Las glándulas paratiroideas se encuentran cerca de la glándula tiroidea. Su ubicación exacta, e incluso el número total de glándulas, es bastante variable. Estas glándulas secretan hormona paratiroidea (PTH), que regula las concentraciones de calcio en la sangre y los tejidos a través de sus efectos sobre los huesos, los riñones y el intestino.
La mayoría de los tumores paratiroideos son benignos (no cancerosos). Los tumores paratiroideos secretan hormona paratiroidea (HPT) por encima de lo que secretan normalmente las glándulas paratiroideas.
Las concentraciones elevadas de hormona paratiroidea (HPT), conocidas como hiperparatiroidismo, conducen a un aumento en la concentración sanguínea de calcio (hipercalcemia). Al principio, las personas con hipercalcemia presentan debilidad y fatiga, estreñimiento, pérdida de apetito, falta de concentración, pérdida de memoria y aumento de la micción. Si es grave, la hipercalcemia provoca confusión y finalmente coma. Si no se identifica ni se trata, puede ser mortal.
(Véase también Introducción a la función paratiroidea y la figura Las glándulas paratiroideas.)
Adenoma paratiroideo
Los adenomas paratiroideos son tumores benignos que secretan cantidades excesivas de hormona paratiroidea (HPT), lo que conduce a hiperparatiroidismo. Además de la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo causa
Hipofosfatemia (concentración baja de fosfato en la sangre)
Liberación en la sangre de calcio y fosfato almacenados en los huesos (resorción ósea), lo que conduce a osteoporosis
Los adenomas paratiroideos suelen aparecer como tumores solitarios aislados, y son más frecuentes entre las mujeres mayores. Sin embargo, los adenomas paratiroideos múltiples pueden ocurrir en síndromes hereditarios en personas con síndromes de neoplasia endocrina múltiples (NEM). Los síndromes NEM son trastornos hereditarios poco frecuentes en los que varias glándulas endocrinas (las que liberan hormonas directamente en el torrente sanguíneo) desarrollan tumores benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Por otro lado, las glándulas endocrinas pueden simplemente agrandarse sin formar tumores.
La mayoría de los adenomas paratiroideos no causan síntomas y se identifican cuando los análisis de sangre realizados por otra razón revelan concentraciones elevadas de calcio. Si aparecen síntomas, por lo general se deben a hipercalcemia o a cálculos renales.
Los médicos diagnostican el hiperparatiroidismo basándose en las concentraciones elevadas de hormona paratiroidea (HPT) en personas con hipercalcemia. Si el médico encuentra concentraciones elevadas de hormona paratiroidea (HPT), se necesitan más pruebas, como
Medición de los niveles de calcio
Medición de los niveles de fósforo
Estudios de diagnóstico por la imagen (para evaluar la densidad ósea y determinar la presencia de cálculos renales)
A veces los médicos emplean diversos estudios de imágenes, como la tomografía computarizada (TC) de alta resolución con o sin biopsia, la resonancia magnética nuclear (RMN), la ecografía de alta resolución o la angiografía para identificar el adenoma antes de la cirugía.
El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica de la glándula paratiroidea afectada. Las personas que solo presentan concentraciones ligeramente elevadas de calcio y no presentan síntomas o complicaciones pueden ser controladas por el médico de forma regular (lo que se denomina vigilancia activa).
En ocasiones, los médicos prescriben fármacos como cinacalcet o etelcalcetide para disminuir la secreción de hormona paratiroidea (HPT).
Cáncer paratiroideo
Los tumores paratiroideos son poco frecuentes.
Los factores de riesgo para el cáncer paratiroideo son
Radioterapia en el cuello
Antecedentes familiares de tumores paratiroideos
Síndrome de neoplasia endocrina múltiple (NEM)
El hiperparatiroidismo y la hipercalcemia debidos al cáncer paratiroideo son más graves que los debidos a los adenomas paratiroideos.
Los síntomas se deben a la hipercalcemia y consisten en debilidad y fatiga, estreñimiento, pérdida de apetito, falta de concentración, pérdida de memoria, confusión y aumento de la micción.
Los médicos diagnostican el cáncer paratiroideo con análisis de sangre para detectar concentraciones elevadas de hormona paratiroidea (HPT) y con pruebas de diagnóstico por la imagen para localizar tumores.
El cáncer paratiroideo se suele extirpar quirúrgicamente. En ocasiones, también se necesita radioterapia y/o quimioterapia.
El cáncer paratiroideo suele crecer lentamente. Si el cirujano es capaz de extirpar limpiamente toda la glándula, es probable que haya una supervivencia a largo plazo sin recurrencia. Cualquier cáncer recurrente suele crecer lentamente y diseminarse localmente en el cuello. En ocasiones, los cánceres paratiroideos hacen metástasis (se diseminan a otras áreas del cuerpo).