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La anisocoria es el tamaño desigual de las pupilas. Por sí misma, la anisocoria no causa síntomas.
Etiología de la anisocoria
La causa más frecuente de anisocoria es
Fisiológica (presente en aproximadamente el 20% de las personas): la diferencia entre el tamaño de la pupila en la anisocoria fisiológica es típicamente ≤ a alrededor de 1 mm.
Véase la tabla Algunas causas frecuentes de anisocoria para otras causas de anisocoria.
Muchos trastornos se asocian con anisocoria debido a una disfunción del iris o una disfunción neurológica, pero suelen manifestarse con otros síntomas más molestos (p. ej., uveítis, accidente cerebrovascular, hemorragia subaracnoidea, glaucoma agudo de ángulo estrecho).
Evaluación de la anisocoria
El objetivo de la evaluación es dilucidar el mecanismo fisiológico de la anisocoria. Al identificar ciertos mecanismos (p. ej., síndrome de Horner, parálisis del tercer nervio craneal), los médicos pueden diagnosticar el trastorno oculto grave ocasional (p. ej., tumor, aneurisma) que se manifiesta con anisocoria.
Anamnesis
Anamnesis de la enfermedad actual: incluye la presencia, naturaleza y duración de los síntomas. Se anota cualquier antecedente de traumatismo cefálico u ocular.
La revisión por aparatos y sistemas busca síntomas que pueden sugerir una causa, como defectos del nacimiento o anomalías cromosómicas (defectos congénitos); ptosis, tos, dolor torácico o disnea (síndrome de Horner); lesiones genitales, adenopatías, erupciones o fiebre (sífilis) y cefaleas u otros síntomas neurológicos (síndrome de Horner o parálisis del tercer nervio craneal).
Antecedentes médicos: incluyen trastornos oculares conocidos y cirugías y exposición a fármacos.
Examen físico
Debe examinarse el tamaño de las pupilas y las respuestas fotomotoras con iluminacióin y en penumbra. Se evalúan la acomodación y los movimientos extraoculares. Se inspeccionan las estructuras oculares utilizando una lámpara de hendidura u otra amplificación para identificar alteraciones estructurales y ptosis. Se evalúan otros síntomas oculares mediante el examen del ojo si está indicado clínicamente. Es necesario examinar una antigua fotografía del paciente o su licencia de conducir (siempre que sea posible, bajo amplificación) para ver si antes se presentaba la anisocoria.
Signos de alarma
Los siguientes hallazgos son de particular importancia:
Ptosis
Anhidrosis
Pupilas que responden más a la acomodación que a la luz
Compromiso de los movimientos extraoculares
Interpretación de los hallazgos
Si la diferencia de tamaño es mayor en la oscuridad, la pupila más pequeña es anormal (porque la pupila debe dilatarse con la oscuridad para permitir que entre más luz). Las causas frecuentes incluyen síndrome de Horner y anisocoria fisiológica. El oftalmólogo puede distinguirlas porque la pupila pequeña en el síndrome de Horner no se dilata después de la instilación de un colirio midriático (p. ej., cocaína al 10%). En la anisocoria fisiológica, la diferencia en el tamaño de las pupilas también puede ser igual en la luz y la oscuridad.
Si la diferencia en el tamaño de las pupilas es mayor en la luz, la pupila más grande es anormal (porque la pupila debe contraerse con la luz para dejar entrar menos luz). Si los movimientos extraoculares están alterados, particularmente con ptosis, es probable una parálisis del tercer nervio craneal. Si los movimientos extraoculares están intactos, un oftalmólogo puede diferenciar mejor entre las causas instilando un colirio miótico (p. ej., pilocarpina al 0,1%). Si la pupila grande se contrae, la causa probablemente es una pupila tónica de Adie; si la pupila grande no se contrae, es probable que se deba a fármacos o a un daño estructural del iris (p. ej., traumático, quirúrgico).
Estudios complementarios
No suelen ser necesarios los estudios complementarios, pero están indicados según el trastorno que se sospeche clínicamente. Los pacientes que presentan síndrome de Horner o parálisis del tercer nervio craneal suelen necesitar una RM o una TC y, en caso de síndrome de Horner, TC de tórax.
Tratamiento de la anisocoria
El tratamiento de la anisocoria propiamente dicha es innecesario. Se deben buscar trastornos subyacentes (p. ej., síndrome de Horner) y tratarlos como corresponda.
Conceptos clave
La anisocoria fisiológica es muy frecuente y causa < 1 mm de diferencia entre el tamaño de las pupilas; las diferencias mayores requieren evaluación.
El examen de las pupilas con luz y oscuridad y la inspección de una fotografía antigua o la licencia de conducir del paciente pueden ayudar a identificar la pupila anormal; el uso de gotas para dilatar y contraer la pupila y el examen ocular adicional pueden proporcionar información diagnóstica adicional.
Deben considerarse trastornos graves en los pacientes con síndrome de Horner o parálisis del tercer nervio craneal.