Prevención de enfermedades en los ancianos

PorMagda Lenartowicz, MD, Altais Health Solutions
Revisado/Modificado may 2023
Vista para pacientes

La prevención de la enfermedad es el tratamiento destinado a prevenir la aparición o el agravamiento de una enfermedad. Las medidas de prevención de la enfermedad benefician a las personas mayores independientes con enfermedad crónica mínima o nula y a las personas mayores con varias enfermedades no curables pero tratables.

Prevención primaria y secundaria

La prevención primaria intenta detener la enfermedad antes de que se establezca, a través de la reducción o la eliminación de los factores de riesgo. La prevención primaria puede incluir inmunoprofilaxis (vacunaciones), quimioprofilaxis (véase tabla Quimioprevención e inmunización en pacientes mayores) y cambios en el estilo de vida (véase tabla Cambios en el estilo de vida que ayudan a prevenir las enfermedades crónicas más frecuentes).

La prevención secundaria intenta detectar y tratar la enfermedad o sus complicaciones en un estadio temprano, antes de que aparezcan síntomas o pérdidas funcionales, lo que disminuye la morbimortalidad.

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Cribado

El cribado puede ser una medida preventiva primaria o secundaria. El cribado puede usarse para detectar factores de riesgo, que pueden alterarse para prevenir enfermedades o detectar anomalías en personas asintomáticas, que luego pueden recibir tratamiento temprano.

Múltiples organizaciones publican pautas de revisión, que a veces difieren. Independientemente de lo que recomiende una pauta, también se deben considerar las características y preferencias individuales del paciente. Se desarrollaron pautas para la detección sistemática del cáncer y para la detección sistemática de ciertos otros trastornos (p. ej., aneurisma de la aorta abdominal, abuso de adultos mayores, depresión).

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Referencias de cribado

  1. 1. Jellinger PA, Handelsman Y, Rosenblit PD, et al: American Association of Clinical Endocrinologists and American College of Endocrinology Guidelines for Management of Dyslipidemia and Prevention of Cardiovascular Disease. Endocrine Practice 23 (4):479–497, 2017. doi:10.4158/EP171764.APPGL

  2. 2. Arnett DK, Blumenthal RS, Albert MA, et al: 2019 ACC/AHA Guideline on the Primary Prevention of Cardiovascular Disease: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines. Circulation140 (11):e596–e646, 2019. doi: 10.1161/CIR.000000000000067

  3. 3. American Diabetes Association: Introduction: Standards of medical care in diabetes—2020. Diabetes Care 43 (Supplement 1): S1–S2, 2020. https://doi.org/10.2337/dc20-Sint

  4. 4. Panel on Prevention of Falls in Older Persons, American Geriatrics Society and British Geriatrics Society: Summary of the updated American Geriatrics Society/British Geriatrics Society clinical practice guideline for prevention of falls in older persons. J Am Geriatr Soc 59:148–157, 2011.

Prevención terciaria

La prevención terciaria se aplica a un paciente con una enfermedad sintomática preexistente, en general crónica, que es adecuadamente tratado para evitar una pérdida funcional adicional. El tratamiento de la enfermedad mejora si se emplean guías y protocolos específicos para la enfermedad. Se han desarrollado numerosos programas para el manejo de las distintas enfermedades:

  • Cuidado específico para la enfermedad: un enfermero con entrenamiento especial trabaja junto con un médico de atención primaria o un geriatra para coordinar la atención bajo la guía de un protocolo, organizan los servicios de apoyo y educan a los pacientes.

  • Clínicas de tratamientos crónicos: los pacientes con la misma enfermedad crónica pueden formar grupos de aprendizaje, guiados por un profesional sanitario; este abordaje puede ayudar a los pacientes con diabetes a lograr un mejor control de la glucemia.

  • Especialistas: los pacientes con enfermedad crónica difícil de estabilizar pueden ser derivados a un especialista. Esta práctica ofrece más beneficios cuando el especialista y el médico de atención primaria trabajan de manera cooperativa.

Los pacientes con los siguientes trastornos crónicos, que son frecuentes en los ancianos, pueden beneficiarse con la prevención terciaria.

Artritis

Las inflamaciones articulares (sobre todo la artrosis; con mucha menor frecuencia, la artritis reumatoide) afectan a alrededor del 50% de las personas 65 años. Estas entidades comprometen la movilidad y aumentan el riesgo de osteoporosis, desacondicionamiento aeróbico y muscular, caídas y úlceras por presión.

Osteoporosis

Las pruebas para medir la densidad ósea pueden detectar osteoporosis antes de que provoque una fractura. Una dieta saludable, suplementos de calcio y posiblemente vitamina D, ejercicio y dejar de fumar pueden ayudar a prevenir la progresión de la osteoporosis, y el tratamiento puede evitar nuevas fracturas.

Diabetes

La hiperglucemia, en particular cuando la concentración de hemoglobina glucosilada (Hb A1C) es > 7,9% durante al menos 7 años, aumenta el riesgo de retinopatía, neuropatía, nefropatía y enfermedad coronaria. Los objetivos del tratamiento glucémico deben ajustarse según las preferencias del paciente, la duración de la diabetes, las enfermedades concomitantes, las complicaciones vasculares, los riesgos relacionados con la hipoglucemia, los medicamentos que el paciente consume y la expectativa de vida. Para la mayoría de los adultos, es apropiado un objetivo de HbA1C < 7% sin hipoglucemia significativa. Sin embargo, los niveles de HbA1C que se consideran un objetivo apropiado pueden cambiar en función de factores adicionales:

  • < 7,5% en los pacientes diabéticos mayores sanos con una esperanza de vida de > 10 años

  • < 8,0% para los pacientes con comorbilidades y una esperanza de vida de < 10 años

  • < 9,0% en los pacientes frágiles con una esperanza de vida limitada

El control de la hipertensión y la dislipidemia en pacientes diabéticos es particularmente importante.

La educación del paciente y los exámenes de los pies en cada consulta pueden ayudar a prevenir las úlceras en esta región del cuerpo.

Trastornos vasculares

Los ancianos con antecedentes de enfermedad coronaria, cerebrovascular o vascular periférica presentan un riesgo elevado de experimentar trastornos discapacitantes. El riesgo puede reducirse mediante el manejo agresivo de los factores de riesgo vasculares (p. ej., hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes, obesidad, fibrilación auricular, dislipidemia).

Insuficiencia cardíaca

Las complicaciones de la insuficiencia cardíaca son significativas en los ancianos, y la tasa de mortalidad es mayor que en muchos cánceres. El tratamiento agresivo y apropiado, en especial de la disfunción sistólica, disminuye el deterioro funcional, la tasa de hospitalización y la de mortalidad.

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

El paciente que deja de fumar, usa medicamentos apropiados por vía inhalatoria y otros y aprende técnicas conductuales para conservar la energía, puede presentar un menor número de exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica responsables de hospitalización y episodios menos graves.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.

  1. U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) Published Recommendations: la U.S. Preventive Services Task Force publica recomendaciones para el cribado y estrategias preventivas para enfermedades específicas, sobre la base de una revisión sistemática de la evidencia.

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