Las alteraciones de la salud mental (trastornos psiquiátricos o psicológicos) implican alteraciones en el pensamiento, en las emociones y/o en la conducta. Las alteraciones leves de estos aspectos vitales son frecuentes, pero cuando provocan una angustia intensa a la persona afectada y/o interfieren en su vida diaria, se consideran enfermedades mentales. Los efectos de la enfermedad mental pueden ser temporales o de larga duración.
Aunque se han logrado extraordinarios avances en la comprensión y el tratamiento de las enfermedades mentales, el estigma que las rodea aún persiste, y el acceso a la atención sanitaria a veces no es el mismo que para las afecciones médicas generales. Por ejemplo, las personas con enfermedades mentales pueden sentir que no pueden relatar sus síntomas a nadie ni hablar de su enfermedad o pueden sentir que pueden ser culpadas de su enfermedad.
Causas de la enfermedad mental
En la actualidad, se considera que el origen de la enfermedad mental está determinado por una compleja interacción entre factores, incluyendo los siguientes:
Genética
Biológicos (factores físicos)
Psicológicas
Ambientales (incluyendo factores sociales y culturales)
Diversos estudios han demostrado que la genética desempeña un papel en muchos trastornos mentales. A menudo, una enfermedad mental ocurre en personas cuya genética los hace vulnerables a tales afecciones. Esta vulnerabilidad, combinada con las tensiones de la vida, como las dificultades familiares o laborales, puede conducir al desarrollo de un trastorno mental.
Además, muchos expertos creen que la regulación deteriorada de diversos mediadores químicos cerebrales (neurotransmisores) puede contribuir a los trastornos mentales. Algunas técnicas de imagen como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía por emisión de positrones (PET), a menudo muestran cambios en el cerebro en personas con un trastorno mental. Por lo tanto, muchos trastornos mentales parecen tener un componente biológico, al igual que las enfermedades que se consideran neurológicas (como la enfermedad de Alzheimer). Sin embargo, no está claro si los cambios observados en las pruebas de diagnóstico por la imagen son la causa o el resultado del trastorno mental.
Diagnóstico de la enfermedad mental
No siempre se puede diferenciar claramente la enfermedad mental de una conducta normal. Por ejemplo, en el caso de una pérdida de un allegado próximo, como el fallecimiento del cónyuge o de un hijo, puede ser difícil distinguir una depresión del sentimiento normal de duelo porque ambos comportan tristeza y un estado de ánimo depresivo.
Del mismo modo, decidir si se puede aplicar un diagnóstico de trastorno de ansiedad a personas que están preocupadas y estresadas por una situación laboral o personal estresantes puede ser un reto porque la mayoría de las personas experimentan estos sentimientos en algún momento.
La diferencia entre poseer determinados rasgos de personalidad (como ser meticuloso u ordenado) y padecer un trastorno de la personalidad (como un trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva) puede ser difícil de determinar.
Por lo tanto, es mejor pensar que la salud mental y la enfermedad mental forman un continuo. Cualquier línea divisoria generalmente se basa en lo siguiente:
La gravedad de los síntomas
La duración de los síntomas
Hasta qué punto afectan los síntomas a la capacidad de funcionar en la vida diaria
Clasificación de las enfermedades mentales
En 1980, la Asociación Americana de Psiquiatría publicó la tercera edición de Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-III), en el que fue el primer intento de abordar el diagnóstico de las enfermedades mentales a través de definiciones y criterios estandarizados. La última edición, DSM-5-TR, publicada en el año 2022, proporciona un sistema de clasificación que intenta separar las enfermedades mentales en categorías diagnósticas, basadas en la descripción de los síntomas (es decir, lo que dicen y hacen las personas como reflejo de lo que piensan y sienten) y en la evolución de la enfermedad.
La International Classification of Disease, 11th Revision, (ICD-11), publicada por primera vez por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, utiliza categorías diagnósticas similares a las del DSM-5-TR. Esta similitud sugiere que el diagnóstico de enfermedades mentales concretas es cada vez más sistemático y estandarizado en todo el mundo.
La desinstitucionalización
En muchos países, desde la década de 1950 se ha producido un movimiento para proporcionar atención a las personas con enfermedades mentales que respalda su capacidad de vivir en su propio hogar en lugar de hacerlo en una institución (desinstitucionalización). Este movimiento ha sido posible gracias al desarrollo de medicamentos eficaces, el suministro de tratamiento de la salud mental en entornos comunitarios siempre que sean médicamente apropiados, la implicación de varios tipos de profesionales de la salud y la mayor aceptación de las personas con una enfermedad mental por parte del público en general.
Los medicamentos para tratar las enfermedades mentales se han vuelto más eficaces y, como resultado, la necesidad de un ingreso en el hospital o de una hospitalización prolongada ha disminuido. Muchas personas con enfermedades mentales que ingresan en el hospital son dadas de alta en cuestión de días y continúan su atención en centros de tratamiento de día.
Los familiares también pueden apoyar la atención de la salud mental en la comunidad. Diversas investigaciones han mostrado que determinadas interacciones entre los enfermos mentales graves y sus familiares pueden mejorar o por el contrario empeorar la enfermedad mental. Se han desarrollado técnicas de terapia familiar que involucran a los miembros de la familia y evitan que las personas con enfermedades mentales crónicas necesiten ser reinstitucionalizadas.
Varios tipos de profesionales de la salud desempeñan funciones importantes para ayudar a una persona con una enfermedad mental a reintegrarse en la comunidad. Se han desarrollado nuevos enfoques de tratamiento que ayudan a proporcionar una red de seguridad para las personas con enfermedades mentales graves crónicas, como el tratamiento asertivo comunitario. El tratamiento asertivo comunitario utiliza un equipo de trabajadores sociales, especialistas en rehabilitación, terapeutas, personal de enfermería y psiquiatras. El equipo proporciona servicios individualizados a las personas que tienen una enfermedad mental grave y que no pueden o no quieren acudir a la consulta o al hospital en busca de ayuda. Los servicios se prestan en el propio domicilio del afectado o en el vecindario (por ejemplo, en restaurantes, parques o tiendas de la zona).
Sin embargo, la desinstitucionalización también ha presentado muchos retos. La sustitución del tratamiento y la protección frente al daño a sí mismo o a otras personas que se puede proporcionar en las instituciones requiere muchos recursos de atención médica, y no siempre se dispone de recursos suficientes. Por lo tanto, muchas personas no han podido obtener la atención de salud mental y el apoyo para la alimentación, la vivienda y otros servicios que necesitan. Estas personas carecen a menudo de acceso a la atención sanitaria o son vulnerables a la falta de vivienda.
Cuando una persona con una enfermedad mental grave previa vuelve a enfermar puede resultar difícil proporcionar un tratamiento adecuado. En algunos lugares, las leyes impiden que las personas con enfermedades mentales que no representan un peligro para sí mismas o para la sociedad sean tratadas con medicamentos o ingresadas en un hospital en contra de su voluntad. Aunque estas leyes protegen los derechos civiles de las personas, hacen que sea más difícil proporcionar la atención de salud mental necesaria, sobre todo a las personas cuyas afecciones mentales les hacen no ser conscientes de que están enfermas o las vuelven extremadamente irracionales cuando no se tratan. Las personas que vuelven a enfermar fuera del hospital a veces se quedan sin hogar o pueden ser arrestadas por la policía por comportamiento anormal.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el Manual no se hace responsable del contenido de este recurso.
National Alliance on Mental Illness (NAMI): (Alianza nacional para la enfermedad mental, NAMI por sus siglas en inglés): una organización nacional de salud mental que proporciona defensa, formación, apoyo y programas y servicios de concienciación pública.