La trombosis de la vena porta es la obstrucción o estrechamiento de dicha vena, que es la que lleva sangre al hígado desde el intestino, a causa de un coágulo de sangre.
La mayoría de las personas no presentan síntomas, pero en algunas de ellas, el líquido se acumula en el abdomen, el bazo se dilata y/o se produce una hemorragia grave en el esófago.
Por lo general, una ecografía Doppler puede confirmar el diagnóstico.
En lo posible se trata la causa, así como los trastornos derivados y se administran fármacos para disolver el coágulo o evitar éste aumente de tamaño o reaparezca.
(Véase también Introducción a los trastornos vasculares del hígado.)
Al estrecharse u obstruirse la vena porta, la presión aumenta en ella, y este trastorno, llamado hipertensión portal, provoca un aumento de tamaño del bazo (esplenomegalia), que a su vez conduce a una dilatación y torsión (varices) de las venas del esófago (denominadas varices esofágicas) y a menudo también del estómago (llamadas varices gástricas). Estas venas pueden sangrar abundantemente.
La acumulación de líquido en el abdomen (llamada ascitis) no es frecuente. Pero puede ocurrir cuando las personas también tienen congestión hepática (retorno de la sangre al hígad) o daño hepático, como en caso de cirrosis hepática grave, o cuando se administran grandes cantidades de líquidos por vía intravenosa para el tratamiento de una hemorragia masiva por rotura de varices en el esófago o el estómago. Una trombosis de la vena porta en una persona con cirrosis hepática provoca un empeoramiento de su enfermedad.
Causas de la trombosis de la vena porta
La cirrosis es una causa frecuente de trombosis de la vena porta, generalmente porque el flujo sanguíneo a través del hígado gravemente cicatrizado es lento. lo cual hace que la sangre presente más propensión a formar coágulos. Cualquier afección que favorezca la coagulación de la sangre puede causar una trombosis en la vena porta.
Las causas más comunes difieren según la edad:
Recién nacidos: infección del muñón del cordón umbilical (en el ombligo)
Niños mayores: apendicitis (la infección puede extenderse a la vena porta y desencadenar la formación de coágulos de sangre)
Adultos: exceso de glóbulos rojos (policitemia), ciertos tipos de cáncer (hígado, páncreas, riñón o glándula suprarrenal), cirrosis, lesiones, trastornos que favorecen la formación de coágulos, cirugía y embarazo
A menudo, en la causa de la obstrucción confluyen varios trastornos. La causa en aproximadamente un tercio de las personas se desconocen.
Síntomas de la trombosis de la vena porta
La mayoría de las personas no presentan síntomas.
En algunas, los trastornos aparecen de forma gradual como resultado de la hipertensión portal. Las varices que aparecen en el esófago o en el estómago pueden romperse y sangrar, a veces profusamente. En este caso se produce vómito de sangre. La sangre puede pasar a través del tubo digestivo y produce heces de color negro, alquitranadas y fétidas (melena).
Diagnóstico de trombosis de la vena porta
Los médicos sospechan una trombosis portal en las personas en quienes confluyen algunos de los siguientes trastornos:
Sangrado de varices en el esófago o en el estómago
Agrandamiento del bazo
Afecciones que aumentan el riesgo de padecer una trombosis de la vena porta (por ejemplo, la infección del cordón umbilical en recién nacidos o la apendicitis aguda en niños mayores)
Se llevan a cabo análisis de sangre para comprobar si el hígado funciona bien y si está dañado (pruebas de función hepática), pero los resultados suelen ser normales.
La ecografía Doppler por lo general confirma el diagnóstico. Muestra que el flujo sanguíneo a través de la vena porta está reducido o ausente. En algunas personas es necesaria la resonancia magnética nuclear (RMN) o la tomografía computarizada (TC) (véase Pruebas de diagnóstico por la imagen del hígado y de la vesícula biliar).
Tratamiento de la trombosis de la vena porta
Fármacos (para disolver o prevenir los coágulos de sangre)
Tratamiento de la causa del bloqueo y de las complicaciones
Si un coágulo de sangre bloquea súbitamente la vena, a veces se utiliza un medicamento que disuelve los coágulos (como el activador tisular del plasminógeno).
Cuando el trastorno aparece de forma gradual, a veces se utiliza un anticoagulante, como la heparina, durante periodos prolongados para ayudar a evitar el crecimiento o reaparición de los coágulos. Los anticoagulantes no disuelven los coágulos existentes.
En los recién nacidos y los niños se trata la causa (por lo general, la infección del cordón umbilical o la apendicitis aguda).
También se tratan los problemas causados por la hipertensión portal. La hemorragia derivada de varices esofágicas puede detenerse utilizando diversas técnicas:
Generalmente se introducen por la boca unas bandas de goma con un tubo flexible de visualización (endoscopio) y se hacen pasar hacia el interior del esófago. Estas bandas se utilizan para atar las venas varicosas.
Los fármacos antihipertensores, como los betabloqueantes y los nitratos reducen la presión en la vena porta y por lo tanto, previenen la hemorragia esofágica.
El octreotida, un fármaco que reduce el flujo de sangre hacia el hígado y que, por lo tanto, disminuye la presión en el abdomen, se administra por vía intravenosa con la finalidad de que contribuya a detener la hemorragia.