Prurito vaginal o secreción vaginal

(Prurito [comezón] en la vulva)

PorDavid H. Barad, MD, MS, Center for Human Reproduction
Revisado/Modificado jun 2024
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Datos clave

El prurito y/o la secreción vaginal o vulvar (labial) es un problema frecuente. Las mujeres con prurito o secreción vaginal también pueden tener irritación de la piel, sensación de ardor y relaciones sexuales dolorosas.

Muchas mujeres pueden experimentar esporádicamente episodios breves de prurito vaginal o vulvar, que se curan sin tratamiento. El prurito se considera un problema cuando es persistente, intenso, repetido o va acompañado de secreción vaginal.

En la mayoría de las mujeres se produce normalmente una secreción vaginal inodora, de color blanco lechoso o fina y transparente. Puede ser consecuencia de los efectos del estrógeno. Cuando son elevados, los estrógenos estimulan el cuello del útero para que produzca secreciones (flujo), y una pequeña cantidad de este flujo puede secretarse por la vagina. Los niveles de estrógenos son elevados en las situaciones siguientes:

  • En mujeres que todavía tienen períodos menstruales, unos días antes de la liberación del óvulo (ovulación), por lo general a mitad de ciclo

  • Durante el embarazo

  • En las mujeres que toman medicamentos que contienen estrógeno o que aumentan la producción de estrógeno (como algunos medicamentos para la fertilidad)

La utilización de píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) y la excitación sexual también afectan a la cantidad y el aspecto de la secreción vaginal. Tras la menopausia se reduce el nivel de estrógenos, y a menudo esto se refleja en una reducción en la cantidad de secreción normal.

Anatomía reproductiva femenina externa

Secreción anómala

Una secreción se considera anómala si

  • Es más densa de lo habitual

  • Es más espesa de lo habitual

  • Es blanca y grumosa (como cuajada)

  • Tiene color grisáceo, verdoso, amarillento o sanguinolento

  • Huele mal o a pescado

  • Va acompañada de prurito, ardor, erupción o dolor

Los síntomas vaginales o vulvares pueden aparecer en mujeres de cualquier edad. El prurito y la secreción durante los años reproductivos y después de la menopausia se tratan aquí. (Véase también Prurito o secreción vaginal en las niñas.)

Causas del prurito y la secreción genitales

Una secreción vaginal anómala suele estar causada por una vaginitis, que es consecuencia de una infección o inflamación (como la irritación por un producto químico).

Infecciones

La vaginitis puede deberse a una infección o a un cambio en el equilibrio de las bacterias u otros microorganismos que normalmente viven en la vagina (microbioma vaginal). La vagina suele contener muchos tipos diferentes de bacterias que mantienen su acidez en el rango normal; uno de los principales tipos son los lactobacilos. Cuando disminuye la acidez de la vagina, desciende el número de bacterias normales y aumenta el de bacterias nocivas.

La probabilidad del crecimiento de bacterias dañinas aumenta por:

  • Uso de antibióticos (porque reducen el número de bacterias normales)

  • Sangre menstrual o semen en la vagina (porque reducen la acidez de la vagina)

  • Duchas vaginales (porque reducen la acidez de la vagina)

  • Embarazo

  • Diabetes

  • Cuerpo extraño, como un tampón olvidado (porque los tampones proporcionan un ambiente cálido y húmedo donde las bacterias pueden multiplicarse)

Los tipos más frecuentes de vaginitis causadas por microorganismos son:

Otras infecciones de transmisión sexual (como gonorrea y clamidia) pueden causar secreción. Si estas infecciones se extienden al útero o al área pélvica, pueden derivar en enfermedad inflamatoria pélvica. El herpes genital causa algunas veces prurito vaginal, hormigueo o ardor.

Otras causas

Los productos químicos que entran en contacto con la vagina o el área genital pueden causar una reacción alérgica o una inflamación, que puede dar lugar a secreción, irritación o prurito. Dichos productos químicos pueden estar presentes en detergentes para la ropa, lejía, suavizantes para tejidos, baños de espuma, jabones, aerosoles de higiene femenina, duchas, cremas vaginales, compresas menstruales, ropa interior de tela sintética, colorantes para tejidos, papel higiénico, preservativos, diafragmas y espermicidas.

Los trastornos de la piel, como la psoriasis, el liquen simple crónico, el liquen plano y el liquen escleroso pueden causar prurito genital. El liquen escleroso puede causar áreas blancas finas o gruesas en la vulva alrededor de la abertura de la vagina. Si no se trata, el liquen escleroso puede causar cicatrices y aumentar el riesgo de que se desarrolle un cáncer de vulva.

Después de la menopausia, algunas mujeres tienen secreción vaginal debida a la disminución de las concentraciones de estrógeno, lo que hace que el tejido vaginal se adelgace y se produzca un cambio en el pH vaginal. Esto puede provocar inflamación vaginal y prurito o secreción. Los síntomas que afectan la vagina y las vías urinarias después de la menopausia se denominan síndrome genitourinario de la menopausia. Estos síntomas pueden consistir en sequedad vaginal, dolor durante las relaciones sexuales, urgencia urinaria e infecciones de las vías urinarias.

En mujeres con movilidad limitada debida a una lesión o enfermedad prolongada, la orina o las heces pueden irritar la zona que rodea los genitales y el ano, dando lugar a una secreción vaginal. Dicha irritación puede ocurrir cuando la mujer sufre incontinencia (orina o defeca involuntariamente) o está confinada en la cama.

Las fístulas (conexiones anómalas entre la vagina y la vejiga o el recto) pueden causar secreción vaginal. Esta secreción a veces contiene heces u orina. Las fístulas pueden producirse durante lesiones traumáticas del aparato genital durante el parto pero rara vez ocurren en mujeres que reciben atención médica adecuada durante el parto. Las fístulas pueden aparecer después de una histerectomía, una radiación pélvica o una cirugía pélvica. Las fístulas debidas a un trabajo de parto obstruido son más frecuentes en las zonas donde las mujeres tienen un acceso limitado a la atención médica durante el parto.

Tabla
Tabla

Evaluación del prurito o de la secreción genitales

Una secreción vaginal abundante, persistente, de un color que no sea blanco o claro o que vaya acompañada de otros síntomas molestos debe ser evaluada por un médico. Los médicos generalmente pueden determinar la causa preguntando sobre los síntomas, el historial médico de la mujer y el examen de la vulva y la vagina.

Signos de alarma

En las mujeres con una secreción vaginal anómala, determinadas características son motivo de preocupación:

  • Fiebre

  • Dolor pélvico

  • Secreción sanguinolenta, especialmente después de la menopausia

  • Heces en la secreción vaginal

El prurito vulvar acompañado de masas o lesiones de la vulva es preocupante.

Cuándo acudir al médico

Las mujeres con la mayoría de los signos de alarma deben ver a un médico el mismo día.

Hay que acudir a la consulta si el prurito o la secreción dura más de unos pocos días o si es grave o si aparecen otros síntomas que sugieren una infección (como dolor o fiebre).

Si la mujer reconoce los síntomas de una infección por levaduras vaginal, está segura de que lo que tiene es una infección por levaduras basándose en la experiencia previa (cuando la infección por levaduras fue confirmada por un médico) y no presenta otros síntomas, puede usar un tratamiento vaginal sin receta médica si está disponible. Por lo general, la secreción causada por una infección por levaduras es característica. Es espesa, blanca y a menudo grumosa o con textura de cuajada. Si la secreción persiste o los síntomas vuelven a aparecer después del tratamiento, se debe acudir al médico.

Actuación del médico

Primero formula preguntas sobre los síntomas, especialmente sobre si hay algún síntoma de infección, y sobre los antecedentes médicos.

Si hay secreción vaginal, los médicos preguntan

  • Aspecto y olor

  • Momento de aparición en relación con el periodo menstrual y las relaciones sexuales

  • Simultaneidad con otros síntomas (como prurito, sangrado o fiebre)

Los médicos también preguntan acerca de otros síntomas, como dolor abdominal o pélvico y dolor al orinar o durante el coito.

Se incluyen otras preguntas acerca del uso de aerosoles higiénicos o de otros productos que puedan irritar el área genital, y sobre la existencia de circunstancias que pueden aumentar el riesgo de tener secreción vaginal (como la toma frecuente de antibióticos o el hecho de sufrir diabetes). Los médicos también preguntan sobre la posible exposición a infecciones de transmisión sexual.

A continuación realiza una exploración física, que se centra en la exploración ginecológica. La información de la historia clínica y la exploración clínica sugieren a menudo una causa y las pruebas adicionales que pueden requerirse (véase la tabla Algunas causas de prurito o secreción vaginales).

Si la mujer tiene secreción, a menos que la causa sea evidente (como un objeto extraño o una reacción alérgica), con una torunda de algodón se obtiene una muestra de la secreción de la vagina o el cuello uterino. La muestra se examina al microscopio en busca de los microorganismos que causan infecciones por levaduras, vaginosis bacteriana o vaginitis por Trichomonas. Por lo general, también envían una muestra al laboratorio para detectar gonorrea y clamidia.

Si se sospecha una infección generalizada, como una enfermedad inflamatoria pélvica, a veces se solicita un hemograma completo y pruebas de diagnóstico por la imagen pélvicas.

Tratamiento del prurito o secreción genital

Si se identifica la afección que causa el prurito o la secreción vaginal o vulvar, se trata. Algunas medidas generales también ayudan a aliviar los síntomas.

Medidas generales

Las medidas generales que pueden ayudar a evitar la irritación vulvar o vaginal son

  • Usar ropa interior de algodón en lugar de telas sintéticas

  • Dejar que la vulva y la ingle se sequen por completo después del baño, antes de ponerse la ropa

  • Cambiarse de ropa, tampones o compresas si están húmedas durante un período prolongado de tiempo

  • Uso de jabones, detergentes para la ropa y papel higiénico sin perfume

  • No utilizar productos de higiene femenina ni duchas vaginales

La mejora de la higiene es especialmente útil si la causa es por incontinencia o por confinamiento en cama.

Las duchas vaginales pueden causar irritación de la vulva o la vagina y aumentar el riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica.

Colocar hielo sobre la zona genital o tomar un baño de asiento tibio suele reducir el dolor y el prurito. El baño de asiento se toma en posición sentada con el agua cubriendo solo la zona de los genitales. Los baños de asiento se pueden tomar en la bañera llena o en una palangana grande. Enjuagar la zona genital con agua tibia a chorro con una botella también puede proporcionar alivio. Las mujeres deben tener cuidado al aplicar demasiado frío o calor a la zona, para evitar lesiones.

Si los productos recetados causan irritación, la mujer debe hablar con su médico antes de dejar de usarlos.

Medicamentos

Si los síntomas son moderados o graves, o si no responden a las medidas generales, se administran medicamentos.

En caso de prurito intenso, un antihistamínico por vía oral puede ser beneficioso temporalmente. Los antihistamínicos, además, causan somnolencia y pueden ser útiles si los síntomas dificultan el sueño.

Las infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana, una infección por levaduras o la vaginitis tricomonal, que causan prurito o secreción, requieren la administración de antibióticos o medicamentos antimicóticos por vía oral o por vía intravenosa.

En el caso del liquen escleroso, el médico puede prescribir una crema o una pomada que contenga un corticoesteroide de alta potencia (como el clobetasol).

Aspectos esenciales para las mujeres mayores: prurito o secreción vaginal

Después de la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen notablemente. Como resultado, por lo general, la cantidad de secreción normal disminuye considerablemente. Sin embargo, la disminución de estrógeno hace que la mucosa vaginal se adelgace y se vuelva más seca y frágil. La vagina fina y seca tiene más probabilidades de irritarse, lo que a veces da lugar a una secreción vaginal anormal. Esta secreción puede ser poco espesa y blanca o de color amarillo pálido. La sequedad vaginal puede hacer que el coito sea doloroso. La sequedad vaginal, el dolor durante las relaciones sexuales, la urgencia urinaria y las infecciones urinarias son síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia. Se pueden utilizar dosis bajas de estrógenos vaginales o dehidroepiandrosterona para tratar este síndrome.

El adelgazamiento también hace más probable la aparición de determinadas infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana o las infecciones por levaduras. Los tejidos vaginales delgados y secos se lesionan con más facilidad, lo que permite a las bacterias de la piel, normalmente inofensivas, penetrar en los tejidos bajo la piel y causar infecciones. Estas infecciones no suelen ser graves, pero pueden causar molestias.

La movilidad limitada debida a una enfermedad o lesión prolongada puede ocurrir a cualquier edad. A las personas con incontinencia o confinadas en cama les puede resultar difícil mantener una buena higiene. La falta de higiene puede provocar una inflamación crónica en el área genital debido a la irritación por la orina o las heces.

Las mujeres mayores deben acudir al médico de inmediato si tienen secreción, en especial si contiene sangre o es de color marrón o rosa (lo que posiblemente indica que hay una pequeña cantidad de sangre). Cualquier sangrado vaginal después de la menopausia puede ser una señal de alarma de un trastorno precanceroso (como el engrosamiento del revestimiento del útero) o de cáncer, y no debe ignorarse.

Los antihistamínicos pueden aliviar el prurito, pero deben usarse con precaución en adultos mayores. Muchas (incluyendo la difenhidramina, la hidroxizina y la ciproheptadina) causan somnolencia, lo que aumenta el riesgo de caídas. Por lo tanto, si las mujeres mayores necesitan tomar un antihistamínico durante el día, deben tomar uno que ofrezca menos posibilidades de causar somnolencia, como la loratadina, la cetirizina o la fexofenadina.

Conceptos clave

  • El prurito genital es un problema cuando es persistente, intenso, repetido o va acompañado de dolor o secreción con un aspecto o un olor anómalos, que sugieren infección.

  • Las causas del prurito y la secreción genitales varían según la edad de la persona.

  • Cualquier secreción que se produce después de la menopausia requiere una pronta evaluación por el médico.

  • Por lo general, para detectar los microorganismos que pueden causar estas infecciones se examina una muestra de la secreción.

  • El tratamiento depende de la causa, pero aplicar frío o un baño de asiento tibio puede aliviar los síntomas.

  • Si una infección vaginal causa prurito y secreción, se indica tratamiento con antibióticos o antifúngicos por vía oral o por vía vaginal.

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