En los países con bajas tasas de inseguridad alimentaria, la deficiencia de vitamina C puede ocurrir como parte de la desnutrición general, pero la deficiencia grave (que causa escorbuto) es infrecuente. Los síntomas incluyen fatiga, depresión y alteraciones del tejido conectivo (p. ej., gingivitis, petequias, exantema, sangrado interno y alteración en la cicatrización de heridas). En los lactantes y los niños, puede estar afectado el crecimiento óseo. El diagnóstico suele ser clínico. El tratamiento consiste en vitamina C por vía oral.
La vitamina C participa en la formación de colágeno, carnitina, hormonas y aminoácidos. Es fundamental para la salud de los huesos y los vasos sanguíneos y para la cicatrización de las heridas y facilita la recuperación luego de las quemaduras. La vitamina C también es antioxidante, mejora la función inmunitaria y facilita la absorción de hierro (véase tabla Fuentes, funciones y efectos de las vitaminas).
Las fuentes dietéticas de vitamina C incluyen frutas cítricas, tomates, patatas, brócoli, fresas y pimientos dulces. (Véase también Generalidades sobre las vitaminas).
La deficiencia grave de vitamina C causa escorbuto, un trastorno caracterizado por manifestaciones hemorrágicas y alteraciones de la síntesis de osteoide y dentina.
Etiología de la deficiencia de vitamina C
La deficiencia primaria de vitamina C suele deberse a
Dieta inadecuada
La necesidad de vitamina C aumenta en las enfermedades febriles, los trastornos inflamatorios (sobre todo, los que cursan con diarrea), la aclorhidria, el tabaquismo, el hipertiroidismo, la deficiencia de hierro, el estrés por frío o por calor, las quemaduras y la deficiencia de proteínas.
El calor (p. ej., esterilización de fórmulas lácteas, cocción) puede destruir parte de la vitamina C de los alimentos.
Fisiopatología de la deficiencia de vitamina C
En caso de deficiencia de vitamina C, la formación de sustancias que actúan como cemento intercelular en los tejidos conectivos, el hueso y la dentina es deficiente, lo que causa debilidad de los capilares con consiguientes hemorragias y defectos en el hueso y estructuras relacionadas.
Se ve afectada la formación de tejido óseo, algo que, en los niños, provoca lesiones óseas y escaso crecimiento de los huesos. Se forma tejido fibroso entre la diáfisis y la epífisis, y las uniones osteocondrales aumentan de tamaño. Fragmentos densamente calcificados se incrustan en el tejido fibrosos. Tanto en niños como en adultos, pueden producirse hemorragias subperiósticas, en ocasiones producidas por pequeñas fracturas.
Síntomas y signos de la deficiencia de vitamina C
En los adultos, los síntomas de deficiencia de vitamina C se desarrollan semanas a meses después de la depleción de vitamina C. Antes, pueden aparecer laxitud, debilidad, irritabilidad, adelgazamiento, mialgias y artralgias generalizadas.
Al cabo de unos meses de deficiencia aparecen síntomas de escorbuto (asociados a defectos de los tejidos conectivos). Es posible la aparición de hiperqueratosis folicular, cabello rizado y hemorragias perifoliculares. Las encías pueden presentarse tumefactas, moradas, esponjosas y friables, y sangran con facilidad en las deficiencias graves. Con el tiempo, los dientes se movilizan y sufren avulsión. Puede haber infecciones secundarias. Las heridas cicatrizan mal y se abren con facilidad, pueden producirse hemorragias espontáneas, sobre todo en forma de equimosis en la piel de los miembros inferiores o hemorragias en la conjuntiva bulbar.
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Otros signos y síntomas incluyen neuropatía femoral por hemorragia de las vainas femorales (que puede confundirse con trombosis venosas profundas), edema de los miembros inferiores y hemorragias y derrames dolorosos en las articulaciones.
En los lactantes, los síntomas incluyen irritabilidad, dolor durante el movimiento, anorexia y crecimiento más lento. En los lactantes y los niños, se afecta el crecimiento óseo y puede ocurrir anemia y hemorragia.
Diagnóstico de deficiencia de vitamina C
Suele ser clínico (sobre la base de hallazgos cutáneos o gingivales y los factores de riesgo)
El diagnóstico de la deficiencia de vitamina C suele ser clínico en un paciente con signos cutáneos o gingivales y con riesgo de deficiencia de vitamina C. Puede realizarse una confirmación con pruebas de laboratorio. Se solicita un hemograma completo, se suele detectar anemia. Los tiempos de sangrado, coagulación y protrombina son normales.
Las radiografías óseas pueden ayudar a diagnosticar el escorbuto infantil (pero no el del adulto). Las alteraciones son más evidentes en los extremos de los huesos largos, sobre todo en las rodillas. Los cambios iniciales son similares a una atrofia. La pérdida del trabeculado produce un aspecto en vidrio esmerilado. La médula se vuelve más delgada. En la metáfisis, puede observarse una línea cartilaginosa irregular calcificada (líneas blancas de Fraenkel). Puede ser visible una zona de rarefacción o una fractura lineal proximal y paralela a la línea blanca sólo como una alteración triangular en el margen lateral del hueso, pero es específica. La epífisis puede estar comprimida. Las hemorragias subperiósticas en fase de curación pueden elevar y calcificar el periostio.
En ocasiones, se realiza un diagnóstico con pruebas de laboratorio en centros académicos, que requieren determinar el nivel sérico de ácido ascórbico. Niveles < 0,6 mg/dL (< 34 mcmol/L) son considerados límite; niveles < 0,2 mg/dL (< 11 mcmol/L) indican deficiencia de vitamina C. La medición de los niveles de ácido ascórbico en la capa leucocitaria de la sangre centrifugada no es una prueba generalizada o estandarizada.
En los adultos, debe diferenciarse el escorbuto de la artritis, los trastornos hemorrágicos, la gingivitis y la desnutrición calórico-proteica. La presencia de folículos pilosos hiperqueratósicos rodeados por congestión o hemorragia es casi patognomónica. Las encías sangrantes, las hemorragias conjuntivales, la mayoría de las petequias, y las equimosis son inespecíficas.
Tratamiento de la deficiencia de vitamina C
Dieta nutritiva con suplemento de ácido ascórbico
Para el escorbuto en adultos, se administra ácido ascórbico. Un régimen razonable consiste en 500 a 1.000 mg por vía oral una vez al día durante 1 a 2 semanas, hasta que desaparezcan los signos, seguidos por una dieta nutritiva que aporte 1 a 2 veces la ingesta diaria recomendada.
En el escorbuto, las dosis terapéuticas de ácido ascórbico reponen las funciones de la vitamina C en pocos días. Los signos y síntomas suelen desaparecer después de 1 a 2 semanas. La gastritis crónica con hemorragias subcutáneas generalizadas persisten durante más tiempo.
Prevención de la deficiencia de vitamina C
La administración de 75 mg de vitamina C por vía oral 1 vez al día en las mujeres y de 90 mg por vía oral en los hombres previene la deficiencia. Los fumadores deben consumir 35 mg/día más. Las dosis preventivas en niños dependen de la edad.
Cinco porciones de la mayoría de las frutas y verduras (recomendadas por día) aportan > 200 mg de vitamina C.
Conceptos clave
Los requerimientos de vitamina C aumenta en la inflamación hepática, la diarrea, el tabaquismo, el hipertiroidismo, la deficiencia de hierro, el estrés por frío o por calor, las cirugías, las quemaduras y la deficiencia de proteínas.
Después de semanas o meses, la deficiencia provoca síntomas inespecíficos (p. ej., debilidad, lasitud, irritabilidad, artralgias, mialgias); más tarde, el tejido conectivo se ve afectado, esto causa hiperqueratosis folicular, cabello enrulado, encías inflamadas y sangrantes, dientes flojos, mala cicatrización de heridas y hemorragias espontáneas.
En los pacientes que tienen síntomas cutáneos o gingivales o factores de riesgo para la deficiencia, medir el nivel de ácido ascórbico.
Tratar con ácido ascórbico suplementario y una dieta nutritiva.