La apraxia es la incapacidad para realizar tareas que requieren recordar patrones o secuencias de movimientos.
Las personas con apraxia no pueden recordar ni hacer la secuencia de movimientos necesaria para completar habilidades sencillas o tareas complejas, a pesar de que tienen la capacidad física para realizarlas.
Los médicos piden a la persona que realice o imite tareas aprendidas corrientes y se pueden hacer pruebas de la funcionalidad cerebral y pruebas de diagnóstico por la imagen.
Los fisioterapeutas y los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a la persona afectada de apraxia haciendo que su entorno sea más seguro y ofreciéndole dispositivos para permitir la mejora de su funcionalidad.
La apraxia es relativamente poco común.
Causas de la apraxia
La apraxia suele estar causada por una lesión en los lóbulos parietales o en las vías nerviosas que conectan estos lóbulos con otras partes del cerebro, como los lóbulos frontales y/o temporales. Estas áreas guardan memoria de secuencias de movimientos aprendidas. Es poco frecuente que la apraxia esté causada por el daño de otras áreas del cerebro.
El daño puede estar provocado por un accidente cerebrovascular, un tumor cerebral, un traumatismo craneoencefálico o una demencia.
Síntomas de la apraxia
Las personas con apraxia no pueden recordar ni hacer la secuencia de movimientos necesaria para completar habilidades sencillas o tareas complejas, a pesar de que tienen la capacidad física para realizar la tarea y de que pueden hacer los movimientos simples de la tarea. Por ejemplo, abrocharse un botón, una actividad que requiere una serie de pasos, es imposible a pesar de que las manos son físicamente capaces de hacerlo. Por lo general, la persona no reconoce que tiene un problema.
Ciertas formas de apraxia afectan solo tareas específicas. Por ejemplo, puede perderse la habilidad para realizar cualquiera de las siguientes tareas: dibujar una imagen, escribir una nota, abrocharse una camisa, anudarse los zapatos, levantar el auricular del teléfono o tocar un instrumento musical. Es posible que las personas afectadas no puedan hacer o imitar gestos con las manos (como decir adiós) o mostrar cómo se utiliza una herramienta (como un cepillo de dientes). Pueden ser incapaces de copiar una forma geométrica simple a pesar de ser capaces de verla y reconocerla, sostener y usar un bolígrafo y comprender la tarea.
Las personas con apraxia verbal (habla) no pueden producir las unidades básicas de sonido necesarias para hablar, pues no logran iniciar, coordinar ni realizar la secuencia de movimientos musculares requerida para articular las palabras.
Diagnóstico de la apraxia
Evaluación médica
Pruebas estandarizadas de la función cerebral
Pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear
Para diagnosticar una apraxia, los médicos piden a la persona que haga o imite tareas aprendidas y comunes, como usar un cepillo de dientes, unas tijeras o un destornillador. Los médicos también hacen una exploración física para determinar si los síntomas se deben a debilidad muscular o a un problema muscular o articular.
Se pregunta a los familiares o cuidadores cómo de bien el paciente desarrolla las actividades diarias, por ejemplo comer con cubiertos, preparar la comida y escribir.
Pueden hacerse ciertas pruebas estandarizadas de la función cerebral (pruebas neuropsicológicas). Las pruebas neuropsicológicas proporcionan información sobre el funcionamiento de las diferentes áreas del cerebro. Los médicos formulan preguntas diseñadas para evaluar la inteligencia, la capacidad de resolver problemas y planificar e iniciar acciones (lo que se denomina función ejecutiva), la atención, la memoria, el lenguaje, la motivación, el estado de ánimo y las emociones, la calidad de vida y la personalidad. Los médicos también realizan pruebas simples y solicitan a las personas afectadas que realicen movimientos específicos para evaluar si su cerebro procesa la solicitud (como pedirles que se despidan o mostrar cómo se usa un martillo).
Se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN), y otras pruebas para determinar la causa del daño cerebral.
Tratamiento de la apraxia
Tratamiento de la causa
Fisioterapia y terapia ocupacional
Si es posible, se trata el trastorno que causa la apraxia. No existe tratamiento específico para la apraxia.
La fisioterapia (terapia física) y la ergoterapia (terapia ocupacional) pueden ayudar a algunas personas con apraxia a aprender a compensar sus deficiencias. Sin embargo, el principal uso de estas terapias es hacer el entorno más seguro y proporcionar mecanismos que ayuden a las personas a un mejor funcionamiento.
Los logopedas pueden ayudar a las personas con apraxia verbal pidiéndoles que practiquen los patrones de toma de sonido una y otra vez. Si la apraxia verbal es grave, se puede enseñar a la persona afectada a utilizar un tablero de letras o pictogramas, o algún dispositivo de comunicación electrónico que incluya un teclado y una pantalla para visualizar los mensajes.
Pronóstico de la apraxia
Según la causa, las personas con apraxia continúan perdiendo funcionalidad y pasan a ser dependientes, requiriendo ayuda para las actividades cotidianas y algún tipo de supervisión. Sin embargo, si la apraxia es consecuencia de un accidente cerebrovascular, es posible que las personas afectadas no continúen perdiendo funcionalidad e incluso mejoren un poco, especialmente si reciben una rehabilitación intensiva que incluye terapia ocupacional.