Pérdida de audición

PorMickie Hamiter, MD, New York Presbyterian Columbia
Revisado/Modificado jun 2024
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Datos clave

Aproximadamente el 15% de los adultos estadounidenses (37,5 millones) mayores de 18 años refieren algún problema de audición. Su incidencia aumenta con la edad. En Estados Unidos, entre 2 y 3 de cada 1000 niños nacen con un nivel detectable de pérdida de audición en uno o ambos oídos. Alrededor del 5% de los adultos de 45 a 54 años presentan una pérdida auditiva incapacitante. La tasa aumenta al 10% para los adultos de 55 a 64 años. Aproximadamente el 22% de las personas de 65 a 74 años y el 55% de las personas de 75 años o más presentan una pérdida de audición incapacitante.

En la mayoría de los casos, la pérdida de la audición se desarrolla lentamente con el tiempo. Sin embargo, la pérdida súbita de la audición ocurre aproximadamente en 1 de cada 5000 personas a 1 de cada 10000 personas cada año en Estados Unidos.

(Véase también Biología de los oídos.)

Causas de la pérdida de audición

La pérdida de audición tiene muchas causas (véase la tabla Algunas causas y características de la pérdida de audición). Pueden afectarse diferentes partes de la vía auditiva, y la pérdida se clasifica como de conducción, neurosensorial o mixta en función de la parte de la vía que resulte afectada.

La pérdida conductiva de audición ocurre cuando algo bloquea la llegada del sonido a las estructuras sensoriales en el oído interno. El problema puede afectar al conducto auditivo externo, al tímpano (membrana timpánica) o al oído medio.

La pérdida auditiva neurosensorial ocurre cuando el sonido llega al oído interno, pero o bien no puede traducirse en impulsos nerviosos (pérdida sensorial) o bien los impulsos nerviosos no son transportados al cerebro (pérdida neural). La distinción entre pérdida sensorial y neural es importante, ya que la pérdida de audición sensorial a veces es reversible y rara vez puede ser mortal. Una pérdida auditiva neural es muy raro que desaparezca y puede deberse a un tumor cerebral que puede ser mortal, por lo general un tumor del ángulo pontocerebeloso (por lo general un schwannoma vestibular). En un tipo adicional de pérdida neurosensorial denominado trastorno del espectro de la neuropatía auditiva, se puede detectar el sonido pero la señal no se envía correctamente al cerebro.

La pérdida auditiva mixta es una combinación de pérdida de conducción y neurosensorial. Puede estar causada por un traumatismo craneoencefálico grave, una infección crónica o uno de muchos trastornos genéticos raros.

Causas comunes de la pérdida de audición

Las causas más frecuentes suelen ser

La acumulación de cerumen es la causa tratable más común de pérdida de audición, sobre todo en las personas de edad avanzada.

El ruido puede causar una pérdida de audición neurosensorial súbita o gradual. La exposición a un único ruido extremo (como un arma de fuego o una explosión cercana) puede causar una pérdida repentina de audición, conocida como traumatismo acústico (o sonoro). Muchas personas con pérdida de audición también tienen zumbidos en los oídos (acúfenos). La pérdida de audición provocada por un traumatismo acústico suele desaparecer en un día (a no ser que la onda expansiva haya lesionado también el tímpano o el oído medio), si bien puede producirse un daño imperceptible en el oído interno que podría acelerar la pérdida de audición relacionada con la edad años más tarde. Sin embargo, es la exposición a largo plazo al ruido la que provoca la mayor parte de la pérdida de audición inducida por ruido. El ruido por encima de 85 decibelios (dB) puede causar pérdida de audición si la exposición se mantiene durante el tiempo suficiente; aunque la susceptibilidad a la pérdida de audición inducida por ruido varía considerablemente de una persona a otra, casi todas pierden algo de audición si están expuestas a un ruido lo bastante intenso durante un tiempo suficiente.

El envejecimiento, junto con la exposición al ruido y los factores genéticos, es un factor de riesgo habitual para la pérdida de audición. La pérdida auditiva relacionada con la edad (presbiacusia) limita más la capacidad de una persona para oír frecuencias más altas que su capacidad para oír frecuencias más bajas.

Las infecciones del oído son una causa habitual de pérdida de audición temporal entre leve y moderada (principalmente en los niños). La mayoría de los niños recuperan la audición normal en 3 o 4 semanas después de curarse la infección, pero algunos sufren una pérdida de audición permanente. La pérdida de audición persistente es más probable en los niños con infecciones de oído recidivantes.

Causas menos frecuentes

Entre las causas menos frecuentes se incluyen:

  • Trastornos sistémicos reumáticos y otros trastornos autoinmunitarios

  • Trastornos congénitos

  • Fármacos que dañan el oído (ototóxicos)

  • Lesiones

  • Tumores

Tabla
Tabla

Evaluación de la pérdida de audición

La siguiente información puede ayudar a decidir si es necesaria la evaluación de un médico y a saber qué se puede esperar durante la valoración.

Signos de alarma

En las personas con pérdida de audición, algunos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

  • Pérdida de audición en un solo oído

  • Cualquier anomalía neurológica (como dificultad para masticar o hablar, entumecimiento de la cara, mareos o pérdida de equilibrio)

Cuándo acudir al médico

Las personas con signos de alarma deben acudir al médico de inmediato. Las personas con pérdida de audición y sin signos de alarma deben acudir al médico sin demora.

Puesto que es posible que la pérdida gradual de la audición pase desapercibida, los médicos recomiendan realizar pruebas auditivas sistemáticas en los niños y las personas de edad avanzada. Las pruebas auditivas deben empezarse al nacer, para que los déficits de audición puedan ser detectados y tratados antes de que interfieran con el desarrollo del lenguaje. Los médicos a menudo hacen cribados de rutina a las personas mayores, haciéndoles preguntas específicas sobre su capacidad auditiva en determinadas circunstancias. Este cribado, si bien es importante, debe ir seguido de pruebas auditivas formales, ya que muchas personas mayores que podrían beneficiarse del tratamiento no se dan cuenta o incluso pueden negar que sufren un problema de audición.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física pueden sugerir una causa de la pérdida auditiva y las pruebas que pueden ser necesarias, como un audiograma y, si está justificado, pruebas de imagen del oído (como una TC o una RMN).

El médico pregunta cuándo se detectó por primera vez la pérdida de audición, si se localiza en uno o ambos oídos, y si tuvo lugar justo después de algún hecho súbito (por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico, un cambio de presión repentino o el inicio de un tratamiento con un fármaco). También es importante que el médico tenga en cuenta lo siguiente:

  • Síntomas en el oído, como dolor o sensación de congestión, zumbidos (acúfenos) o secreción

  • Síntomas del equilibrio, como desorientación en la oscuridad o una falsa sensación de movimiento o de giro (vértigo)

  • Síntomas neurológicos, como cefalea, debilidad facial o anomalías en el sentido del gusto

En los niños, son importantes síntomas asociados los retrasos en el habla o en el desarrollo del lenguaje, y el retraso en el desarrollo motor.

El médico busca en el historial médico de la persona si hay trastornos que puedan causar pérdida de la audición, incluyendo infecciones recurrentes del oído, exposición crónica a ruidos fuertes, traumatismo craneoencefálico y trastornos reumáticos sistémicos como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico. El médico tiene en cuenta si la persona afectada tiene antecedentes familiares de pérdida auditiva. También preguntará si se están tomando medicamentos que puedan dañar el oído (ototóxicos). En niños pequeños, los médicos revisan el informe del parto, para determinar si hubo alguna complicación durante el parto o alguna infección anterior al nacimiento.

La exploración física se centra en los oídos y la audición, así como en la exploración neurológica. Los médicos exploran el oído externo para detectar posibles obstrucciones, infecciones, malformaciones presentes desde el nacimiento (congénitas) y otras anomalías visibles. Se explora el tímpano en busca de perforaciones, supuración o signos de infección, sea aguda o crónica. Los médicos suelen hacer varias pruebas utilizando un diapasón para diferenciar la pérdida auditiva de conducción de la pérdida auditiva neurosensorial.

Medición de la sonoridad

La sonoridad se mide en una escala logarítmica. Esto significa que un aumento de 10 decibelios (dB) representa aumentar 10 veces la intensidad del sonido y duplicar el ruido percibido. De este modo, 20 dB es 100 veces la intensidad de 0 dB y parece 4 veces más fuerte; 30 dB es 1000 veces la intensidad de 0 dB y parece 8 veces más fuerte.

Decibelios

Ejemplo

0

El sonido más débil percibido por el oído humano

30

Susurro, biblioteca en calma

60

Conversación normal, máquina de coser o máquina de escribir

90

Cortacésped, herramientas corrientes, tráfico de camiones (90 dB por 8 horas por día es la exposición máxima sin protección*)

100

Sierra de cadena (motosierra), taladro neumático, motonieve (2 horas por día es la exposición máxima sin protección)

115

Limpieza con chorro de arena, concierto ruidoso, claxon de automóvil (15 minutos por día es la exposición máxima sin protección)

140

Disparo de pistola, motor de avión de propulsión a chorro (el ruido causa dolor, e incluso una breve exposición produce lesiones en los oídos sin protección; la lesión puede ocurrir incluso con protectores auriculares)

180

Plataforma de lanzamiento de cohetes

*Este nivel es el estándar federal obligatorio en Estados Unidos, pero se recomienda protección para cualquier exposición que no sea extremadamente breve a niveles de ruido superiores a 85 dB.

Pruebas complementarias

Las pruebas incluyen

  • Pruebas auditivas

  • A veces, RMN o TC

Los médicos realizan pruebas auditivas en todas las personas con pérdida de la audición; estas pruebas ayudan a los médicos a comprender el tipo de pérdida auditiva y determinar qué otras pruebas pueden ser necesarias.

La audiometría es el primer paso en las pruebas de audición. En ella, la persona debe ponerse unos cascos o auriculares que emiten tonos de diferente frecuencia e intensidad en uno u otro oído. La persona hace una señal al oír un tono, generalmente levantando la mano del lado correspondiente. Para cada frecuencia, la prueba identifica el tono más bajo que la persona puede oír en cada oído. Los resultados se presentan en comparación con lo que se consideraría una audición normal. Como los tonos altos a que se expone un oído pueden ser escuchados también por el otro, se presenta al oído que no está sometido a la prueba un sonido distinto del tono de la prueba (habitualmente un ruido blanco).

En algunas ocasiones se llevan a cabo pruebas de audición con diapasón (acumetría) durante la primera exploración médica de la persona afectada, pero no suelen hacerlas especialistas o audiólogos, que disponen de métodos más precisos para evaluar la audición. La prueba del diapasón puede ayudar a distinguir entre la pérdida auditiva de conducción y la pérdida auditiva neurosensorial. La prueba de Rinne y la prueba de Weber son dos tipos de pruebas del diapasón:

  • La prueba de Rinne compara la manera en que la persona oye los sonidos conducidos por el aire y la manera en que oye los sonidos conducidos por los huesos del cráneo. Para comprobar la audición por conducción aérea, se coloca un diapasón cerca del oído. Para comprobar la audición por conducción ósea, se coloca la base de un diapasón vibrante contra la cabeza para que el sonido circunvale el oído medio y vaya directamente a las células nerviosas del oído interno. Si la audición por conducción aérea está reducida y la de conducción ósea es normal, la pérdida de audición es de conducción. Si tanto la audición de conducción aérea como la ósea están reducidas, la pérdida de audición es neurosensorial o mixta. Las personas con una pérdida de audición neurosensorial pueden necesitar una evaluación adicional para detectar otras posibles afecciones, como enfermedad de Ménière o tumores cerebrales.

  • En la prueba de Weber se coloca el eje de un diapasón vibrante en la parte superior de la cabeza, en el centro, y la persona indica en qué oído el tono es más alto. En la pérdida conductiva de audición unilateral, el tono es más fuerte en el oído con pérdida auditiva. En la pérdida auditiva neurosensorial unilateral, el tono es más fuerte en el oído normal porque el diapasón estimula ambos oídos internos por igual y la persona oye el estímulo con el oído afectado.

La audiometría del umbral de recepción del habla mide la intensidad que requiere el habla para ser percibida claramente. La persona escucha una serie de palabras de dos sílabas acentuadas de igual modo (palabras espondaicas), como clara, cama y casa, presentadas a volúmenes distintos. Se registra el volumen al cual el paciente puede repetir correctamente la mitad de las palabras (umbral de inteligibilidad).

La discriminación, es decir, la capacidad para percibir las diferencias entre palabras que suenan de forma similar, se determina presentando pares de palabras monosílabas similares el porcentaje de palabras repetidas correctamente es el porcentaje de discriminación. Las personas con una pérdida conductiva de audición suelen tener un porcentaje normal de discriminación, aunque a un volumen más alto. En cambio, las personas con una pérdida auditiva neurosensorial suelen tener una discriminación anómala a cualquier volumen. Los médicos a veces comprueban la capacidad de las personas para reconocer las palabras en oraciones completas. Esta prueba ayuda a decidir qué personas que no obtienen resultados aceptables con una prótesis auditiva pueden beneficiarse de un dispositivo implantado.

La timpanometría mide la facilidad con que el sonido puede atravesar el tímpano y el oído medio. Esta prueba no requiere la participación activa de la persona y suele utilizarse en niños. Se coloca en el conducto auditivo, bien ajustado, un módulo con un micrófono y una fuente emisora de sonidos, y se hace que las ondas sonoras reboten sobre el tímpano a medida que el módulo hace variar la presión en el conducto auditivo. Los resultados anómalos de la timpanometría sugieren una pérdida auditiva de conducción.

La prueba de respuesta auditiva del tronco del encéfalo (prueba de respuesta auditiva troncoencefálica) mide los impulsos nerviosos del tronco del encéfalo resultantes de las señales sonoras recibidas en los oídos. La información ayuda a determinar qué tipo de señales recibe el cerebro procedentes de los oídos. Los resultados de las pruebas son anómalos en las personas con algunos tipos de pérdida de audición neurosensorial y en las personas con muchos tipos de trastornos cerebrales. La respuesta auditiva del tronco del encéfalo se utiliza para explorar a los lactantes, y también puede emplearse en el control de ciertas funciones cerebrales en personas en estado de coma o que hayan sido sometidas a una cirugía cerebral.

La electrococleografía mide la actividad de la cóclea y del nervio auditivo mediante un electrodo colocado sobre el tímpano o a través de él. Esta prueba y la respuesta auditiva del tronco del encéfalo pueden utilizarse para medir la audición en personas que no pueden o no quieren responder voluntariamente al sonido. Por ejemplo, se utilizan para descubrir si los lactantes y los niños muy pequeños sufren una profunda pérdida de audición (sordera).

La prueba de emisiones otoacústicas utiliza sonidos para estimular el oído interno (cóclea). Entonces el propio oído genera un sonido de muy baja intensidad que se corresponde con el estímulo. Estas emisiones cocleares se registran utilizando medios electrónicos sofisticados. Se utiliza sistemáticamente en muchas salas de recién nacidos para descartar una sordera congénita, y también para monitorizar la audición de personas en tratamiento con medicamentos ototóxicos. Esta prueba también se utiliza en adultos para ayudar a determinar la causa de una pérdida de audición.

Otras pruebas pueden medir la capacidad de interpretación y comprensión del habla distorsionada, la comprensión de un mensaje expuesto a un oído mientras otro mensaje está llegando al oído opuesto, la fusión de mensajes incompletos expuestos a cada oído y su transformación en un mensaje coherente, y la determinación de la procedencia de un sonido cuando es expuesto a ambos oídos al mismo tiempo.

Las personas con una exploración neurológica anómala o con ciertos hallazgos en las pruebas auditivas también deben realizarse una RMN del cráneo potenciada con gadolinio. Este tipo de RMN puede ayudar a los médicos a detectar ciertos trastornos del oído interno, tumores cerebrales cerca del oído o tumores en los nervios que provienen del oído.

Muchas causas genéticas de la sordera también provocan problemas en otros sistemas orgánicos. Por lo tanto, los niños con pérdida auditiva sin explicación aparente también deben someterse a exploraciones adicionales, como un examen ocular, un electrocardiograma (ECG) para detectar un posible síndrome del QT largo u otras pruebas específicas para cada órgano, así como pruebas genéticas.

Prevención de la pérdida de audición

Limitar la exposición a ruidos fuertes puede ayudar a prevenir la pérdida de audición; deben limitarse tanto la duración como la intensidad del ruido. Las personas expuestas regularmente a ruidos fuertes deben llevar protectores de oídos (como tapones de plástico en los canales auditivos u orejeras rellenas de glicerina cubriendo las orejas). La Occupational Safety and Health Administration (OSHA) del Department of Labor de Estados Unidos y agencias similares en muchos otros países han establecido estándares sobre la duración máxima de exposición al ruido. Cuanto mayor sea el ruido, más corto es el tiempo permitido de exposición. También se pueden considerar los tapones para los oídos u otros protectores auditivos si se anticipa una exposición breve a ruidos muy fuertes, como en los conciertos.

Tratamiento de la pérdida de audición

Cualquier causa de la pérdida de audición debe tratarse. Por ejemplo, los médicos extirpan excrecencias benignas o cancerosas. Cuando sea posible, se interrumpe el tratamiento con fármacos ototóxicos (a menos que la necesidad del fármaco sea mayor que el riesgo de pérdida de audición adicional).

Muchas causas de la pérdida de audición no tienen cura, y el tratamiento implica la compensación de la pérdida de audición con audífonos y varias estrategias y tecnologías de ayuda.

Estrategias y tecnologías de asistencia

Existen varios tipos de dispositivos de ayuda para las personas con una pérdida de audición importante. Los sistemas de alerta que utilizan luz permiten a las personas con pérdida de audición saber cuándo suena el timbre, cuándo se ha disparado el detector de humo o si el bebé está llorando. Los sistemas sonoros especiales que transmiten infrarrojos o señales de radio FM permiten la audición en teatros, iglesias u otros lugares donde haya ruidos superpuestos. Muchos programas de televisión llevan subtítulos. También están disponibles dispositivos telefónicos de comunicación.

La lectura de los labios y otras estrategias para afrontar la pérdida de audición se enseñan a veces en programas de rehabilitación auditiva impartidos por profesionales de la audición. Además de la lectura de los labios, se enseña a las personas afectadas a lograr un control sobre el entorno de audición por medio de un entrenamiento que les permite anticipar las situaciones de comunicación difícil, y así modificarlas o evitarlas.

Las personas con una pérdida de audición profunda suelen comunicarse utilizando el lenguaje de signos correspondiente a su idioma. El American Sign Language (ASL) es la versión más habitual en Estados Unidos. Otras formas de lenguajes de signos incluyen el Signed English, el Signing Exact English y el Cued Speech. Se ha estimado que en todo el planeta existen más de 300 lenguajes de signos únicos, con diferentes países, culturas y pueblos que tienen su propia forma única de lenguaje de signos.

Sordera unilateral

Las personas con pérdida auditiva en un único oído (sordera unilateral) no suelen presentar limitaciones de comunicación en situaciones de uno-a-uno. Sin embargo, con cierto ruido de fondo o en ambientes acústicos complejos (por ejemplo, aulas, fiestas y reuniones), las personas con sordera unilateral no pueden oír ni comunicarse de forma efectiva. Además, las personas que sólo oyen a través de un oído no pueden localizar el foco desde donde se ha originado el sonido (localización del sonido). Para muchas personas, la sordera unilateral puede alterar la vida cotidiana y provocar una discapacidad significativa en el trabajo y en situaciones sociales.

El tratamiento para la sordera unilateral incluye audífonos con CROS (Contralateral Routing of Signal) o los implantes auditivos osteointegrados que capturan el sonido del lado carente de audición y lo transfieren al oído funcional. Si bien estas tecnologías mejoran la audición en entornos ruidosos, no permiten la localización del sonido. Los implantes cocleares se utilizan cada vez más, con éxito, en personas con sordera unilateral, en especial si la sordera unilateral está acompañada de tinnitus grave (pitidos o zumbido en los oídos). También se ha demostrado que los implantes permiten detectar la localización del sonido.

Tratamiento en los niños

Además de tratar la causa y proporcionar las prótesis auditivas necesarias, los niños con pérdida de audición requieren ayuda para el desarrollo del lenguaje utilizando una terapia adecuada. Puesto que los niños deben ser capaces de escuchar el lenguaje para aprender de manera espontánea, la mayoría de los niños sordos solo desarrollan el lenguaje si disponen de un entrenamiento especial. Idealmente, esta capacitación se inicia tan pronto como se identifica la pérdida auditiva. Una excepción sería un niño sordo que crece con padres sordos que son usuarios de la lengua de signos con fluidez. Los lactantes sordos también necesitan una manera de comunicarse antes de aprender a hablar. Por ejemplo, un lenguaje de señas que se adapte a los lactantes puede proporcionar una base para el posterior desarrollo del lenguaje hablado si no es posible realizar un implante coclear. Sin embargo, para los niños, no hay sustituto para el acceso a los sonidos del habla (fonemas) que permita una comprensión refinada y matizada del habla y el lenguaje.

El implante coclear puede ser útil para lactantes con pérdida auditiva profunda en ambos oídos y que no pueden oír los sonidos con un audífono. Cuando antes se pueda colocar el implante en niños sordos, mayor será la mejora de la audición. Aunque los implantes cocleares ayudan a oír a muchos niños, tengan sordera congénita o adquirida, por lo general son más eficaces en aquellos que ya han desarrollado el lenguaje. Algunas veces el oído interno se calcifica y forma hueso (osifica) en los niños que se quedan sordos después de sufrir una meningitis; en estos casos, los implantes cocleares deben utilizarse de forma precoz para maximizar su efectividad. En los niños cuyos nervios acústicos hayan sido destruidos por tumores también puede ser de utilidad la implantación de electrodos en la base del encéfalo (tronco del encéfalo). Los niños con implantes cocleares pueden tener un riesgo ligeramente mayor de meningitis que los niños sin implantes cocleares y que los adultos con implantes cocleares.

Los niños con sordera en un solo oído deben estar autorizados a utilizar un sistema especial en el aula, como un entrenador auditivo de FM. Con estos sistemas, el profesor habla con un micrófono que envía señales a un audífono en el oído normal del niño. Este proceso mejora la capacidad del niño, que suele estar gravemente dificultada, para distinguir el habla sobre el ruido de fondo. Además, los niños sordos de un solo oído pueden beneficiarse de un implante coclear en su oído sordo.

Aspectos esenciales para las personas mayores: pérdida de audición

Las personas mayores suelen sufrir una disminución progresiva de la audición, llamada presbiacusia. Alrededor del 5% de los adultos de 45 a 54 años presentan una pérdida auditiva incapacitante. La tasa aumenta al 10% para los adultos de 55 a 64 años. Aproximadamente el 22% de las personas de 65 a 74 años y el 55% de las personas de 75 años o más presentan una pérdida de audición incapacitante. Aun así, los médicos deben evaluar a las personas mayores con pérdida de la audición, ya que la causa puede no ser la edad. Algunas personas pueden tener un tumor, un trastorno neurológico o autoinmunitario o reumático sistémico o una causa fácilmente corregible de pérdida de audición.

Incluso una pérdida de audición leve dificulta la comprensión del habla y hace que las personas mayores muestren ciertos comportamientos comunes. Una persona de edad avanzada con una pérdida de audición leve puede evitar las conversaciones. La comprensión del habla puede ser especialmente difícil si hay ruido de fondo o más de una persona hablando, por ejemplo en un restaurante o en una reunión familiar. Tener que pedir constantemente a otros que hablen más alto es desalentador, tanto para el oyente como para el orador. A veces, las personas con pérdida de audición no entienden bien las preguntas y dan una respuesta aparentemente extraña, llevando a otros a creer que sufren confusión. Pueden juzgar mal la sonoridad de su propio discurso y hacer que los demás eviten conversar con ellos. Así, la pérdida de audición puede conducir a aislamiento social, inactividad, pérdida de apoyo social y depresión. En una persona con demencia, la pérdida de audición puede dificultar aún más la comunicación. En las personas afectadas por una demencia, corregir una pérdida de audición hace que la demencia sea un poco más fácil de manejar. La corrección de la pérdida de audición tiene claros beneficios en la salud de los afectados, tanto físicos como psicosociales.

Presbiacusia

La presbiacusia es la pérdida de audición relacionada con la edad. Probablemente es el resultado de una combinación del deterioro relacionado con la edad y los efectos de una vida de exposición al ruido y genética.

La pérdida de audición suele afectar primero a las frecuencias de sonido más altas, y por lo general empieza entre los 55 y los 65 años de edad (a veces antes). La pérdida de audición de alta frecuencia dificulta especialmente la comprensión del habla, incluso cuando el volumen global del habla parece normal. Esto se debe a que ciertas consonantes (como C, D, K, P, S, T) son sonidos de alta frecuencia. Estos sonidos consonánticos son los más importantes para el reconocimiento del habla. Por ejemplo, cuando en inglés se pronuncian las palabras «shoe», «blue», «true», «too» o «new» (todas con un sonido vocálico muy similar) muchas personas con presbiacusia pueden escuchar el sonido «oo», pero no pueden reconocer de qué palabra se trata porque no pueden distinguir las consonantes. Las personas afectadas suelen pensar que el orador está farfullando. Si el emisor intenta hablar más fuerte, por lo general hace hincapié en los sonidos vocálicos (de baja frecuencia), lo que no ayuda mucho a mejorar el reconocimiento del habla. El exceso de ruido de fondo hace que la comprensión del habla sea particularmente difícil.

Cribado

Es importante realizar pruebas de cribado de una posible pérdida de audición en las personas mayores, ya que muchas de ellas no se dan cuenta del problema. Los familiares o los médicos pueden formular a la persona afectada una serie de preguntas utilizando una herramienta de detección como el Inventario de discapacidad auditiva para la versión de cribado para ancianos, que pregunta:

  • ¿Tiene algún problema de audición que le haga sentirse incómodo cuando está con otras personas?

  • ¿Tiene algún problema para oír que le haga sentirse frustrado cuando habla con algún familiar?

  • ¿Tiene dificultad para oír cuando alguien susurra?

  • ¿Se siente discapacitado por un problema de audición?

  • ¿Tiene algún problema para oír que le cause dificultades cuando visita a amigos, parientes o vecinos?

  • ¿Tiene algún problema para oír que le hace asistir con menor frecuencia a los oficios religiosos de lo que a usted le gustaría?

  • ¿Tiene algún problema para oír que le provoque discusiones con sus familiares?

  • ¿Tiene algún problema para oír que le dificulte escuchar la televisión o la radio?

  • ¿Siente que tiene algún problema de audición que le dificulte su vida personal o social?

  • ¿Tiene algún problema de audición que le cause dificultades cuando está en un restaurante con familiares o amigos?

Para cada pregunta, una respuesta no = 0 puntos, a veces = 2 puntos, y sí = 4 puntos. Una puntuación superior a 10 sugiere una importante pérdida de la audición y se recomienda el seguimiento por un especialista en audición.

Conceptos clave

  • La cera del oído, las infecciones, el envejecimiento y la exposición al ruido son las causas más habituales de pérdida de audición.

  • Todas las personas con pérdida de audición deben realizarse pruebas auditivas.

  • Las personas con síntomas neurológicos (tales como mareos o vértigo) generalmente deben someterse a pruebas de diagnóstico por la imagen.

  • Los tratamientos consisten en la corrección de causas evitables (como ruidos o fármacos), cirugía (por ejemplo, para eliminar crecimientos benignos o cancerosos), audífonos, implantes cocleares y diversas tecnologías de asistencia.

Más información

Los siguientes son recursos en inglés que pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de estos recursos.

  1. National Institute on Deafness and Other Communication Disorders: (Instituto nacional para la sordera y otros trastornos de la comunicación): información sobre la pérdida de audición y otros trastornos de la comunicación, que abarcan las funciones de audición, equilibrio, gusto, olfato, voz, habla y lenguaje

  2. The National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH)—Noise and Hearing Loss Prevention: (Instituto nacional para la seguridad y la salud laboral, NIOSH por sus siglas en inglés-Prevención contra el ruido y la pérdida de audición): revisa las regulaciones y normas laborales, las estrategias de control de ruido y los dispositivos de protección auditiva, así como los programas de prevención de la pérdida de audición, los factores de riesgo y la información para industrias y ocupaciones específicas

  3. Occupational Safety and Health Administration (OSHA): Occupational Noise Exposure: (Agencia para la seguridad y la salud laboral, OSHA por sus siglas en inglés-Exposición laboral al ruido): información sobre el daño auditivo causado por la exposición al ruido en el lugar de trabajo, incluyendo un enlace para descargar una herramienta que mide los niveles de sonido y proporciona parámetros de exposición al ruido para ayudar a reducir la pérdida de audición inducida por ruido ocupacional

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