Las infecciones cerebrales pueden ser causadas por virus, bacterias, hongos o, en ocasiones, protozoos o parásitos.
La encefalitis es más frecuente debido a los virus, como el herpes simple, herpes zoster, enterovirus (1) o virus del Nilo Occidental.
Las infecciones, como la leucoencefalopatía multifocal progresiva, causada por el virus JC o la panenceflitis esclerosante subaguda, causada por el virus del sarampión, también afectan el cerebro; ellas se caracterizan por una incubación larga y una evolución prolongada.
La infección por SARS-CoV-2 puede provocar encefalopatía, aunque este virus no provoca neuroinvasión en la mayoría de los casos (2).
Ciertos trastornos no infecciosos pueden simular encefalitis. Un ejemplo es la entidad autoinmunitaria encefalitis por inmunoglobulina anti-receptor de NMDA (N-metil-d-aspartato) que implica un ataque autoinmune a las proteínas de la membrana neuronal.
Las infecciones cerebrales a menudo también involucran otras partes del sistema nervioso central, incluida la médula espinal. El cerebro y la médula espinal suelen estar protegidos de la infección, pero cuando se infectan, las consecuencias suelen ser muy graves.
Las infecciones pueden causar inflamación de las meninges (meningitis). A menudo, la meningitis bacteriana se disemina al encéfalo y causa encefalitis, que infecta principalmente el parénquima cerebral. De manera similar, las infecciones virales que causan encefalitis a menudo también causan meningitis. Técnicamente, cuando tanto el cerebro como las meninges están infectados, el trastorno se llama meningoencefalitis. Sin embargo, el término meningitis se utiliza generalmente para referirse a la infección que afecta principalmente las meninges, y la encefalitis se utiliza generalmente para referirse a la infección que afecta principalmente el parénquima encefálico.
Las infecciones del sistema nervioso central se manifiestan como sigue:
Infección difusa del parénquima que produce encefalitis y a veces afecta áreas específicas del cerebro
Inflamación encefálica secundaria a infecciones meníngeas o parameníngeas
Infección focal o multifocal (p. ej., debida a un absceso cerebral, un empiema o infecciones cerebrales micóticas o parasitarias como neurocisticercosis causado por Taenia solium)
La infección por HIV y las enfermedades priónicas también puede afectar el cerebro de forma difusa.
El compromiso cerebral también puede ser una manifestación de mecanismos posinfecciosos, como la encefalomielitis diseminada aguda.
Las bacterias y otros microorganismos infecciosos pueden alcanzar el encéfalo y las meninges de varias maneras:
Diseminación hematógena
Heridas de cráneo penetrantes (que incluyen procedimientos neuroquirúrgicos)
La extensión directa de las infecciones craneanas (p. ej., sinusitis, osteomielitis)
Transporte retrógrado a lo largo de las neuronas sensitivas (3)
Muchos síntomas y signos de infecciones encefálicas (p. ej., obnubilación aguda o subaguda, convulsiones, déficits neurológicos focales, signos de aumento de la presión intracraneal) pueden desarrollarse en varias infecciones cerebrales (p. ej., absceso cerebral, absceso epidural intracraneal, empiema subdural); por lo tanto, suele ser necesarias neuroimágenes para diferenciar entre las infecciones.
Referencias
1. Chen BS, Lee HC, Lee KM, et al: Enterovirus and encephalitis. Front Microbiol 1:261, 2020. doi: 10.3389/fmicb.2020.00261
2. Meinhardt J, Streit S, Dittmayer C, et al: The neurobiology of SARS-CoV-2 infection. Nat Rev Neurosci 5(1):30-42, 2024. doi: 10.1038/s41583-023-00769-8
3. Cain MD, Salimi H, Diamond MS, et al: Mechanisms of pathogen invasion into the central nervous system. Neuron 103(5):771-783, 2019. doi: 10.1016/j.neuron.2019.07.015