Algunas infecciones se contagian tras el ingreso en la sala de recién nacidos y no de la madre en el útero o intraparto. En algunas infecciones (p. ej., estreptococos grupo B, virus herpes simple [HSV]), a veces no queda claro si la fuente es materna u hospitalaria.
La infección hospitalaria (nosocomial) es un problema principalmente para recién nacidos prematuros y recién nacidos de término con trastornos médicos que requieren hospitalización prolongada. Los recién nacidos de término sanos tienen tasas de infección < 1%. En los recién nacidos que se encuentran en unidades de cuidados especiales neonatales, la incidencia aumenta a medida que disminuye el peso de nacimiento. Las infecciones nosocomiales más frecuentes son infecciones del torrente sanguíneo asociadas a vías centrales (BAVC) y neumonías intrahospitalarias.
(Véase también Generalidades sobre las infecciones neonatales.)
Etiología de la infección neonatal hospitalaria
En recién nacidos de término, la infección intrahospitalaria más frecuente es
Infección de la piel debido a Staphylococcus aureus (tanto sensibles a la meticilina como resistentes a la meticilina)
Aunque el personal de la sala de recién nacidos que es portador nasal de S. aureus es una posible fuente de infección, los recién nacidos y las madres colonizadas suelen ser el reservorio. El muñón umbilical, la nariz y la ingle son las localizaciones de colonización frecuentes durante los primeros días de vida. A menudo, las infecciones no se manifiestan hasta que el recién nacido se encuentra en su hogar.
En recién nacidos de muy bajo peso (< 1.500 g), los microorganismos grampositivos causan alrededor del 70% de las infecciones, la mayoría de las cuales son secundarias a estafilococos coagulasa-negativos. Los microorganismos gramnegativos, como Escherichia coli, Klebsiella, Pseudomonas, Enterobacter, y Serratia, son responsables de alrededor del 20% de los casos. Los hongos (Candida albicans y C. parapsilosis) causan aproximadamente el 10%. Los patrones de infección (y resistencia a antibióticos) varían según las instituciones y unidades, y se modifican con el tiempo. En ocasiones, se producen “epidemias” intermitentes cuando un microorganismo particularmente virulento coloniza una unidad.
Los múltiples procedimientos invasivos a los que son sometidos los recién nacidos de muy bajo peso (p. ej., cateterismo arterial y venoso prolongado, intubación endotraqueal, presión positiva continua en la vía aérea, sondas de alimentación nasogástricas o nasoyeyunales) favorecen la infección. Cuanto más prolongada es la estadía en unidades de cuidados especiales, mayor es la probabilidad de infección.
Prevención de la infección neonatal adquirida en el hospital
Medidas para reducir la colonización por S. aureus
Prevención de la colonización y la infección en unidades de cuidados especiales neonatales y en unidades de cuidados intensivos neonatales
Higiene de manos
Vigilancia de la infección
A veces antibióticos
Vacunación
Reducción de la colonización
El uso de un agente antiséptico tópico durante el baño de rutina y/o la preparación de la piel para procedimientos estériles puede ayudar a reducir la colonización bacteriana de la piel en los recién nacidos. Los productos basados en clorhexidina se utilizan cada vez con mayor frecuencia para este propósito, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos advierte sobre el riesgo de irritación de la piel y quemaduras químicas en lactantes < 2 meses de edad. La American Academy of Pediatrics recomienda el cuidado seco del cordón umbilical, pero esta práctica puede determinar altas tasas de colonización por S. aureus, y, en algunos hospitales, ha habido epidemias. Durante los brotes de enfermedad, la aplicación de triple colorante en la zona del cordón o de ungüento de bacitracina o mupirocina en el cordón, las narinas y el sitio de circuncisión reduce la colonización. No se recomiendan cultivos sistemáticos del personal ni del ambiente.
Neonatologías especializadas y neonatales
La prevención de la colonización y la infección en unidades de cuidados especiales neonatales exige disponer de espacio y personal suficiente. En cuidados intensivos, se requieren alrededor de 11,2 metros cuadrados (120 pies cuadrados)/lactante y alrededor de 2,4 m (8 ft) entre incubadoras y calefactores, de borde a borde en cada dirección. Se requiere una relación enfermero:paciente de 1:1 a 1:2. En cuidados intermedios, las habitaciones para múltiples pacientes deben proveer alrededor de 11,2 metros cuadrados (120 pies cuadrados)/lactante y alrededor de 1,2 m (4 ft) entre incubadoras o calefactores, de borde a borde en cada dirección. Se requiere una relación enfermero:paciente de 1:3 a 1:4.
Se deben usar técnicas correctas, sobre todo para la colocación y cuidado de dispositivos invasivos, y para la limpieza meticulosa y desinfección o esterilización del equipo. La supervisión activa de la adhesión a las técnicas es esencial. Los protocolos formales basados en la evidencia para la inserción y el mantenimiento de los catéteres centrales han disminuido significativamente la tasa de infección del torrente sanguíneo asociada a la vía central.
Del mismo modo, un grupo de procedimientos y protocolos que reducen la neumonía asociada a la salud en la unidad de cuidados intensivos neonatal han sido identificados; estos incluyen la educación y capacitación del personal, la vigilancia activa para la neumonía asociada a la salud, elevar la cabecera de la cama de un neonato intubado 30 a 45° y proporcionar higiene bucal completa. La colocación del neonato en posición lateral con el tubo endotraqueal horizontal con el circuito del ventilador también puede ser útil.
(Véase también las pautas actuales de los Centers for Disease Control and Prevention [CDC] para la prevención de S. aureus infections [2020] y CLABSI [2022] en la UCI neonatal).
Higiene de manos
Otras medidas preventivas incluyen la atención meticulosa a la higiene de las manos. La limpieza con preparados de alcohol es tan eficaz como el agua y el jabón para reducir los recuentos de colonias bacterianas de las manos, pero si las manos están visiblemente sucias, primero deben lavarse con agua y jabón. Las incubadoras ofrecen limitado aislamiento protector; las partes externas e internas de las unidades se contaminan rápida e intensamente, y es probable que haya contaminación de las manos y los antebrazos del personal. Las precauciones universales respecto de sangre y líquidos orgánicos suman mayor protección.
Vigilancia de la infección
Se realiza una vigilancia activa para la infección. En una epidemia, es útil identificar la cohorte de recién nacidos enfermos o colonizados y asignarle un personal de enfermería distinto. Se requiere vigilancia continuada durante 1 mes después del alta a fin de evaluar la adecuación de los controles instituidos para terminar con una epidemia.
Antibióticos
Por lo general, el tratamiento antimicrobiano profiláctico no es eficaz, acelera la aparición de bacterias resistentes y modifica el equilibrio de la flora normal del recién nacido. Sin embargo, durante una epidemia confirmada en una sala de recién nacidos, pueden considerarse antibióticos contra patógenos específicos; p. ej., penicilina para la profilaxis contra infección por estreptococos grupo A ( ver Dosificaciones recomendadas de algunos antibióticos parenterales para recién nacidos).
Vacunación
Deben administrarse vacunas inactivadas según el cronograma habitual a cualquier lactante que se encuentre en el hospital en ese momento. Las vacunas de virus vivos (p. ej., la vacuna contra el rotavirus) no se dan hasta el momento del alta para evitar la propagación del virus de la vacuna en el hospital.
Conceptos clave
La infección nosomial es un problema principalmente para recién nacidos prematuros y recién nacidos de término con trastornos que requieren hospitalización prolongada.
Cuanto menor sea el peso al nacer, mayor es el riesgo de infección, particularmente en neonatos con catéteres centrales, tubos endotraqueales, o ambos.
La técnica meticulosa para insertar y mantener catéteres, tubos, y dispositivos es esencial para la prevención; los protocolos formales mejoran la adherencia.
Los antibióticos profilácticos no se recomiendan excepto posiblemente durante una epidemia de guardería confirmada que involucra a un patógeno específico.
Deben administrarse vacunas inactivadas según el cronograma habitual.
Más información
Los siguientes recursos en inglés pueden ser útiles. Tenga en cuenta que el MANUAL no es responsable por el contenido de estos recursos.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC): NICU: S. aureus guidelines (2020)
CDC: NICU: CLABSI guidelines (2022)