Introducción a los síntomas de los trastornos cerebrales, medulares y nerviosos

PorMark Freedman, MD, MSc, University of Ottawa
Revisado/Modificado oct 2023
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    Los trastornos que afectan el encéfalo, la médula espinal y los nervios se denominan trastornos neurológicos.

    Los síntomas neurológicos (síntomas causados por un trastorno que afecta a una parte o a la totalidad del sistema nervioso) pueden variar en gran medida debido a que el sistema nervioso controla muchas funciones corporales diferentes. Entre estos síntomas se incluyen todos los tipos de dolor, también el dolor de cabeza y el de espalda. Los músculos, la sensibilidad cutánea, los sentidos especiales (vista, oído, olfato y gusto) y otros sentidos, dependen de los nervios para funcionar normalmente. Por ello, entre los síntomas neurológicos se incluyen debilidad o pérdida de la coordinación muscular, alteraciones de la sensibilidad cutánea y trastornos de la visión, gusto, olfato y oído.

    Los trastornos neurológicos pueden alterar el sueño, haciendo que la persona esté ansiosa o agitada a la hora de dormir y por tanto que esté cansada y somnolienta durante el día.

    Los síntomas neurológicos pueden ser de poca importancia (como un pie dormido) o suponer un riesgo vital (como una situación de coma debido a un accidente cerebrovascular).

    ¿Qué es un síntoma neurológico?

    Los síntomas neurológicos (síntomas causados por un trastorno que afecta a una parte o a la totalidad del sistema nervioso) pueden variar en gran medida debido a que el sistema nervioso controla muchas funciones corporales diferentes. Estos síntomas pueden incluir todos los tipos de dolor y pueden afectar la funcionalidad muscular, la sensibilidad, los sentidos especiales (vista, oído, olfato y gusto), el sueño, la consciencia y la funcionalidad mental (cognición).

    Algunos síntomas neurológicos relativamente frecuentes son los siguientes:

    Dolor

    Disfunción muscular

    • Debilidad

    • Temblor (sacudidas rítmicas de una parte del cuerpo)

    • Parálisis

    • Movimientos involuntarios o no intencionados (como los tics)

    • Alteraciones de la marcha

    • Torpeza o mala coordinación

    • Espasmos musculares

    • Rigidez, agarrotamiento y espasticidad (espasmos musculares debidos al agarrotamiento muscular)

    • Movimientos más lentos

    Alteraciones de la sensibilidad

    • Entumecimiento cutáneo

    • Sensación de hormigueo o de pinchazos con agujas

    • Sensibilidad aumentada (hipersensibilidad) al tacto suave

    • Pérdida de la sensibilidad para el tacto, el frío, el calor o el dolor

    • Pérdida del sentido de posición (saber dónde se encuentran situadas las partes del cuerpo en el espacio)

    Alteraciones en los sentidos especiales

    Otros síntomas

    Trastornos del sueño

    Alteraciones de la consciencia

    Alteraciones cognitivas (capacidad mental)

    • Dificultad para entender el lenguaje o para utilizar el lenguaje hablado o escrito (afasia)

    • Mala memoria

    • Dificultad en las habilidades motoras habituales, como encender una cerilla o peinarse, a pesar de conservar una fuerza normal (apraxia)

    • Incapacidad para reconocer objetos familiares (agnosia) o caras conocidas (prosopagnosia)

    • Incapacidad para mantener la concentración cuando se realiza una actividad

    • Incapacidad para distinguir derecha de izquierda

    • Incapacidad para realizar operaciones aritméticas simples (acalculia)

    • Dificultad para comprender relaciones espaciales (por ejemplo, ser incapaz de dibujar un reloj o perderse al conducir por un barrio conocido)

    • Demencia (disfunción de diversas funciones cognitivas)

    • El descuido de un lado del cuerpo o la negación de su existencia (a menudo debido a una lesión cerebral)

    Las características y el patrón al que se ajustan los síntomas constituyen para el médico una ayuda muy consistente para establecer el diagnóstico del trastorno neurológico. Los médicos también llevan a cabo un examen neurológico que permite detectar trastornos del encéfalo, la médula espinal y los nervios de otras zonas del organismo (nervios periféricos).

    Los nervios periféricos son

    • Los nervios que conectan la cabeza, la cara, los ojos, la nariz, las orejas y sus músculos con el cerebro (nervios craneales)

    • Los nervios que conectan la médula espinal con el resto del organismo: 31 pares de nervios espinales

    • Nervios que recorren todo el cuerpo

    Algunos nervios periféricos (los nervios sensitivos) llevan información sensorial (sobre sensaciones como el dolor, la temperatura, la vibración, los olores y los sonidos) hasta la médula espinal y después hasta el encéfalo. Otros nervios (los nervios motores) llevan los impulsos que controlan el movimiento muscular desde el encéfalo hasta los músculos, a través de la médula espinal. Y otros (llamados nervios autónomos) llevan información sobre el organismo y el entorno externo a los órganos internos, como los vasos sanguíneos, el estómago, el intestino, el hígado, los riñones y la vejiga. En respuesta a esta información, los nervios autónomos estimulan o inhiben los órganos que suministran. Estos nervios funcionan de forma automática (autónoma), es decir, sin el esfuerzo consciente de la persona.

    Si los nervios motores están dañados, los músculos se debilitan o se paralizan. Si los nervios sensitivos están dañados, se pueden sentir sensaciones anormales o bien la sensibilidad, la vista u otro sentido pueden resultar alterados o perdidos. Si los nervios autónomos están dañados, el órgano que regulan puede funcionar mal. Por ejemplo, es posible que la presión arterial no aumente de forma normal cuando la persona se incorpora, de manera que puede sentirse mareada.

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