Evaluación de los trastornos del riñón y de las vías urinarias

PorPaul H. Chung, MD, Sidney Kimmel Medical College, Thomas Jefferson University
Revisado/Modificado ene 2024
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La evaluación de un trastorno renal o de las vías urinarias comienza con la redacción de la historia clínica y una exploración clínica. Los médicos a veces necesitan efectuar pruebas o procedimientos para diagnosticar un trastorno renal o de las vías urinarias.

Historia clínica

El médico elabora la historia clínica de la persona mediante una entrevista. La entrevista incluye preguntas sobre los síntomas de la persona, antecedentes clínicos (qué trastornos ha sufrido), medicamentos (recetados y de venta libre), drogas y sustancias (recreativas [incluyendo alcohol y tabaco] e ilícitas), alergias y trastornos que se presentan en la familia. Por lo general, a las personas con un posible trastorno que afecta a los riñones o a las vías urinarias se les pregunta acerca de lo siguiente:

  • La cantidad, frecuencia y duración de la micción

  • Si la micción es dolorosa o produce quemazón

  • Si hay sangre en la orina

  • Si se produce pérdida de orina (incontinencia urinaria)

  • Si hay dificultad para iniciar la salida del chorro de orina

  • Si la persona nota como si la vejiga no se vaciara completamente

  • Si ya se han sufrido con anterioridad infecciones de las vías urinarias, intervenciones médicas relacionadas con las vías urinarias o cirugía

  • Si la persona tiene dolor en el flanco, costado, zona lumbar o en el abdomen, o cerca de los genitales (como en la ingle o en los labios)

  • La alimentación, el número de ingestas y el tipo de alimentos y de líquidos que se ingieren (a veces)

Por ejemplo, como algunos alimentos y medicamentos pueden cambiar el color de la orina, el médico puede preguntar acerca de la dieta de la persona. Si una persona se despierta a menudo durante la noche para orinar, se le puede preguntar acerca de la cantidad y el tipo de líquidos que ingiere, así como la frecuencia y los momentos en los que lo hace.

Exploración física

El médico examina posteriormente a la persona. Puede intentar palpar los riñones. Los riñones por lo general no se pueden palpar en los adultos y los niños normales, excepto a veces en personas muy delgadas. Los riñones sí se pueden palpar en los recién nacidos normales. Los médicos pueden aplicar una suave presión en el costado de la persona o en la parte inferior de la espalda (flanco). El dolor que se produce durante esta maniobra puede sugerir un problema en un riñón (como inflamación o infección). Si la persona tiene dificultad para orinar y nota presión en la parte inferior del abdomen, el médico puede poner un dedo en la parte inferior del abdomen y golpearlo ligeramente. Si el sonido producido al golpear es inusualmente amortiguado, la vejiga puede estar inflamada (distendida).

En los hombres, el médico examina los genitales, incluyendo los testículos, para asegurarse de que no están inflamados, sensibles a la palpación o colocados de forma anormal. A continuación practica un tacto rectal para determinar si la próstata está inflamada. Una próstata agrandada puede impedir el flujo de orina.

En mujeres, el médico puede llevar a cabo un examen pélvico para determinar si la inflamación o irritación del recubrimiento vaginal (vaginitis) o de los órganos genitales contribuyen a los síntomas de las vías urinarias.

El médico también pueden examinar la piel de la persona para detectar cambios relacionados con la enfermedad renal. El médico escucha (ausculta) el corazón y los pulmones con un estetoscopio para detectar posibles sonidos cardíacos y pulmonares anómalos que pudieran indicar un trastorno renal. Si existe sospecha de enfermedad renal crónica, el médico comprueba si la persona está somnolienta o confundida.

Pruebas complementarias

Una vez finalizada la exploración física, a menudo necesitan analizar una muestra de orina. Si los médicos sospechan la presencia de una infección, también pueden pedir al laboratorio que realice un cultivo de microorganismos de la muestra de orina.

Si sospechan bloqueo (obstrucción) o una anomalía de los órganos internos de las vías urinarias, los médicos, generalmente, tienen que hacer pruebas de diagnóstico por la imagen.

Para determinar si los riñones están filtrando correctamente los productos de desecho de la sangre, suelen hacer pruebas con muestras de sangre y orina (pruebas de funcionalidad renal).

A veces los médicos necesitan observar el interior de la vejiga (cistoscopia) o bien examinar una muestra de células procedentes de la orina, el riñón o la próstata (biopsia).

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