La erupción es un síntoma frecuente, especialmente en el lactante. La mayoría de las erupciones no son graves.
Etiología de la erupción en lactantes y niños pequeños
Las erupciones pueden ser causadas por una infección (viral, micótica o bacteriana), contacto con sustancias irritantes, atopia, hipersensibilidad a fármacos, otras reacciones alérgicas, trastornos inflamatorios o vasculitis ( ver Algunas causas de erupción en lactantes y niños).
La fotografía muestra lesiones de molusco contagioso. Las lesiones miden típicamente de 1 a 5 mm y son pápulas solitarias o en grupo, firmes e indoloras. Son de color nacarado a rosado, en forma de cúpula, y pueden ser umbilicadas.
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Esta fotograía muestra lesiones muy graves en la cara de un niño infectado por HIV. El molusco gigante indica inmunodeficiencia avanzada.
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Esta fotografía muestra una dermatitis del pañal irritativa ("dermatitis en W").
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Imagen cortesía de Thomas Habif, MD.
Esta fotografía muestra dermatitis del pañal grave debido a negligencia.
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El eritema multiforme se caracteriza por lesiones en blanco de tiro o en iris, que son lesiones anulares con un centro violáceo y un halo rosado separados por un anillo pálido.
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Esta fotografía muestra pequeños quistes de color perla en general en la cara de los recién nacidos.
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Esta fotografía muestra un exudado blanco esponjoso en la lengua de un niño infectado por HIV.
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La dermatitis atópica se suele desarrollar en la infancia. En la fase aguda, las lesiones aparecen en la cara y luego se diseminan hacia el cuello, el cuero cabelludo y las extremidades.
Imagen cortesía de Thomas Habif, MD.
Esta fotografía muestra la dermatitis de contacto alérgica en el antebrazo de un niño después de que se aplicó un tatuaje temporario negro de "henna".
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Las manifestaciones cutáneas de la dermatitis de contacto alérgica varían desde el eritema, vesículas, hasta el edema con ampollas. Las lesiones suelen presentar un patrón o distribución que sugieren una exposición específica. En esta imagen se observa una lesión linear en una extremidad, lo que sugiere el contacto con una planta (p. ej., hiedra venenosa o zumaque venenoso).
Imagen cortesía de Thomas Habif, MD.
Globalmente, las causas más frecuentes de erupción en lactantes y niños pequeños incluyen
La dermatitis del pañal (con o sin infección por cándida)
Exantema viral
Muchas infecciones virales producen erupciones. Algunas (p. ej., varicela y sarampión, que actualmente son infrecuentes debido a la vacunación, pero deben considerarse en niños no vacunados; eritema infeccioso) tienen un aspecto bastante típico y una manifestación clínica; otras son inespecíficas. Las reacciones medicamentosas cutáneas son exantemas maculopapulares generalmente autolimitados, pero a veces se producen reacciones graves.
Las causas poco frecuentes pero graves de erupción incluyen
Evaluación de la erupción en lactantes y niños pequeños
Anamnesis
La anamnesis de la enfermedad actual se enfoca en la evolución de la enfermedad, sobre todo en la relación entre la erupción y otros síntomas.
La revisión por aparatos y sistemas se centra en los síntomas de los trastornos causales, que incluyen síntomas gastrointestinales (que sugieren vasculitis asociada a la inmunoglobulina A [antes denominada púrpura de Henoch-Schönlein] o síndrome urémico-hemolítico), síntomas articulares (que sugieren vasculitis asociada a inmunoglobulina A o enfermedad de Lyme), cefalea o síntomas neurológicos (lo que sugiere meningitis o enfermedad de Lyme).
Los antecedentes médicos deben registrar cualquier fármaco utilizado recientemente, sobre todo antibióticos y anticonvulsivos. Se observan antecedentes familiares de atopia.
Examen físico
El examen comienza con una revisión de los signos vitales, en particular para detectar fiebre. La observación inicial evalúa los signos de letargo, irritabilidad o sufrimiento del lactante o el niño. Se realiza un examen físico completo, con particular atención a las características de las lesiones de la piel, que incluyen la presencia de ampollas, vesículas, petequias, púrpura o urticaria y el compromiso de la mucosa. Los niños son evaluados en busca de signos meníngeos (rigidez de nuca, signos Kernig y Brudzinski) aunque estos signos están a menudo ausentes en niños < 2 años.
Signos de alarma
Los siguientes hallazgos son de particular importancia:
Ampollas o descamación de la piel
Diarrea o dolor abdominal
Fiebre y llanto inconsolable o irritabilidad extrema
Inflamación de la mucosa
Petequias y/o púrpura
Urticaria con enfermedad respiratoria
Interpretación de los hallazgos
Los niños que tienen buen aspecto y no tienen síntomas o signos sistémicos es poco probable que tengan un trastorno peligroso. La aparición de la erupción generalmente estrecha el diagnóstico diferencial. Los síntomas y signos asociados ayudan a identificar a los pacientes con un trastorno grave y a menudo sugieren el diagnóstico ( ver Algunas causas de erupción en lactantes y niños).
Las ampollas o el esfacelo sugieren el síndrome de la piel escaldada estafilocócica o el síndrome de Stevens-Johnson y se consideran emergencias dermatológicas. La inflamación conjuntival puede ocurrir en la enfermedad de Kawasaki, sarampión, síndrome estafilocócico de la piel escalcada y el síndrome de Stevens-Johnson. En cualquier niño con fiebre y petequias o púrpura se debe evaluar cuidadosamente la posibilidad de meningococcemia. La diarrea sanguinolenta con palidez y petequias debe plantear una preocupación por la posibilidad de síndrome urémico hemolítico. La fiebre durante > 5 días con evidencia de inflamación de la mucosa y la erupción deben impulsar el examen y una evaluación posterior para la enfermedad de Kawasaki.
Estudios complementarios
En la mayoría de los niños, la anamnesis y el examen físico suelen ser suficientes para el diagnóstico. Las pruebas complementarias se dirigen a las amenazas potenciales a la vida; e incluyen la tinción de Gram y hemocultivos y cultivos de líquido cefalorraquídeo para meningococcemia; hemograma completo, pruebas de función renal y pruebas de heces para el síndrome urémico hemolítico).
Tratamiento de la erupción en lactantes y niños pequeños
El tratamiento del exantema está orientado a la causa (p. ej., crema antimicótica para la infección por Candida).
Para la dermatitis del pañal, el objetivo es mantener el área del pañal limpio y seco, sobre todo por el cambio de pañales con más frecuencia y lavar suavemente el área con jabón suave y agua. A veces, un ungüento de barrera que contiene óxido de zinc o vitaminas A y D puede ayudar.
El prurito en los lactantes y los niños puede ser disminuido por los antihistamínicos orales:
Difenhidramina: para niños > 6 meses, 1,25 mg/kg cada 6 h (máximo 50 mg cada 6 h)
Hidroxizina: para niños > 6 meses 0,5 mg/kg cada 6 h (máximo para los niños < 6 años, 12,5 mg cada 6 h; para aquellos ≥ 6 años, 25 mg cada 6 h)
Cetirizina: para niños de 6 a 23 meses, 2,5 mg 1 vez al día; para aquellos de 2 a 5 años, 2,5 a 5 mg 1 vez al día; para aquellos > 6 años, 5 a 10 mg 1 vez al día
Loratadina: para niños de 2 a 5 años, 5 mg 1 vez al día; para aquellos > 6 años, 10 mg 1 vez al día
Algunos efectos adversos comunes de los antihistamínicos incluyen boca seca, somnolencia, mareos, náuseas y vómitos, inquietud o mal humor (en algunos niños), dificultad para orinar, visión borrosa y confusión.
Conceptos clave
Las mayoría de las erupciones en los niños son benignas.
Para la mayoría de las erupciones en lactantes y niños, la anamnesis y el examen físico son suficientes para el diagnóstico.
Los niños con erupción por enfermedad grave suelen tener manifestaciones sistémicas de la enfermedad.