Introducción a los tumores del sistema nervioso

PorMark H. Bilsky, MD, Weill Medical College of Cornell University
Revisado/Modificado jul 2024
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    Un tumor es un crecimiento anormal, ya sea no canceroso (benigno) o canceroso (maligno). En muchas partes del organismo, un tumor benigno causa pocos problemas o ninguno. Sin embargo, si algún crecimiento o masa situados en el encéfalo (tumor cerebral) o en la médula espinal (tumor vertebral) está aumentando de tamaño, puede causar un daño considerable debido a que las estructuras que contienen el encéfalo (el cráneo) y la médula espinal (la columna vertebral) no se pueden expandir para dejar espacio a cualquier aumento en su contenido.

    Los tumores, ya sean cancerosos o no, pueden desarrollarse a partir del tejido nervioso del cerebro o de la médula espinal. Los tumores cancerosos pueden diseminarse (hacer metástasis) hasta el encéfalo o la médula espinal desde cualquier lugar del organismo.

    Algunos cánceres situados en cualquier lugar del cuerpo causan síntomas de disfunción del sistema nervioso aun cuando no exista evidencia de que el tejido nervioso haya sido invadido. Estos trastornos se denominan síndromes paraneoplásicos. El efecto más frecuente del síndrome paraneoplásico es una disfunción de los nervios periféricos (polineuropatía) que da lugar a debilidad muscular, entumecimiento y hormigueos. No obstante, los síndromes paraneoplásicos más graves pueden causar demencia, cambios de humor, psicosis (que puede incluir delirios, alucinaciones y comportamiento extraño), convulsiones, pérdida de coordinación, mareos, visión doble y movimientos oculares anormales. Estos síndromes pueden ser mortales, incluso cuando el tumor permanece estable. En estos casos, el tratamiento consiste en eliminar de la sangre los anticuerpos que pueden causar el síndrome paraneoplásico ( (un procedimiento llamado plasmaféresis). Sin embargo, el tratamiento más eficaz es la extirpación del tumor.

    Los tumores del sistema nervioso se pueden tratar con cirugía, radioterapia, medicamentos como quimioterapia o, más a menudo, con una combinación de las anteriores. Algunas veces, la radioterapia daña el sistema nervioso, a pesar de los esfuerzos para evitar este efecto. La quimioterapia puede afectar la funcionalidad cerebral, por lo que los médicos eligen los medicamentos de quimioterapia con cuidado para evitar causar daños indebidos.

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