Los trastornos de adaptación implican síntomas emocionales y/o conductuales en respuesta a un factor de estrés identificable.
(Véase también Introducción a los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.)
Los trastornos de adaptación son frecuentes y se estima que están presentes entre el 5 y el 20% de las personas que acuden a visitas ambulatorias de salud mental.
El factor estresante que provoca un trastorno de adaptación puede ser un evento único y discreto (por ejemplo, perder un trabajo); múltiples eventos (por ejemplo, dificultades financieras seguidas de un revés romántico); o un conjunto de problemas continuos (por ejemplo, el cuidado de un familiar discapacitado). El factor estresante puede afectar solo a una persona, a toda la familia o a un gran grupo de personas. El factor estresante puede ser incluso una señal común del desarrollo que generalmente se considera bueno (por ejemplo, convertirse en padre).
La muerte de un ser querido puede ser un precipitante de un trastorno de adaptación. Sin embargo, los médicos deben tener en cuenta la gran variedad de reacciones de duelo que se consideran típicas en diferentes culturas y diagnosticar un trastorno solo si la respuesta del duelo va más allá de lo que se espera o bien no se clasifica como trastorno de duelo prolongado.
Al evaluar a una persona, los profesionales de la salud mental deben determinar si la respuesta de adaptación está relacionada con un factor estresante en particular. También deben determinar si la respuesta causa una angustia marcada o afecta la capacidad de la persona para funcionar en entornos sociales, en el trabajo y/o en otras áreas.
Síntomas y signos del trastorno de adaptación
Los síntomas de un trastorno de adaptación generalmente comienzan poco después del evento estresante y no continúan más allá de los 6 meses después de que el factor estresante se haya interrumpido.
Existen muchas manifestaciones de un trastorno de adaptación y entre las más frecuentes se encuentran
La mayoría de las personas presentan una combinación de estos síntomas, pero algunas pueden presentar solo un síntoma especialmente prominente (por ejemplo, sentirse nerviosos e inquietos después de una agresión física).
También hay un mayor riesgo de intentos de suicidio y de suicidio consumado.
Diagnóstico de trastorno de adaptación
Evaluación médica, basada en los criterios estándar de diagnóstico psiquiátrico
La persona afectada debe presentar
Síntomas emocionales o de comportamiento dentro de los 3 meses posteriores a haber estado expuesta a un factor estresante
Los síntomas deben ser clínicamente significativos, tal como muestran uno o más de los siguientes:
Angustia notable que está fuera de proporción respecto al factor estresante (teniendo en cuenta factores culturales y de otro tipo)
Los síntomas perjudican significativamente el funcionamiento social u ocupacional
Los trastornos de adaptación ocurren con frecuencia junto con otros trastornos de la salud mental, como un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), un trastorno de la personalidad o un trastorno bipolar.
Tratamiento del trastorno de adaptación
Cuidado personal
Psicoterapia
En algunas ocasiones, fármacos para tratar determinados síntomas
Los trastornos de adaptación deben evaluarse y tratarse exhaustivamente. Sin embargo, las pruebas científicas que apoyan algún tratamiento específico para los trastornos de adaptación son limitadas. Se ha utilizado con éxito una amplia variedad de psicoterapias individuales y grupales, incluida la psicoterapia breve, la terapia cognitivo-conductual y la psicoterapia de apoyo (véase Tratamiento de las enfermedades mentales: psicoterapia). No es inusual que la terapia aborde un problema específico, como la pena.
Es mucho más probable que las intervenciones sean útiles si la persona con el trastorno de adaptación se siente segura y es capaz de proporcionar un cuidado personal constante. Vivir dentro de una familia intacta, formar parte de un sistema social sano y/o contar con un psicoterapeuta sensible a los traumatismos ayuda a la recuperación. Las personas suelen recuperarse de un trastorno de adaptación con el paso del tiempo y con la ayuda de amigos y familiares.
Los medicamentos a menudo se usan para tratar síntomas como el insomnio, la ansiedad y la depresión.
Cuidado personal
El cuidado personal es crucial durante y después de una crisis o un trauma. El cuidado personal se puede dividir en 3 componentes:
Seguridad personal
Salud física
Atención plena
La seguridad personal es fundamental. Después de un único episodio traumático, las personas afectadas son más capaces de procesar la experiencia cuando saben que ellos y sus seres queridos están a salvo. Sin embargo, puede ser difícil obtener una seguridad completa durante las crisis en curso, como el maltrato doméstico, la guerra o una pandemia infecciosa. Durante estas dificultades en curso, las personas afectadas deben buscar la guía de expertos para saber cómo ellos mismos y sus seres queridos pueden estar lo más seguros posible.
La salud física puede ponerse en riesgo durante experiencias traumáticas y después de las mismas. Todo el mundo debería tratar de mantener un horario saludable para comer, dormir y hacer ejercicio. Los medicamentos y las sustancias que sedan (por ejemplo, medicamentos contra la ansiedad) y que intoxican (por ejemplo, el alcohol) deben usarse con moderación, si es que se consumen.
Un enfoque consciente al cuidado de uno mismo se centra en reducir los sentimientos de estrés, aburrimiento, ira, tristeza y aislamiento que las personas traumatizadas experimentan por lo general. Si las circunstancias lo permiten, las personas en situación de riesgo deben hacer y seguir un horario normal; por ejemplo, levantarse, ducharse, vestirse, salir y dar un paseo, además de preparar e ingerir alimentos de forma regular.
Es útil practicar pasatiempos familiares (o desarrollar otros nuevos). También es beneficioso realizar otras actividades que parezcan divertidas y distractoras (por ejemplo, hacer un dibujo, ver una película o cocinar).
La participación en los asuntos familiares y comunitarios puede ser crucial, incluso si es difícil mantener la conexión humana durante una crisis.
Es útil limitar la cantidad de tiempo que se dedica a las noticias y, en su lugar, centrarse en otras actividades, como leer una novela o armar un rompecabezas.
Psicoterapia
Se dispone de pruebas limitadas de que la psicoterapia es un tratamiento eficaz para los trastornos de adaptación. Cuando se utiliza, la psicoterapia puede abordar los trastornos de adaptación de una manera general o centrarse en elementos específicos del trastorno (por ejemplo, duelo, trauma y transiciones de roles) para mejorar.
Medicamentos
También se dispone de pruebas limitadas de que los medicamentos sean eficaces en el tratamiento de los trastornos de adaptación. Ciertos tipos de antidepresivos denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se han utilizado con éxito para tratar los síntomas de cualquier trastorno de ansiedad o depresión que pueda haber sido diagnosticado junto con el trastorno de adaptación.