores y, con menor frecuencia, en adultos jóvenes. La lesión puede confundirse con retinoblastoma o con otros tumores intraoculares.
Diagnóstico de la toxocariasis
Enzimoinmunoensayo para anticuerpos contra Toxocara más hallazgos clínicos
El diagnóstico de la toxocariasis se basa en los hallazgos de la evaluación clínica, los estudios epidemiológicos y las pruebas serológicas.
Para la larva migrans visceral (LMV), se recomienda el enzimoinmunoensayo (EIA) para detectar anticuerpos contra Toxocara con el fin de confirmar el diagnóstico. Las isoaglutininas pueden estar elevadas, pero el hallazgo es inespecífico. La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) pueden mostrar múltiples lesiones ovales mal definidas, de 1,0 a 1,5 cm, dispersas en el hígado, o nódulos subpleurales poco definidos en el tórax.
La hipergammaglobulinemia, la leucocitosis y la eosinofilia significativa son frecuentes en la LMV.
Las biopsias del hígado u otros órganos afectados pueden mostrar reacciones granulomatosas eosinófilas, pero las larvas son difíciles de hallar en los cortes tisulares, y las biopsias tienen un rendimiento bajo. El examen de las heces no es útil para el diagnóstico.
Para la larva migrans ocular, la experiencia en oftalmología es esencial para el diagnóstico. Las reacciones granulomatosas aparecen como lesiones ovaladas de color blanco en el polo posterior o la periferia de la retina. Algunos pacientes presentan endoftalmitis, que se manifiesta con un ojo rojo y doloroso einflamación intraocular difusa.
Las pruebas serológicas son útiles para confirmar el diagnóstico clínico de larva migrans visceral y larva migrans ocular. La presencia de anticuerpos anti-Toxocara y los hallazgos oftalmológicos característicos son útiles para diferenciar la LMO del retinoblastoma y prevenir la enucleación quirúrgica innecesaria del ojo. Lamentablemente, los títulos de anticuerpos anti-Toxocara pueden ser bajos o indetectables en pacientes con larva migrans ocular. Una prueba de anticuerpos positiva puede deberse a una infección pasada (la seroprevalencia global de anticuerpos anti-Toxocara es de aproximadamente el 19%) (1); por lo tanto, la serología debe interpretarse en el contexto de la anamnesis y la presentación clínica del paciente.
Referencia del diagnóstico
1. Rostami A, Riahi SM, Holland CV, et al. Seroprevalence estimates for toxocariasis in people worldwide: A systematic review and meta-analysis. PLoS Negl Trop Dis. 2019;13(12):e0007809. Published 2019 Dec 19. doi:10.1371/journal.pntd.0007809
Tratamiento de la toxocariasis
Albendazol o mebendazol
Tratamiento sintomático
Los pacientes asintomáticos y los pacientes con síntomas leves de larva migrans visceral no requieren tratamiento con antihelmínticos porque la infección es generalmente autolimitada.
Los antihistamínicos pueden ser suficientes para ayudar a aliviar los síntomas leves de prurito y erupción.
En pacientes con síntomas de moderados a graves se utiliza albendazol o mebendazol, pero no se ha determinado la duración óptima del tratamiento (1).
Los corticosteroides están indicados en pacientes con síntomas graves para reducir la inflamación.
La experiencia en oftalmología es esencial en el cuidado de la larva migrans ocular. Los corticosteroides, tanto locales como orales, están indicados para reducir la inflamación dentro del ojo. El papel de la terapia antihelmíntica es incierto. El albendazol usado con corticosteroides puede reducir las recurrencias, pero no se dispone de datos comparativos sobre dosis óptimas y duración del tratamiento, y no hay evidencia de que el albendazol mejore el resultado visual. Lamentablemente, casi todos los pacientes tienen discapacidad visual.
La fotocoagulación con láser se empleó para destruir las larvas en la retina. La criocirugía o la vitrectomía quirúrgica se han utilizado en algunas circunstancias.
Referencia del tratamiento
1. Magnaval JF, Bouhsira E, Fillaux J. Therapy and Prevention for Human Toxocariasis. Microorganisms. 2022;10(2):241. Published 2022 Jan 22. doi:10.3390/microorganisms10020241
Prevención de la toxocariasis
La infección por T. canis es frecuente en los cachorros de los Estados Unidos, mientras que la infección por T. cati en los gatos es menos común. Ambos animales deben desparasitarse con frecuencia.
El contacto con tierra o arena contaminada con heces de animales debe reducirse al mínimo. Los areneros deben permanecer cubiertos.
Conceptos clave
El ciclo vital de Toxocara canis incluye en condiciones normales a los perros; los seres humanos se infectan solo accidentalmente cuando ingieren huevos presentes en tierra contaminada con heces de animales infectados o ingieren huéspedes de transferencia infectados mal cocinados (p. ej., conejos).
En los seres humanos, la toxocariasis causa dos síndromes principales: la larva migrans visceral (que provoca varios síntomas dependiendo del órgano infectado) y la larva migrans ocular (que por lo general no causa síntomas o los hace leves, pero que puede ocasionar pérdida o disminución de la visión).
Diagnóstico basado en la anamnesis y la exploración física, y con un inmunoensayo enzimático para detectar antígenos de Toxocara.
La mayoría de los casos de larva migrans visceral son autolimitados y no requieren tratamiento, pero si es necesario, se puede usar lo siguiente: albendazol o mebendazol para los síntomas moderados a graves, posiblemente antihistamínicos para los síntomas leves de picazón y erupción cutánea y corticosteroides para los síntomas graves.
El tratamiento para la larva migratoria ocular consiste en corticoesteroides sistémicos y locales, a veces albendazol y, dependiendo de las circunstancias, terapia con láser, crioterapia o procedimientos quirúrgicos.
La desparasitación de los perros y los gatos puede ayudar a prevenir la toxocariasis.