Las deficiencias nutricionales pueden empeorar la evolución de la salud (haya o no una enfermedad subyacente) y algunos trastornos (p. ej., malabsorción) pueden causar deficiencias nutricionales. También, muchos pacientes (p. ej., los pacientes mayores durante la hospitalización aguda) tienen deficiencias nutricionales no sospechadas que requieren tratamiento. Muchos centros médicos tienen equipos multidisciplinarios de soporte nutricional formados por médicos, personal de enfermería, nutricionistas y farmacéuticos para ayudar al médico clínico a prevenir, diagnosticar y tratar las deficiencias nutricionales asintomáticas.
La sobrenutrición puede contribuir al desarrollo de trastornos crónicos como cáncer, hipertensión, obesidad, diabetes mellitus y enfermedad coronaria. En algunas enfermedades metabólicas hereditarias, son necesarias las restricciones dietéticas (p. ej., galactosemia y fenilcetonuria).
Evaluación del estado nutricional
Las indicaciones habituales para la evaluación nutricional incluyen las siguientes:
Peso corporal o composición corporal no deseados
Sospecha de deficiencias o toxicidades de nutrientes esenciales específicos
En los lactantes y los niños, crecimiento o desarrollo insuficientes
El estado nutricional debe ser evaluado en forma rutinaria como parte del examen clínico para
Lactantes y niños
Personas mayores
Personas que toman varios medicamentos
Persoas con enfermedades psiquiátricas
Personas con trastornos sistémicos que duran más de varios días
La evaluación del estado nutricional general incluye la anamnesis, el examen físico y, en ocasiones, exámenes complementarios. En caso de sospechar un cuadro de desnutrición, pueden realizarse pruebas de laboratorio (p. ej., niveles de albúmina) y pruebas cutáneas para detectar hipersensibilidad retardada. El estudio de la composición corporal (p. ej., medición del pliegue cutáneo, análisis de la impedancia bioeléctrica) se realiza para calcular el porcentaje de grasa corporal y para evaluar la obesidad.
La anamnesis incluye preguntas sobre la ingestión de la dieta, cambios de peso y factores de riesgo para deficiencias nutricionales, así como una revisión sistematizada de los sistemas corporales (véase tabla Signos y síntomas de deficiencia nutricional). Un nutricionista puede obtener una historia dietética más detallada. Esta evaluación suele incluir una lista de alimentos ingeridos en las 24 horas previas y un cuestionario sobre alimentos. Puede utilizar un diario de comidas para recordar todos los alimentos ingeridos. Una dieta ad libitum mensurada, en la que el paciente pesa y anota lo que consume, es el registro más preciso.
Debe realizarse un examen físico completo, que incluya la determinación de la talla y del peso y de la distribución de la grasa corporal. El índice de masa corporal (IMC)—peso (kg)/altura(m)2, que ajusta el peso a la altura (véase tabla Índice de masa corporal), es más preciso que las tablas de altura y de peso. Existen estándares de crecimiento y aumento de peso para lactantes, niños y adolescentes (véase Crecimiento físico de lactantes y niños).
La distribución de la grasa corporal es importante. Una obesidad troncal desproporcionada (es decir, relación cintura/cadera > 0,8) se asocia con trastornos cardiovasculares y cerebrovasculares, hipertensión y diabetes mellitus con mayor frecuencia que la grasa localizada en otras partes del cuerpo. La medición de la cintura en pacientes con un IMC < 35 premite determinar si tienen obesidad troncal y ayuda a predecir el riesgo de diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia y trastornos cardiovasculares. Se considera que hay riesgo aumentado cuando la circunferencia de la cintura es > 102 cm (> 40 pulg) en los hombres o > 88 cm (> 35 pulg) en las mujeres.