Trastornos de los plexos

PorMichael Rubin, MDCM, New York Presbyterian Hospital-Cornell Medical Center
Revisado/Modificado mar 2024
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Los plexos (redes de fibras nerviosas interconectadas procedentes de diferentes nervios espinales) pueden dañarse a causa de traumatismos, tumores, bolsas de sangre (hematomas) o por reacciones autoinmunitarias.

  • Aparecen dolor, debilidad y pérdida de sensibilidad total o parcial en un brazo o en una pierna.

  • La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa ayudan a localizar la lesión, y la resonancia magnética nuclear ayuda a identificar su causa.

  • A veces, el tratamiento del trastorno que causa el problema mejora la función nerviosa.

(Véase también Introducción al sistema nervioso periférico.)

Un plexo nervioso es semejante a una caja de conexiones eléctricas, que distribuye los cables por diferentes partes de una casa. En un plexo se clasifican las fibras nerviosas procedentes de diferentes nervios espinales (que conectan la médula espinal con el resto del cuerpo). Estas fibras se combinan de tal manera que todas las que se dirigen a una zona específica del cuerpo se reúnen en un nervio. Las lesiones de los nervios de los plexos principales causan problemas en los brazos o en las piernas inervados por esos nervios.

Los plexos principales son

  • Plexo braquial, que se encuentra en el cuello y en los hombros y distribuye los nervios a lo largo de los brazos

  • Plexo lumbosacro, que distribuye los nervios hacia la pelvis y hacia las piernas

El plexo lumbosacro comprende el

  • Plexo lumbar, ubicado en la parte baja de la espalda.

  • Plexo sacro, ubicado en la pelvis

Cajas de conexiones nerviosas: los plexos

Un plexo nervioso se asemeja a una caja de distribución eléctrica de una casa. En un plexo, las fibras nerviosas procedentes de diferentes nervios espinales están ordenadas y recombinadas, de manera que todas las fibras que van a una parte específica del cuerpo quedan agrupadas en un solo nervio.

En el tronco se localizan cuatro plexos nerviosos:

  • El plexo cervical proporciona conexiones nerviosas a la cabeza, el cuello y los hombros.

  • El plexo braquial proporciona conexiones al tórax, los hombros, los brazos, los antebrazos y las manos.

  • El plexo lumbar proporciona conexiones a la espalda, el abdomen, las ingles, los muslos, las rodillas y las pantorrillas.

  • El plexo sacro proporciona conexiones a la pelvis, las nalgas, los genitales, los muslos, las pantorrillas y los pies.

Debido a que los plexos lumbar y sacro están interconectados, algunas veces se hace referencia a ellos como plexo lumbosacro.

Los nervios espinales en el tórax no se agrupan en un plexo; son los nervios intercostales, localizados entre las costillas.

Causas de los trastornos de los plexos

Las causas más frecuentes de lesión del plexo son

  • Traumatismos físicos

  • Cáncer

El plexo braquial (localizado cerca del hombro) puede dañarse por un fuerte estiramiento accidental o por una flexión excesiva del brazo a la altura del hombro. En los recién nacidos, el plexo braquial puede dañarse durante el parto si se ha tirado del feto o se ha realizado otra maniobra. El plexo lumbosacro (localizado cerca de la cadera) puede lesionarse por una caída.

Un cáncer que crece en el pecho o en la parte superior del pulmón puede invadir y destruir el plexo braquial. Un cáncer de intestino, de vejiga o de próstata puede invadir el plexo lumbosacro. Otras masas, como un tumor no canceroso (benigno), un absceso o una bolsa de sangre (hematoma), también producen trastornos de los plexos al comprimirlos.

La diabetes o la radioterapia para el cáncer de mama, que pueden dañar los nervios de todo el cuerpo, también pueden dañar los nervios en un plexo nervioso.

La neuritis braquial aguda (síndrome de Parsonage-Turner, o amiotrofia neurálgica) es una disfunción repentina del plexo braquial debido a inflamación más que a una lesión o un cáncer. Es probable que esté causada por una reacción autoinmunitaria (cuando el organismo produce anticuerpos que atacan a sus propios tejidos) o por un virus. Este trastorno se produce principalmente en los varones. Suele afectar a adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad.

Síntomas de los trastornos de los plexos

La disfunción del plexo braquial produce dolor, debilidad y pérdida de sensibilidad en un brazo. Puede verse afectado todo el brazo o solo una parte (como el antebrazo o el bíceps). Si la causa es una lesión, la recuperación tiende a ocurrir lentamente, durante varios meses, pero algunas lesiones graves causan debilidad permanente.

La neuritis braquial aguda provoca dolor intenso en brazos y hombros. Habitualmente el brazo se debilita y los reflejos están alterados mientras el dolor desaparece. La gente puede no ser capaz de hacer una ο con el pulgar y el índice. La debilidad se desarrolla en un periodo de 3 a 10 días. Después las personas suelen recuperar su fuerza al cabo de unos pocos meses.

La disfunción del plexo lumbosacro produce dolor en la región lumbar y en la pierna, así como debilidad y pérdida de sensibilidad total en la pierna o en una parte concreta de ella (en el pie o en la pantorrilla). La recuperación depende de la causa.

Diagnóstico de los trastornos musculoesqueléticos

  • Electromiografía y estudios de conducción nerviosa

  • Imagen por resonancia magnética o tomografía computarizada

Los médicos sospechan la afectación de un plexo nervioso al localizar síntomas en una zona del cuerpo inervada por un plexo específico. La localización de los síntomas indica qué plexo es el que está afectado.

La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa también ayudan a localizar la lesión.

La resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC) ayudan a determinar si un cáncer, otro tipo de masa o una lesión traumática son la causa del trastorno del plexo.

Tratamiento de los trastornos del plexo

  • Tratamiento de la causa

  • Cuando la causa es un cáncer o un traumatismo, a veces la cirugía

El tratamiento de un trastorno de los plexos depende de la causa. Un cáncer próximo al plexo se trata con radioterapia, con quimioterapia o con ambas. En algunos casos debe extirparse quirúrgicamente el cáncer u otro tipo de masa que estén dañando el plexo.

Si la causa es la diabetes, es beneficioso controlar los niveles de azúcar en sangre.

A veces los médicos prescriben corticoesteroides para la neuritis braquial aguda y otros trastornos de los plexos que se consideran producidos por una reacción autoinmunitaria, aunque no se ha demostrado que estos fármacos sean beneficiosos.

Cuando la causa es una lesión traumática, normalmente solo es necesario esperar a que se cure, aunque en ocasiones se requiere cirugía.

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