Pérdida de memoria

PorMark Freedman, MD, MSc, University of Ottawa
Revisado/Modificado oct 2023 | Modificado nov 2023
VER VERSIÓN PROFESIONAL
Datos clave

La pérdida de memoria puede ser un síntoma de disfunción cerebral. Es uno de los motivos más frecuentes de consulta, especialmente en personas de edad avanzada. A veces los miembros de la familia notan e informan de la pérdida de memoria.

La mayor preocupación para el paciente, los familiares y el médico suele ser si la pérdida de memoria es el primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer, una forma progresiva e incurable de demencia (un tipo de trastorno del cerebro). Los pacientes con demencia han perdido la capacidad de pensar con claridad. Por lo general, si el paciente es lo suficientemente consciente de su pérdida de memoria como para estar preocupado por ello, por lo general no sufre de una demencia precoz.

¿Sabías que...?

  • Las personas que son conscientes de su pérdida de memoria por regla general no sufren demencia.

Los recuerdos pueden ser almacenados en la memoria a corto plazo o a largo plazo, dependiendo de lo que se trate y de lo importante que sean para la persona.

  • La memoria a corto plazo conserva una pequeña cantidad de información que el sujeto necesita temporalmente, como por ejemplo una lista de cosas para comprar en el supermercado.

  • La memoria a largo plazo, como su nombre indica, almacena los recuerdos (como el nombre de la escuela secundaria del sujeto) por largo tiempo.

La memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo se almacenan en diferentes partes del cerebro. La memoria a largo plazo se almacena en muchas áreas del cerebro. Una parte del cerebro (el hipocampo) ayuda a clasificar la información nueva y a asociarla con información similar que ya está guardada en el cerebro. Este proceso convierte los recuerdos a corto plazo en memoria a largo plazo. Cuanto más frecuentemente se utilice o se recupere un recuerdo a corto plazo, más probable es que se trasforme en un recuerdo a largo plazo.

Causas de la pérdida de memoria

Causas frecuentes

Las causas más frecuentes de pérdida de memoria son

  • Los cambios de la memoria relacionados con la edad (el más común)

  • Deterioro cognitivo leve

  • Demencia

  • Depresión

Las alteraciones de la memoria relacionadas con la edad (denominado deterioro de la memoria asociado a la edad) hacen referencia al ligero descenso fisiológico en la funcionalidad cerebral que se produce con la edad. La mayoría de las personas de edad avanzada tienen algunos problemas de memoria. Recuperar recuerdos de cosas nuevas, como por ejemplo el nombre de un nuevo vecino o cómo utilizar un nuevo programa informático, lleva más tiempo. Las personas de edad avanzada también tienen que ensayar los nuevos recuerdos con más frecuencia para que estos se almacenen. Las personas con este tipo de pérdida de memoria a veces se olvidan de las cosas, como dónde dejaron las llaves del coche. Pero en ellos, a diferencia de las personas con demencia, la capacidad para realizar las actividades diarias o de pensar no está afectada. Con tiempo suficiente, suelen recordar, aunque a veces lleva más tiempo de lo conveniente. Este tipo de pérdida de memoria no es un signo precoz de demencia o de la enfermedad de Alzheimer.

El deterioro cognitivo leve es un término impreciso que se utiliza para describir las deficiencias en la funcionalidad mental que no son lo suficientemente graves como para afectar al funcionamiento diario. La pérdida de memoria suele ser el síntoma más evidente. En realidad, los recuerdos se pierden, no es que se tarde en recuperarlos, como ocurre en personas con alteraciones en la memoria relacionadas con la edad. Los sujetos con un deterioro cognitivo leve tienen problemas para recordar conversaciones recientes y pueden olvidar citas importantes o eventos sociales, pero suelen recordar eventos pasados. La atención y la capacidad para realizar actividades habituales no se ven afectadas. Sin embargo, hasta la mitad de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollan demencia en menos de 3 años.

La demencia es una forma mucho más grave de disminución de la funcionalidad mental. La pérdida de memoria, en particular para la información recientemente adquirida, es a menudo el primer síntoma, y empeora con el tiempo. Las personas afectadas por demencia pueden olvidar acontecimientos completos, no solo los detalles. Les puede ocurrir lo siguiente:

  • Tener dificultad para recordar cómo hacer cosas que han hecho muchas veces antes y cómo llegar a lugares en los que han estado a menudo.

  • Ya no poder hacer cosas que requieren muchos pasos, como seguir una receta de cocina.

  • Olvidarse de pagar facturas o acudir a las citas.

  • Olvidarse de apagar la estufa, cerrar la puerta de la casa cuando salen o cuidar de un niño que se ha dejado a su cargo.

En las primeras etapas de la demencia, las personas afectadas pueden ser conscientes de su pérdida de memoria. Pero, a medida que la demencia progresa y a diferencia de las personas con alteraciones en la memoria relacionadas con la edad, no son conscientes de su pérdida de memoria y a menudo niegan que la tengan.

Encontrar la palabra adecuada, nombrar objetos, comprender el lenguaje, y hacer, planificar y organizar las actividades diarias se vuelve más y más difícil. Las personas afectadas por demencia con el tiempo se desorientan, no saben qué hora o incluso qué año es o dónde están. Se producen cambios en la personalidad. Pueden llegar a ser más irritables, ansiosos, paranoicos, inflexibles, o problemáticos.

Hay muchas formas de demencia. La enfermedad de Alzheimer es la más frecuente. La mayoría de las formas de demencia empeoran progresivamente hasta que la persona fallece.

Algunos factores que aumentan el riesgo de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos (como la hipertensión arterial, los niveles altos de colesterol y la diabetes) parecen aumentar el riesgo de demencia.

La depresión puede causar un tipo de pérdida de memoria (denominada pseudodemencia) que se asemeja a la que ocurre en la demencia. Además, la demencia por lo general causa depresión. Por lo tanto, determinar si la demencia o la depresión son la causa de la pérdida de memoria puede ser difícil. Sin embargo, las personas con pérdida de memoria debida a la depresión, a diferencia de aquellos casos con demencia, son conscientes de su pérdida de memoria y se quejan de ello. Además, rara vez se olvidan de acontecimientos actuales importantes o asuntos personales y suelen presentar otros síntomas, como una intensa tristeza, problemas para dormir (demasiado o demasiado poco), lentitud o pérdida del apetito.

El estrés puede interferir con la formación de la memoria y a la hora de recuperar un recuerdo, en parte porque las preocupaciones impiden al sujeto prestar atención a otras cosas. Sin embargo, en determinadas circunstancias, en particular cuando el estrés es entre leve y moderado y no dura mucho tiempo, puede mejorar la memoria.

Causas menos frecuentes

Muchos trastornos pueden causar un deterioro de la función mental que se asemeja a la demencia.

Algunos de estos trastornos se pueden revertir con tratamiento. Se incluyen los siguientes:

Otros trastornos son solo parcialmente reversibles. El grado de reversión depende de la cantidad de tejido dañado. Entre estos factores se incluyen los siguientes

En pacientes con estos trastornos, el tratamiento a veces puede mejorar la memoria y la función mental. Si el daño es más extenso, el tratamiento puede que no mejore la función mental, pero a menudo puede evitar un mayor deterioro.

En el delirio/confusión la memoria está afectada, pero la pérdida de memoria no es el síntoma más notable. Por el contrario, las personas con delirio/confusión están muy confusas, desorientadas e incoherentes. La abstinencia absoluta de alcohol (delirium tremens), una infección sanguínea grave (sepsis), la falta de oxígeno (por ejemplo como consecuencia de una neumonía) y muchos otros trastornos pueden causar delirio, como se puede ver en adictos a drogas.

Evaluación de la pérdida de memoria

Para evaluar la pérdida de memoria, los médicos determinan primero si la causa es un delirio/confusión u otra causa reversible. Las causas reversibles requieren tratamiento inmediato.

Luego el médico se centra en determinar si la causa de la pérdida de memoria está relacionada con los cambios fisiológicos en el encéfalo relacionados con la edad, o se trata de un deterioro cognitivo leve, una depresión o una demencia precoz.

Signos de alarma

En las personas con pérdida de memoria, ciertos síntomas son motivo de preocupación:

  • Dificultad para realizar las actividades cotidianas

  • Dificultad para prestar atención y fluctuaciones en el nivel de consciencia, síntomas que sugieren confusión mental

  • Síntomas de depresión (como pérdida de apetito, pensamientos suicidas, dificultad para dormir y lentitud del habla y de la actividad general)

Cuándo acudir al médico

Las personas con signos de alarma deben consultar con un médico. Se debe acudir al médico de inmediato si

  • No pueden prestar atención y parecen muy confusos, descentrados y los síntomas sugieren confusión mental

  • Se sienten deprimidos y tienen ideas autolesivas (está pensando en hacerse daño)

  • Tienen otros síntomas que sugieren un problema del sistema nervioso como dolores de cabeza, dificultad para usar o entender el lenguaje, lentitud, problemas de visión o mareos

Las personas que no presentan signos de alarma pero están preocupadas por su memoria o tienen dificultades para realizar las actividades cotidianas básicas deben llamar a su médico. El médico determina la rapidez con la que las personas afectadas necesitan ser valoradas en función de los síntomas y la intensidad de estos.

Actuación del médico

El médico pregunta sobre los síntomas y sobre el historial clínico del paciente. A continuación, realiza una exploración física. Es útil que esté presente un miembro de la familia porque los pacientes con trastornos de la memoria pueden no ser capaces de describir sus síntomas con precisión. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren una causa y las pruebas complementarias que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas y características de la pérdida de memoria).

El médico con frecuencia se entrevista con el paciente y con los familiares por separado, ya que éstos pueden sentirse coartados para describir los síntomas con franqueza si el paciente está presente.

El médico plantea preguntas específicas acerca de la pérdida de memoria:

  • ¿Qué tipo de cosas son las que olvida el paciente? (por ejemplo, si se olvida de las palabras o los nombres o se pierde)

  • ¿Cuándo empezaron los problemas de memoria?

  • Si la pérdida de memoria está empeorando

  • ¿Cómo afecta la pérdida de memoria a la capacidad del paciente para realizar sus actividades en el trabajo y en casa?

El médico también pregunta si se tiene otros síntomas, como la dificultad para usar o comprender el lenguaje y los cambios en los hábitos alimentarios o de sueño o estado de ánimo. Preguntan acerca de todos los trastornos que ha sufrido la persona y todos los medicamentos, las drogas ilícitas, los medicamentos de venta libre y los suplementos nutricionales que la persona está tomando para comprobar las posibles causas. Los médicos también preguntan a la persona acerca de cualquier hábito alimentario inusual. La información acerca de la educación del paciente, puestos de trabajo y sus actividades sociales pueden ayudar al médico a evaluar mejor su función mental previa y calibrar la gravedad del problema. El médico pregunta también si algún miembro de la familia ha sufrido demencia o deterioro cognitivo leve precoz.

Durante la exploración se evalúan todos los sistemas corporales, pero se centra en el sistema nervioso (evaluación neurológica), incluida la evaluación de la funcionalidad mental (examen del estado mental).

En las pruebas para determinar el estado mental, el médico pide a la persona afectada que responda a determinadas preguntas o que realice tareas específicas para evaluar diversos aspectos de la funcionalidad mental, como

  • La orientación en relación con el tiempo y el espacio: decir la fecha y ubicación actual del paciente y su nombre.

  • Atención: repetir una lista breve de palabras.

  • Concentración: deletrear la palabra «mundo» al revés o repetir su número de teléfono hacia adelante y luego hacia atrás.

  • Memoria a corto plazo: recordar una lista breve de palabras después de unos minutos.

  • Memoria a largo plazo: responder preguntas sobre el pasado remoto.

  • Uso del lenguaje: nombrar objetos comunes y partes del cuerpo, y leer, escribir y repetir ciertas frases.

  • Capacidad para comprender relaciones espaciales: copiar estructuras simples y complejas (por ejemplo, usando piezas de construcción) y dibujar un objeto, como un reloj, un cubo o una casa.

Esta prueba también evalúa el pensamiento abstracto, la comprensión, la capacidad de seguir instrucciones y resolver problemas de matemáticas, la conciencia de la enfermedad y el estado de ánimo.

Tabla
Tabla

Pruebas complementarias

Generalmente, el médico puede determinar si la causa son los cambios relacionados con la edad, un deterioro cognitivo leve o una demencia precoz en función del tipo de pérdida de memoria y los síntomas que la acompañan.

Sin embargo, cuando el diagnóstico no está claro, las pruebas neuropsicológicas pueden proporcionar más información. Estas pruebas son similares a las pruebas de estado mental, excepto que son mucho más detalladas. Una prueba completa puede durar horas. Deben ser realizadas por un psicólogo clínico o un psiquiatra entrenado o con experiencia en la pérdida de memoria. Estas pruebas pueden no ser tan útiles en mayores de 65 años.

Si el médico sospecha que podría tratarse de una demencia o encuentra cualquier alteración durante el examen neurológico, se suele realizar una resonancia magnética nuclear (RMN) o, si la RMN no está disponible, una tomografía computarizada (TC) para comprobar si hay lesiones, como un tumor cerebral, hidrocefalia normotensiva, una lesión secundaria a un traumatismo craneoencefálico o un accidente cerebrovascular.

Los médicos también pueden realizar análisis de sangre para medir las concentraciones de vitamina B12 y de hormonas tiroideas con el fin de determinar si la causa de la pérdida de memoria fuera un déficit de vitamina B12 o un trastorno de la glándula tiroidea. Estos trastornos son causas reversibles de pérdida de memoria.

Si se sospecha que existe una infección cerebral, se suele hacer una punción lumbar para obtener muestras del líquido que rodea el encéfalo (líquido cefalorraquídeo) para su análisis.

Tratamiento de la pérdida de memoria

El tratamiento de cualquier trastorno que contribuya a la pérdida de memoria puede ayudar a restaurarla. Por ejemplo, el déficit de vitamina B12 se trata con suplementos de B12 y la insuficiencia de la glándula tiroidea se trata con suplementos de hormona tiroidea. Para la depresión, el tratamiento suele ser farmacológico, psicoterapia o ambos. Son de elección los antidepresivos que no agravan la pérdida de memoria, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). En la hidrocefalia normotensiva se puede implantar quirúrgicamente una derivación para drenar el exceso de líquido existente alrededor del encéfalo. Si un paciente está en tratamiento con fármacos que afectan a la función cerebral, el médico puede interrumpir el tratamiento, reducir la dosis del fármaco o intentar sustituirlo.

Si la única causa de la pérdida de memoria son los cambios relacionados con la edad, el médico informa al paciente de su lesión y le explica que el problema no es grave, que estos cambios no implican que la función mental se reducirá de forma importante, y que hay formas de compensar las pérdidas y, posiblemente, de mejorar la función mental (véase Elementos esenciales para las personas mayores).

Medidas generales

A las personas que están preocupadas por una pérdida de memoria a menudo se les recomiendan algunas medidas generales:

  • Realizar actividad física con regularidad

  • Seguir una dieta saludable rica en frutas y verduras

  • Dormir lo suficiente

  • No fumar

  • Minimizar el consumo de alcohol u otras sustancias (como marihuana)

  • Participar en actividades sociales e intelectualmente estimulantes

  • Realizar controles médicos con regularidad

  • Evitar altos niveles de estrés

  • Evitar actividades que puedan ocasionar traumatismos en la cabeza

Estas medidas, junto con el control de la presión arterial, de los niveles de colesterol y de los niveles de azúcar en sangre, también tienden a reducir el riesgo de trastornos cardíacos y de los vasos sanguíneos. Algunas evidencias sugieren que estas medidas pueden reducir el riesgo de demencia, pero este efecto no se ha demostrado.

Algunos expertos recomiendan lo siguiente:

  • Aprender cosas nuevas (como un nuevo idioma o un nuevo instrumento musical)

  • Hacer ejercicios mentales (por ejemplo, memorizar listas, hacer crucigramas o jugar al ajedrez, al tute u otros juegos de estrategia)

  • Lectura

  • Trabajar con la computadora

  • Hacer manualidades (como tejer y confeccionar colchas)

  • Usar señales para ayudar a recordar y organizar cosas

Estas actividades pueden ayudar a mantener o mejorar la función mental, posiblemente porque refuerzan las conexiones entre los nervios. Tener conexiones nerviosas más fuertes ayuda a retrasar el deterioro de la función mental debido a los cambios cerebrales inducidos por la edad, y ayuda a compensar este deterioro.

Medicamentos

En los casos de demencia se pueden prescribir fármacos denominados inhibidores de la colinesterasa (como donepezilo, galantamina y rivastigmina), particularmente en personas con enfermedad de Alzheimer o demencia con cuerpos de Lewy. Estos fármacos pueden mejorar temporalmente y ligeramente la función mental, incluyendo la memoria, en algunos pacientes. Otro fármaco diferente, la memantina, puede ser útil, pudiéndose combinar con un inhibidor de la colinesterasa.

El aducanumab es un fármaco utilizado para tratar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, muchos expertos no se ponen de acuerdo sobre qué personas deben tomar el medicamento o incluso sobre si el medicamento debe prescribirse o no. Lecanemab y donanemab son medicamentos más nuevos que se pueden usar para tratar la enfermedad de Alzheimer.

El deterioro cognitivo leve se puede tratar con donepezilo. Este fármaco puede mejorar temporalmente la memoria, pero el beneficio parece ser leve. Ningún otro fármaco ha demostrado ser eficaz.

Medidas de seguridad y de apoyo

Ningún tratamiento puede restaurar la funcionalidad mental o detener por completo la progresión de la demencia. Por lo tanto, el tratamiento de la demencia se centra en mantener a la persona afectada segura y en prestar apoyo a medida que se produce el deterioro.

Si la pérdida de memoria es relativamente grave o los familiares están preocupados por la seguridad del paciente, su domicilio puede ser revisado por el terapeuta ocupacional o por el fisioterapeuta. Pueden recomendar maneras de prevenir caídas y otros accidentes y pueden sugerir medidas de protección, como ocultar cuchillos, desenchufar la estufa y retirar las llaves del coche.

Un ambiente de apoyo presenta las características siguientes:

  • La orientación se refuerza con frecuencia (por ejemplo, con calendarios y relojes de gran tamaño).

  • El ambiente es luminoso y alegre.

  • Se sigue una rutina.

  • Se dispone de algún tipo de estimulación (por ejemplo, un televisor o una radio) y se pueden realizar actividades agradables.

Con el tiempo, la persona afectada puede necesitar ayuda domiciliaria o tener que trasladarse a un centro asistido o a un centro de cuidados especializado.

Aspectos esenciales para las personas mayores: pérdida de memoria

Cuando las personas envejecen, la mayoría comienzan a tener algunos problemas de memoria. Por lo general, la pérdida de memoria está producida por los cambios fisiológicos que se producen en el cerebro debido a la edad, y no conduce a demencia. Comprender estos cambios puede reducir la ansiedad y ayudar a las personas de edad avanzada a adaptarse a ellos y a compensarlos.

Las estimaciones del número de personas que sufren deterioro cognitivo leve varían, pero es frecuente. Algunos estudios informan que el 7% de las personas lo sufren a los 70 años y el 25% de las personas lo sufren después de los 80 años.

La demencia se produce en

  • Aproximadamente el 1% de las personas entre 60 y 64 años de edad

  • 3% de las personas entre 65 y 74 años

  • Casi el 15% de las personas de 75 a 79 años de edad

  • Aproximadamente el 25% de las personas entre 80 y 84 años de edad

  • Del 30 al 50% de las personas mayores de 85 años

  • Del 60 al 80% de las personas mayores que viven en residencias de ancianos

Haciendo frente a la enfermedad

Las estrategias que pueden ayudar a afrontar un deterioro de la memoria incluyen

  • Hacer listas

  • Mantener un calendario detallado

  • Establecer rutinas

  • Hacer asociaciones o relacionar la nueva información con información ya conocida, como asociar el nombre de un nuevo conocido con el nombre de una estrella de cine

  • Repetición de la información, como repetir el nombre de un nuevo conocido en varias ocasiones

  • Prestar atención (concentrarse) a las cosas de una en una

  • Mejorar las habilidades de organización, como mantener los objetos de uso frecuente, como las llaves del coche, en el mismo lugar

Comprobar que la persona afectada puede oír y ver bien puede ayudar a que interactúe con otras personas y participe en actividades sociales. Estas medidas ayudan a que se mantenga la confianza en sí mismo y, con frecuencia, se mejora la función mental.

Conceptos clave

  • La pérdida de memoria y el miedo a la demencia son fuentes comunes de preocupación entre las personas de edad avanzada.

  • Por lo general, la pérdida de memoria se debe a los cambios fisiológicos del cerebro relacionados con la edad, que enlentecen ligeramente las funciones mentales aunque no las menoscaban de forma significativa.

  • La pérdida de memoria debida a demencia por lo general interfiere con la capacidad de realizar actividades diarias y empeora progresivamente.

  • Es posible que las personas que son conscientes de su pérdida de memoria no tengan demencia.

  • Generalmente se puede identificar la causa en función de los resultados de la exploración, las pruebas de diagnóstico por la imagen (como la resonancia magnética nuclear o la tomografía computarizada), y otras pruebas, incluyendo pruebas formales de función mental.

  • Tener un estilo de vida saludable, mantenerse mentalmente activo y participar en actividades sociales puede ayudar a conservar la función mental o retrasar su deterioro.

  • El uso de listas y otras ayudas para la memoria, el mantenerse centrado en una cosa a la vez y ser organizado puede ayudar a las personas de edad avanzada a compensar las alteraciones de la memoria relacionadas con la edad.

  • Los medicamentos llamados inhibidores de la colinesterasa (como donepezilo) pueden ser beneficiosos para la memoria, especialmente si las personas sufren enfermedad de Alzheimer o demencia con cuerpos de Lewy, y lecanemab y donanemab pueden ayudar.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. Alzheimer's Association (Asociación para el Alzheimer): este sitio web proporciona información sobre la demencia en general y sobre la enfermedad de Alzheimer en particular (como estadísticas, causas, factores de riesgo, síntomas y signos tempranos, opciones de atención médica y cuidado diario del enfermo de Alzheimer). También incluye consejos para mejorar la salud del cerebro y vínculos con grupos de apoyo y recursos locales.

quizzes_lightbulb_red
Test your Knowledge¡Tomar una prueba!
ANDROID iOS
ANDROID iOS
ANDROID iOS