Oncocercosis

(Ceguera de los ríos)

PorChelsea Marie, PhD, University of Virginia;
William A. Petri, Jr, MD, PhD, University of Virginia School of Medicine
Revisado/Modificado oct 2022
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La oncocercosis es la infección por el nematodo Onchocerca volvulus. Provoca prurito, sarpullido (a veces con cicatrización) y síntomas oculares que pueden conducir a la ceguera.

  • La infección se propaga a través de la picadura de la hembra de mosca negra, que se reproduce en arroyos.

  • La infección puede causar solo un prurito intenso, pero a veces provoca erupción cutánea, inflamación de los ganglios linfáticos, problemas visuales o ceguera total.

  • Por lo general, los médicos diagnostican la infección mediante la identificación de un estadio inmaduro del gusano en una muestra de piel.

  • La administración de ivermectina una o dos veces al año a personas que habitan en zonas donde la infección es frecuente puede controlar la infección.

  • Si la oncocercosis provoca síntomas, el tratamiento consiste en una única dosis de ivermectina, que se repite cada 6 a 12 meses hasta que los síntomas desaparezcan.

(Véase también Introducción a las infecciones parasitarias e Introducción a las infecciones por filarias.)

A nivel mundial, alrededor de 21 millones de personas padecen oncocercosis. Alrededor de 14,6 millones sufren enfermedades de la piel y 1,15 millones presentan problemas de visión o ceguera. La oncocercosis es la segunda causa principal de ceguera infecciosa a nivel mundial, después del tracoma.

y es más frecuente en las zonas tropicales y en áreas del sur de África (subsaharianas). Ocasionalmente, ocurre en Yemen y en una pequeña zona de transmisión situada en América del Sur a lo largo de la frontera entre Venezuela y Brasil. Colombia, Ecuador, México y Guatemala han sido declarados libres de oncocercosis por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las personas que viven o trabajan cerca de arroyos o ríos con corriente rápida son las más propensas a infectarse. Además de los residentes, los viajeros a largo plazo en estas regiones, como misioneros, voluntarios o investigadores de campo, corren riesgo de infectarse.

¿Sabías que...?

  • La oncocercosis, o ceguera de los ríos, es la segunda causa infecciosa de ceguera en todo el mundo.

Transmisión de la oncocercosis

La oncocercosis se transmite a través de la picadura de la hembra de la mosca negra, que se reproduce en ríos de corriente rápida (de ahí el término ceguera de los ríos).

El ciclo de infección comienza cuando una mosca negra pica a una persona infectada y la mosca está infectada así con formas inmaduras del gusano, denominadas microfilarias. Las microfilarias se convierten en larvas dentro de la mosca. Cuando la mosca pica a otra persona, las larvas pasan a la piel de esa persona, se mueven bajo la piel y forman nódulos, donde se convierten en gusanos adultos en un periodo de 12 a 18 meses. Los gusanos adultos hembra pueden vivir hasta 15 años en estos nódulos. Después del apareamiento, los gusanos hembra maduros producen huevos que se convierten en las microfilarias que abandonan el gusano. Un gusano puede producir 1000 microfilarias cada día. Miles de microfilarias se mueven a través de los tejidos de la piel y los ojos y son responsables de la enfermedad.

Por lo general, son necesarias muchas picaduras antes de que la infección cause síntomas. Por esta razón, es mucho menos probable que quienes visiten zonas afectadas desarrollen la infección.

Dado que la infección se transmite cerca de los ríos, muchas personas evitan esas zonas. El hecho de no poder vivir o trabajar cerca de un río afecta su capacidad para cultivar. Por esta razón, la oncocercosis contribuye a la escasez de alimentos en algunas zonas.

Síntomas de la oncocercosis

Los síntomas de oncocercosis aparecen cuando mueren las microfilarias. Su muerte causa prurito intenso, pudiendo ser el único síntoma. Puede aparecer una erupción con enrojecimiento. Con el tiempo, la piel puede volverse gruesa, áspera y con arrugas. Puede perder su elasticidad y despigmentarse en manchas irregulares. En casos graves, los afectados pueden desarrollar pliegues largos de piel que cuelgan sobre la parte inferior del abdomen y la parte superior de los muslos ("ingle colgante"). Los ganglios linfáticos, incluidos los de la zona genital, se inflaman y se hinchan. Se forman bultos (nódulos) que contienen gusanos adultos y se pueden ver o notar bajo la piel. Por lo general, estos bultos no provocan síntomas.

Los efectos sobre la visión van desde un deterioro leve (vista borrosa) hasta la ceguera total. El ojo se inflama y se enrojece. La exposición a la luz brillante causa dolor. Sin tratamiento, la córnea se vuelve completamente opaca y puede cicatrizar, causando así la ceguera. Otras estructuras del ojo, incluidos el iris, la pupila y la retina, pueden resultar afectadas. El nervio óptico se inflama y degenera.

Si las personas se vuelven ciegas, pueden volverse incapaces de trabajar y mantener a su familia y la duración de su vida puede verse reducida.

Diagnóstico de la oncocercosis

  • Examen de una muestra de piel

Para el diagnóstico de la oncocercosis se suele extraer una muestra de piel que se examina para detectar microfilarias. Los médicos pueden usar una lámpara de hendidura para buscar microfilarias en el ojo.

Se pueden realizar análisis de sangre para buscar indicios de la infección, pero estos análisis no siempre son fiables ni están siempre disponibles.

Los nódulos pueden ser extirpados y revisados, buscando gusanos adultos, pero rara vez es necesario este procedimiento.

Prevención de la oncocercosis

Las medidas siguientes pueden ayudar a reducir las posibilidades de sufrir una picadura de mosca negra y, por tanto, reducir el riesgo de oncocercosis:

  • Evitar áreas infestadas de moscas

  • Uso de ropa de protección

  • Utilización abundante de repelentes de insectos

La administración de ivermectina 1 o 2 veces al año reduce drásticamente el número de microfilarias, evita el desarrollo de la enfermedad y ayuda a controlar la infección en personas que estén expuestas a ella de forma repetida. Este enfoque preventivo basado en la comunidad se ha utilizado en áreas donde la oncocercosis es común.

Tratamiento de la oncocercosis

  • Ivermectina

  • A veces, doxiciclina

Para el tratamiento de la oncocercosis, se administra ivermectina como dosis única por vía oral y se repite cada 6 a 12 meses hasta que los síntomas desaparezcan. La ivermectina mata las microfilarias, reduce el número de éstas en la piel y los ojos. Disminuye la producción de microfilarias por parte de los gusanos adultos durante varios meses. No mata los gusanos adultos, pero las dosis repetidas disminuyen su fertilidad. Si las personas con oncocercosis viven en áreas de África donde se transmite el Loa loa, los médicos descartan la presencia de loiasis antes de administrarles ivermectina, porque la ivermectina puede causar inflamación cerebral grave (encefalitis) en personas con loiasis.

A veces, los médicos también tratan la oncocercosis con doxiciclina (un antibiótico), administrado durante 6 semanas. La dociciclina mata algunas de las bacterias que residen en el interior de los gusanos y que son esenciales para su supervivencia. Como resultado, muchos de los gusanos adultos mueren y otros producen menos microfilarias o ninguna. Los efectos secundarios suelen ser leves.

En el pasado, los nódulos eran extirpados quirúrgicamente, pero este tratamiento ha sido reemplazado por la ivermectina.

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