Introducción a la radiación solar y las lesiones de la piel

PorJulia Benedetti, MD, Harvard Medical School
Revisado/Modificado oct 2023 | Modificado nov 2023
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La luz solar estimula la producción de vitamina D, ayuda a controlar algunos trastornos crónicos de la piel (como la psoriasis) y causa una sensación de bienestar. Sin embargo, la luz solar puede causar daños en la piel.

Este daño incluye no solo quemaduras solares dolorosas sino también arrugas y otras alteraciones asociadas al envejecimiento de la piel (fotoenvejecimiento), queratosis actínicas, cánceres de piel e incluso reacciones alérgicas y empeoramiento de algunas enfermedades cutáneas (véase Reacciones de fotosensibilidad).

Luz ultravioleta

La luz ultravioleta (UV), aunque invisible al ojo humano, es el componente de la luz solar con mayor efecto sobre la piel. La luz UV se clasifica en 3 tipos, dependiendo de su longitud de onda:

  • Ultravioleta A (UVA)

  • Ultravioleta B (UVB)

  • Ultravioleta C (UVC)

La luz ultravioleta (de todo tipo) daña el ácido desoxirribonucleico (ADN, el material genético del cuerpo) y puede acabar provocando cáncer. La radiación UV también tiene efectos negativos, como el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de arrugas. La luz UV, especialmente la UVB, también puede producir quemaduras solares. No hay un nivel seguro recomendado de luz UV.

La cantidad de radiación UV que alcanza la superficie de la Tierra está aumentando, en especial en las latitudes septentrionales. Este aumento se debe a la disminución de la capa protectora de ozono en la atmósfera. El ozono, una sustancia química natural, bloquea la mayor parte de la radiación UV antes de que alcance la superficie terrestre. Las reacciones químicas entre el ozono y los clorofluorocarbonos (sustancias químicas en los refrigerantes y en los propelentes de los aerosoles) están reduciendo la cantidad de ozono en esta capa protectora.

La cantidad de radiación UV que alcanza la superficie de la Tierra también varía dependiendo de otros factores. La luz UV es más intensa entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde en verano, y en altitudes más altas y latitudes más bajas (como en el ecuador). Los cristales, las nubes densas, el humo y la contaminación absorben mucha luz UV, pero esta puede pasar a través de nubes ligeras, de la niebla y de unos 30 cm de agua limpia, conservando la posibilidad de provocar quemaduras graves.

Protección natural

La piel experimenta ciertos cambios cuando se expone a la luz UV para protegerse contra el daño. La epidermis (la capa más superficial de la piel) se engrosa y bloquea la luz UV. Los melanocitos (células de la piel que producen pigmento) fabrican una elevada cantidad de melanina, que oscurece la piel y da lugar al bronceado. Este proporciona cierta protección natural contra cualquier exposición posterior a la radiación UV, porque la melanina absorbe la energía de la luz UV y evita que dañe a las células cutáneas y penetre hasta tejidos más profundos. Por otra parte, el bronceado no tiene beneficios para la salud. Broncearse únicamente por estar bronceado es peligroso para la salud (véase la barra lateral ¿Es saludable broncearse?).

La sensibilidad a la luz solar varía según la cantidad de melanina en la piel. Las personas de piel más oscura tienen más melanina que las de piel más clara y, por lo tanto, mayor protección incorporada contra los efectos nocivos del sol. Pero siguen siendo vulnerables a las lesiones solares y a los efectos a largo plazo de la exposición a la luz UV.

La cantidad de melanina presente en la piel depende de factores hereditarios, así como de la cantidad de exposición solar reciente. Algunas personas pueden producir una gran cantidad de melanina en respuesta a la luz UV, mientras que otras producen muy poca. Los rubios y los pelirrojos son especialmente sensibles a los efectos de la radiación UV a corto y largo plazo, ya que no pueden producir suficiente melanina. La melanina de su piel también se distribuye de manera desigual, y por eso aparecen pecas. Los afectados por vitíligo tienen áreas de piel sin pigmento. Los albinos producen poca o ninguna melanina.

¿Sabías que...?

  • Las personas de piel oscura siguen siendo vulnerables a las lesiones solares y a los efectos a largo plazo de la exposición a la luz UV.

Tabla
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Fotoenvejecimiento

La exposición a la luz solar envejece la piel de manera prematura. El daño cutáneo causado por la exposición prolongada a la luz solar se conoce como fotoenvejecimiento. La exposición a la luz ultravioleta causa arrugas finas y gruesas, pigmentación irregular, grandes manchas en forma de pecas llamadas lentigos, tez amarillenta y una textura áspera y coriácea de la piel. Aunque las de piel clara son mucho más vulnerables, cualquier persona experimentará estos cambios con suficiente exposición.

Fotoenvejecimiento
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La piel fotoenvejecida se caracteriza por arrugas finas y profundas, pigmentación irregular, lentigos (grandes manchas pecosas), aspereza y un color amarillento.
Imagen proporcionada por Barbara A. Gilchrest, MD.

Queratosis actínica

La queratosis actínica son crecimientos precancerosos causados por la exposición prolongada al sol. Estos crecimientos suelen ser de color rosa, rojo o, con menor frecuencia, gris o marrón. Se notan ásperos y escamosos.

La queratosis seborreica tiene un aspecto similar al de la queratosis actínica. Pueden aparecer en áreas de la piel que no están expuestas a la luz solar pero no son precancerosas.

Cánceres de piel

Cuanta más exposición a la radiación solar, más alto es el riesgo de crecimientos precancerosos y cáncer de piel, incluidos el carcinoma de células escamosas, el carcinoma basocelular (o carcinoma de células basales) y el melanoma maligno. El cáncer de piel es especialmente frecuente entre las personas que se expusieron ampliamente a la luz solar cuando eran niños o adolescentes y entre las que están expuestas continuamente a la luz solar como parte de su profesión o actividades recreativas (como los deportistas, agricultores, ganaderos, marineros y personas que toman el sol de manera habitual). Además, la exposición a la radiación UV en los salones de bronceado aumenta el riesgo de cáncer de piel y daños en la piel.

Tratamiento del daño cutáneo debido a la luz solar

  • Prevención de las quemaduras solares

  • Para el fotoenvejecimiento, tratamientos aplicados a la piel

Para reducir al mínimo los efectos nocivos del Sol es especialmente importante llevar ropa protectora y aplicar filtros solares para evitar una mayor exposición al sol y cabinas de bronceado (véase prévención de las quemaduras solares). La luz solar puede penetrar en el vidrio y la exposición al sol a menudo se produce antes de que una persona piense en evitarlo, por lo que la aplicación de protector solar de forma rutinaria, incluso en interiores, puede ayudar a prevenir el fotoenvejecimiento. Una vez producida una lesión, es difícil de revertir.

Las cremas hidratantes disimulan temporalmente las arrugas, y el maquillaje es eficaz para ocultar imperfecciones en el color de la piel (como las pecas, las manchas solares y los lentigos), así como algunas arrugas finas. Sin embargo, las arrugas profundas y las lesiones importantes de la piel son difíciles de tratar.

Fotoenvejecimiento

Varios tratamientos, como las exfoliaciones químicas, los alfa-hidroxiácidos, las cremas de tretinoína y el rejuvenecimiento cutáneo con láser, pueden mejorar la apariencia estética de la piel dañada por el sol de manera crónica.

Si bien estos tratamientos pueden mejorar la apariencia de los cambios superficiales de la piel (por ejemplo, arrugas finas, pigmentación irregular, coloración amarillenta o parduzca y aspereza), tienen un efecto mucho menor sobre las arrugas más profundas y el daño sustancial de la piel.

Queratosis actínica

Para el tratamiento de la queratosis actínica, véase Queratosis Actínica.

Cánceres de piel

Para el tratamiento de los cánceres de piel, véase Cánceres de piel.

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