Fascitis plantar

(Fasciosis plantar)

PorJames C. Connors, DPM, Kent State University College of Podiatric Medicine
Revisado/Modificado dic 2023
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Datos clave

La fascitis plantar consiste en un dolor originado en la banda densa de tejido denominada fascia plantar que se extiende desde la parte inferior del calcáneo hasta la base de los dedos (bola del pie).

  • El tejido conjuntivo entre el talón y la bola del pie puede estar dañado y dolorido.

  • El dolor, que a menudo es peor la primera vez que se carga peso por la mañana y después de periodos de descanso, se nota en la parte inferior del talón.

  • El diagnóstico se basa en la exploración del pie y en pruebas de diagnóstico por la imagen.

  • Pueden ser de ayuda los estiramientos, la aplicación de hielo, el cambio de calzado, los dispositivos en el interior del zapato que amortigüen, apoyen y eleven el talón, y en ocasiones las inyecciones de corticoesteroides.

(Véase también Introducción a los problemas del pie.)

La fascia plantar conecta la parte inferior del calcáneo con la bola del pie y es fundamental para caminar, correr y dar impulso a la marcha.

Otros términos utilizados para describir la fascitis plantar son fasciosis plantar, entesopatía del calcáneo y síndrome del espolón calcáneo (espolón del talón). El espolón del talón es un crecimiento óseo excesivo en el calcáneo. Se produce a lo largo del tiempo al combinarse un aumento de tensión sobre la fascia del pie con un mal funcionamiento de este. Sin embargo, a veces aparece un espolón en el talón y a veces no. Con frecuencia se produce un pequeño desgarro como resultado de la excesiva tensión sobre la fascia plantar. La fascitis plantar es una de las causas más frecuentes de dolor en el talón.

La fascitis plantar se puede producir en personas con un estilo de vida sedentario, que utilicen zapatos de tacón alto, tengan el arco del pie inusualmente alto o bajo o sufran una excesiva tirantez en los músculos de la pantorrilla o en el tendón de Aquiles (el tendón que une los músculos de la pantorrilla con el calcáneo). Las personas sedentarias suelen resultar afectadas al aumentar de modo repentino su nivel de actividad o utilizar zapatos de menor sujección, como sandalias o chanclas. La fascitis plantar es también frecuente entre corredores y bailarines debido al aumento de tensión sobre la fascia, especialmente si la persona también tiene una mala postura del pie. El desarrollo de este doloroso trastorno se produce con más frecuencia en personas cuya actividad requiere permanecer de pie o caminar sobre superficies duras durante periodos prolongados de tiempo.

Los trastornos que causan o agravan la fascitis plantar son la obesidad, la artritis reumatoide y otros tipos de artritis. El exceso de inyecciones de corticoesteroides puede contribuir al desarrollo de fascitis plantar al dañar la fascia o la almohadilla de grasa bajo del talón.

Síntomas de la fascitis plantar

Una persona con fascitis plantar puede sufrir dolor en cualquier lugar a lo largo de la fascia plantar, aunque lo más frecuente es que el dolor se localice en la unión de la fascia con la parte inferior del calcáneo. La persona afectada con frecuencia siente un dolor muy intenso al cargar peso sobre el pie, especialmente la primera vez que carga el peso corporal sobre el pie por la mañana. El dolor disminuye temporalmente en menos de 5 o 10 minutos pero puede volver a aparecer más tarde en algún momento del día. A menudo empeora cuando se empuja el talón hacia fuera (como por ejemplo al caminar o correr) y después de períodos de descanso. En este caso, el dolor irradia desde la parte inferior del talón hacia los dedos. En algunos casos, al caminar, aparece un dolor ardiente o punzante a lo largo del borde interno de la planta del pie.

¿Qué es el espolón del talón?

El espolón del talón es un crecimiento óseo excesivo en el hueso del talón (calcáneo). Se forma cuando la fascia plantar, el tejido conjuntivo que se extiende desde la parte inferior del talón hasta la base de los dedos, tira demasiado del talón. El espolón puede ser doloroso mientras se está formando, pero el dolor disminuye a medida que el pie se acomoda a él. No todos los espolones del talón causan síntomas. Cuando los causan, la mayoría se pueden tratar sin cirugía.

Diagnóstico de fascitis plantar

  • Exploración médica del pie

  • A veces, radiografías

El médico puede establecer el diagnóstico de la fascitis plantar mediante la exploración del pie. El diagnóstico se confirma si la persona presenta sensibilidad a la palpación en el lugar donde la fascia plantar entra en el calcáneo.

Las radiografías pueden mostrar un espolón en el talón que protruye desde el borde frontal inferior del calcáneo. Sin embargo, las personas con fascitis plantar no suelen tener espolones en el talón y la mayoría de las personas que los tienen no sufren dolor, con lo que la presencia de espolones en el talón no confirma necesariamente la fasciosis plantar y, por tanto, los espolones no necesariamente se deben tratar.

Si el médico sospecha un desgarro en la fascia puede solicitar otras pruebas diagnósticas como una resonancia magnética nuclear (RMN).

Tratamiento de la fascitis plantar

  • Estiramiento, ortesis y férulas nocturnas

Para aliviar la tensión y el dolor en la fascia, la persona puede caminar a pasos cortos y evitar caminar descalzo. Deben evitarse actividades que produzcan un impacto sobre el pie, como la carrera continua. Puede ser necesario bajar de peso. Estirar el tendón de Aquiles y el pie a menudo acelera la curación. Por lo tanto, los tratamientos más efectivos para la fascitis plantar consisten en el uso de amortiguación en el talón y soportes para los arcos, ejercicios de estiramiento del tendón de Aquiles y el uso de férulas que estiran el tendón de Aquiles y la fascia plantar mientras se duerme. Las ortesis (dispositivos colocados en el interior del zapato) pueden ayudar a amortiguar, apoyar y elevar el talón.

Entre otras medidas necesarias se incluyen la utilización de sujeciones adhesivas o de vendajes de soporte del arco del pie, frío y masajes con hielo, toma de fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) e inyecciones ocasionales de corticoesteroides en el talón. Las inyecciones de corticoesteroides no se suelen administrar más de unas pocas veces, ya que pueden empeorar el trastorno al adelgazar la almohadilla de grasa del talón.

Si estas medidas no son útiles, se puede aplicar una escayola y los médicos pueden recomendar fisioterapia. Si los síntomas todavía continúan puede ser necesaria la cirugía para liberar parcialmente la presión sobre la fascia y eliminar los espolones si parecen contribuir al dolor.

En algunos casos, los médicos pueden usar la terapia de activación por pulso extracorpórea (EPAT, por sus siglas en inglés) para aplicar ondas de presión de sonido al talón. Las ondas de presión estimulan la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a la curación.

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