El trastorno por estrés agudo consiste en una reacción disfuncional, desagradable e intensa que comienza poco después de un acontecimiento traumático o abrumador y que se prolonga durante menos de un mes. Si los síntomas persisten durante más de un mes, se diagnostica un trastorno de estrés postraumático.
(Véase también Introducción a los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.)
Las personas con trastorno por estrés agudo desarrollan reacciones de estrés agudo que aparecen dentro de un mes de su exposición a un evento traumático. Estas reacciones al estrés consisten en aumentar la ansiedad, volver a experimentar mentalmente el acontecimiento traumático, evitar recordatorios del trauma, mostrar un estado de ánimo negativo, desarrollar síntomas disociativos (incluidas la desrealización y la amnesia) y mostrar un aumento de la excitación.
Las personas con este trastorno pueden presentar síntomas disociativos. Por ejemplo, pueden sentirse emocionalmente insensibles o desconectadas de sí mismas. Pueden tener incluso la sensación de que no son reales.
El grado de angustia después de un evento traumático en personas con trastorno por estrés agudo tiende a ser mayor que el experimentado en personas con un trastorno de adaptación.
Se desconoce el número de personas con trastorno por estrés agudo. La probabilidad de desarrollar un trastorno por estrés agudo es tanto mayor cuanto más grave o recurrente es el suceso traumático.
Diagnóstico de trastorno por estrés agudo
Evaluación médica, basada en los criterios estándar de diagnóstico psiquiátrico
El trastorno de estrés agudo se diagnostica cuando la persona afectada ha estado
Expuesta directa o indirectamente a un evento traumático
Además, también debe haber presentado al menos 9 de los síntomas siguientes durante un periodo comprendido entre 3 días y 1 mes:
Recuerdos angustiantes recurrentes, incontrolables e intrusivos del acontecimiento al que ha estado expuesta
Sueños angustiosos recurrentes del acontecimiento
Sensación de revivir el acontecimiento traumático, por ejemplo en forma de flashbacks
Angustia psicológica o física intensa cuando recuerda el acontecimiento (por ejemplo, al entrar en un lugar similar o al escuchar sonidos similares a los que oyó durante el acontecimiento)
Incapacidad persistente para experimentar emociones positivas (como felicidad, satisfacción o amor)
Alteración del sentido de la realidad (por ejemplo, sensación de aturdimiento o de que el tiempo se ha hecho más lento)
Incapacidad para recordar una parte importante del acontecimiento traumático
Esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiantes asociados con el evento
Esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos y situaciones) asociados con el evento
Alteraciones del sueño
Irritabilidad o estallidos de ira
Excesiva atención a la posibilidad de peligro (hipervigilancia)
Dificultad para concentrarse
Respuesta exagerada a los ruidos fuertes, los movimientos bruscos, u otros estímulos (respuesta de sobresalto)
Además, los síntomas deben causar un grado significativo de angustia o deteriorar notablemente el funcionamiento de la persona afectada.
Los médicos también deben comprobar que los síntomas no sean consecuencia del uso de un fármaco o de otro trastorno.
Tratamiento del trastorno por estrés agudo
Cuidado personal
Psicoterapia
A veces medicaciones
Una parte importante de las personas que padecen trastorno por estrés agudo se recuperan cuando se les aparta de la situación traumática y se les da apoyo adecuado en forma de comprensión, empatía con su sentimiento de malestar y la oportunidad de describir lo ocurrido así como su reacción personal. Para algunas personas es útil poder describir su experiencia en varias ocasiones. Los amigos y seres queridos a menudo pueden proporcionar este apoyo. De lo contrario, los médicos u otros profesionales de la salud mental son útiles.
A veces se administran temporalmente medicamentos para aliviar la ansiedad o ayudar a las personas a dormir, pero no se suelen administrar otros fármacos (como antidepresivos) a menos que se receten para tratar un trastorno concurrente.
Cuidado personal
El cuidado personal es crucial durante y después de una crisis o un trauma. El cuidado personal se puede dividir en 3 componentes:
Seguridad personal
Salud física y apoyo práctico
Atención plena
La seguridad personal es fundamental. Después de un único episodio traumático, las personas afectadas son más capaces de procesar la experiencia cuando saben que ellos y sus seres queridos están a salvo. Sin embargo, puede ser difícil obtener una seguridad completa durante las crisis en curso, como el maltrato doméstico, la guerra o una pandemia infecciosa. Durante estas dificultades en curso, las personas afectadas deben buscar la guía de expertos para saber cómo ellos mismos y sus seres queridos pueden estar lo más seguros posible.
La salud física puede ponerse en riesgo durante experiencias traumáticas y después de las mismas. Todo el mundo debería tratar de mantener un horario saludable para comer, dormir y hacer ejercicio. Los medicamentos y las sustancias que sedan (por ejemplo, medicamentos contra la ansiedad) y que intoxican (por ejemplo, el alcohol) deben usarse con moderación, si es que se consumen. El apoyo práctico consiste en asistencia con la vivienda, asistencia legal, seguros y otros asuntos que deben abordarse, pero que pueden ser abrumadores.
Un enfoque consciente al cuidado de uno mismo se centra en reducir los sentimientos de estrés, aburrimiento, ira, tristeza y aislamiento que las personas traumatizadas experimentan normalmente. Si las circunstancias lo permiten, las personas en situación de riesgo deben hacer y seguir un horario normal; por ejemplo, levantarse, ducharse, vestirse, salir y dar un paseo, además de preparar e ingerir alimentos de forma regular.
Es útil practicar pasatiempos familiares, así como actividades divertidas y entretenidas: dibujar, ver una película o cocinar.
Las interacciones con familiares y amigos y la implicación en la comunidad pueden ser cruciales, incluso si es difícil mantener la conexión humana durante una crisis.
El estiramiento y el ejercicio son beneficiosos, pero las técnicas de auto-alivio como el contar las propias respiraciones, la meditación o la auto hipnosis pueden ser igualmente útiles.
Bajo estrés, las personas pueden tener mal genio, incluso con las personas que les importan. Los amigos y la familia pueden ser de especial ayuda para acercarse y proporcionar expresiones de preocupación y consuelo. Enviar una nota amable, preparar galletas para alguien y ofrecer una sonrisa puede no solo ser una agradable sorpresa para el receptor, sino que puede reducir la desesperanza y la vergüenza que tienden a formar parte de la experiencia traumática.
Psicoterapia
La educación puede ayudar a la persona a comprender la respuesta al estrés y el curso natural de la mejora de los síntomas. Las terapias cognitivo-conductuales pueden ayudar al paciente al permitirle que procese los recuerdos traumáticos en un lugar seguro, corrija los pensamientos desadaptativos sobre el trauma o sus respuestas, y discuta el trauma con sus propias palabras una vez que la persona sea capaz de hacerlo.
Medicamentos
Ningún medicamento es particularmente útil para reducir los síntomas del trastorno de estrés agudo o evitar que se desarrolle un trastorno de estrés postraumático (TEPT) en toda regla. Se pueden administrar medicamentos para ayudar a paliar el insomnio, la ansiedad y la agitación, pero el uso prolongado de estos parece interferir con la recuperación.