Aneurismas cerebrales

(Aneurismas cerebrales; aneurismas intracraneales)

PorAndrei V. Alexandrov, MD, The University of Tennessee Health Science Center;
Balaji Krishnaiah, MD, The University of Tennessee Health Science Center
Revisado/Modificado jun 2023
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Un aneurisma es una protuberancia (dilatación) en la pared de una arteria. Los aneurismas que se producen en las arterias del cerebro (arterias cerebrales) se denominan aneurismas cerebrales.

Los aneurismas pueden ocurrir en cualquier arteria. (Véase también Aneurismas de las ramificaciones aórticasa y Aneurismas de las arterias de los brazos, las piernas y el corazón.)

En Estados Unidos, los aneurismas cerebrales afectan del 3 al 5% de las personas. Los aneurismas cerebrales pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en personas de 30 a 60 años de edad. Son más frecuentes en mujeres que en hombres.

Las personas pueden tener un solo aneurisma cerebral o varios.

Causas de los aneurismas cerebrales

Muchos aneurismas son consecuencia de una debilidad de la pared arterial que existe desde el nacimiento (congénita). Otros están causados por la ateroesclerosis (acumulación de placa o material graso en la pared de los vasos sanguíneos).

Otros aneurismas son consecuencia de infecciones bacterianas o fúngicas en la pared de la arteria que aparecen después del consumo de drogas intravenosas ilícitas como la heroína. Estas infecciones suelen iniciarse en otras partes del cuerpo, normalmente en una válvula cardíaca, antes de propagarse hasta la pared arterial.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir un aneurisma cerebral se encuentran

Síntomas de los aneurismas cerebrales

La mayoría de los aneurismas cerebrales no causan síntomas a menos que sean de gran tamaño o se rompan.

Los aneurismas cerebrales de mayor tamaño y sin rotura pueden presionar el tejido cerebral y los nervios y causar cefalea, que puede palpitar al ritmo del pulso (pulsátil). Con menos frecuencia, las personas afectadas pueden presentar pupilas dilatadas y/o síntomas de un accidente cerebrovascular, como debilidad o parálisis en un lado del cuerpo. Las personas con aneurismas causados por una infección bacteriana o fúngica pueden tener fiebre y perder peso.

La rotura de un aneurisma cerebral causa una hemorragia subaracnoidea con un dolor de cabeza inmediato e intenso. El dolor alcanza su intensidad máxima en cuestión de segundos. A veces se describe como un trueno y como "el peor dolor de cabeza experimentado jamás". Una rotura de aneurisma también puede causar náuseas, vómitos, rigidez de nuca, sensibilidad a la luz, pérdida del conocimiento y/o convulsiones.

Si la rotura del aneurisma sangra en el tejido cerebral (hemorragia intracerebral), las personas afectadas suelen desarrollar síntomas de un accidente cerebrovascular (que generalmente está causado por coágulos de sangre y no por hemorragia). El sangrado puede aumentar la presión en el cerebro, lo que puede conducir al coma y, a veces, a la muerte.

Diagnóstico de los aneurismas cerebrales

  • Angio-TC (tomografía computarizada) o angiografía por resonancia magnética

Puesto que los aneurismas cerebrales están localizados cerca del cerebro y, por lo general, son pequeños, su diagnóstico y tratamiento difieren de los de otros aneurismas.

Los aneurismas cerebrales se pueden detectar de forma accidental cuando se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen por otras razones.

El diagnóstico de un aneurisma cerebral se basa en los resultados de una angiografía por tomografía computarizada (TC) (tomografía realizada después de inyectar un agente de contraste en una vena) o de una angiografía por resonancia magnética. Sin embargo, la angiografía por sustracción digital es la forma más precisa de diagnosticar aneurismas.

En la angiografía por sustracción digital se toman imágenes de rayos X de los vasos sanguíneos antes y después de inyectar un agente de contraste radiopaco. A continuación, una computadora resta una imagen de la otra. Se eliminan las imágenes de otras estructuras que no son las arterias (como los huesos). Como resultado, las arterias pueden verse más claramente.

Las pruebas utilizadas para diagnosticar un aneurisma infectado incluyen angiografía por tomografía computarizada o angiografía por resonancia magnética y hemocultivos. Estas pruebas pueden mostrar el crecimiento de microorganismos (como bacterias o hongos).

Tratamiento de los aneurismas cerebrales

  • Para aneurismas pequeños no rotos, pruebas de diagnóstico por la imagen periódicas para controlar el crecimiento

  • Para aneurismas grandes sin rotura, reparación quirúrgica o basada en un catéter

El tratamiento de los aneurismas no rotos depende de

  • Tipo, tamaño y localización del aneurisma

  • Riesgo de rotura

  • La edad y el estado de salud de la persona

  • Antecedentes médicos de la persona y de sus familiares para detectar aneurismas previos y factores de riesgo para los mismos

  • Riesgos del tratamiento

Los médicos discuten los riesgos del tratamiento en comparación con los de una posible rotura para que la persona afectada pueda tomar una decisión informada.

El control de los factores de riesgo para la ateroesclerosis, especialmente el abandono del hábito de fumar y el uso de medicamentos antihipertensivos, es importante.

Si el riesgo de rotura es bajo, la única medida necesaria puede ser la monitorización periódica del aneurisma.

Si el aneurisma es grande o está causando síntomas, el tratamiento a menudo implica una reparación quirúrgica. Para reparar un aneurisma se utiliza uno de los procedimientos quirúrgicos siguientes (llamado cirugía endovascular):

  • Espiral endovascular

  • Colocación de un stent (un tubo fabricado con alambre o malla industrial) endovascular

Habitualmente se utiliza el enrollamiento endovascular, un tratamiento menos invasivo. Consiste en la inserción de un espiral dentro del aneurisma. Para este procedimiento, se inserta un catéter en una arteria, generalmente en la ingle, y se enhebra hasta la arteria cerebral afectada. Se inyecta un agente de contraste que permite al médico visualizar el aneurisma en una radiografía. El catéter se usa a continuación para colocar las espirales en el aneurisma. De este modo, la intervención no requiere la perforación del cráneo. Al ralentizar el flujo sanguíneo a través del aneurisma, las espirales estimulan la formación de coágulos de sangre, que sellan el aneurisma y evitan que se rompa. Cuando se diagnostica un aneurisma, la espiral endovascular puede colocarse al mismo tiempo que se realiza la angiografía cerebral. Las espirales se mantienen en su lugar permanentemente.

En la endoprótesis endovascular, se emplea un catéter para insertar un tubo hecho de alambre (stent) a través de la abertura del aneurisma. El stent redirige la circulación sanguínea normal rodeando el aneurisma, con lo que se evita que la sangre entre en el aneurisma y se elimina el riesgo de rotura. El stent se emplaza en su sitio de forma permanente.

Con menos frecuencia, se coloca a través del aneurisma un clip de metal. Para este procedimiento, los cirujanos practican una incisión en la piel de la cabeza y extraen un fragmento de cráneo para poder visualizar el aneurisma. A continuación se coloca el clip a través de la abertura del aneurisma. Este procedimiento evita que la sangre entre en el aneurisma y elimina el riesgo de ruptura. El clip se emplaza en su sitio permanentemente. La colocación quirúrgica de un clip requiere pasar varias noches en el hospital.

Cuando se infecta el aneurisma, se administran antibióticos o antifúngicos.

Si el aneurisma se ha roto, se utiliza una angiografía por sustracción digital para localizarlo y luego se practica una cirugía endovascular o abierta.

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